Inicio México ¿Por qué invirtieron las AFORES en el nuevo aeropuerto de la CDMX?

¿Por qué invirtieron las AFORES en el nuevo aeropuerto de la CDMX?

Fuente: Félix Vásquez

Después de revisar las 460 páginas del prospecto definitivo que elaboró el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, (GACM) para la oferta pública de Certificados Bursátiles Fiduciarios que adquirieron las AFORES Inbursa, Profuturo, Pensionissste y Siglo XXI-Banorte, por un monto de 13 mil 500 millones de pesos, (un 45 por ciento de la emisión total), me resulta difícil racionalizar y entender el verdadero objetivo de esta inversión.

No obstante las múltiples advertencias que se vierten en el referido Prospecto, de lo riesgoso de esta inversión, de lo poco probable de la existencia de rendimientos y de incluso la posibilidad de perder los fondos invertidos, las mencionadas AFORES hicieron oídos sordos a estas advertencias, lo que me lleva a conjeturar que se prestaron para “apoyar” a los responsables del proyecto, buscando elevar la apuesta y el costo de una posible cancelación, ya que, como lo dijo el Presidente Peña Neto, saldrían “raspados” los trabajadores afiliados a esta AFORES.

Lo primero que hay que destacar del referido prospecto, es que GACM manipula la información financiera, para mostrar una utilidad neta “inflada” gracias a “Ingresos y Gastos Financieros” que 2017 le generan utilidades de unos cuatro mil 254 millones de pesos, aunque advierten que las cifras ahí mostradas “no están auditadas ni verificadas por terceros independientes” y “Se advierte a los inversionistas no confiar plenamente en las declaraciones establecidas en el presente prospecto”.

Sin embargo, al analizar el balance de GACM al arranque de la construcción del nuevo aeropuerto, se puede constatar que mostraba pérdidas acumuladas por 12 mil 630 millones de pesos, lo que comprueba que las operaciones del actual aeropuerto han sido deficitarias, y pone en evidencia que el “rendimiento objetivo” del 10 por ciento REAL anual, es una auténtica utopía.

Por otro lado, proyectan ingresos con base en un crecimiento constante en el número de pasajeros, cuando es un hecho que el actual aeropuerto está ya saturado y ha llegado a su límite de operaciones, lo que hace imposible el crecimiento, mientras se siga operando en las actuales instalaciones, lo que desacredita las citadas proyecciones.

Para curarse en salud, textualmente señala el prospecto: “Las proyecciones sobre la actividad y el desempeño futuro de GACM y sus subsidiarias, podrían ser incorrectas”.

Esto es crucial, porque el cobro del TUA se hace por pasajero, y si los pasajeros no crecen, o crecen poco, los ingresos que respaldan los créditos ya contratados serán insuficientes y no alcanzarán ni para pagar los intereses.

De hecho, esta es mi principal crítica al proyecto, pues ellos piensan que con los ingresos por TUA dados en garantía de pago, (unos 420 millones de dólares en 2017) se puede financiar una inversión de más de 13 mil 300 millones de dólares, donde unos 12 mil millones de dólares serán deuda.

Aún y cuando la tasa de interés sea de solo un 5 por ciento anual, una deuda de 12 mil millones de dólares genera un pago de intereses de 600 millones de dólares al año, cantidad 43 por ciento superior al TUA cobrado el año pasado, simplemente, se baja el cero y no contiene.

Amén de que los ingresos por TUA no son de libre disposición, ya que son la principal fuente de pago de los gastos de operación del aeropuerto, por lo que en estricto sentido, la fuente de pago deberían ser los ingresos netos de gastos, (la utilidad) y no los ingresos brutos.

A continuación transcribo algunas frases contenidas en el prospecto de Inversión.

“No existe garantía o certeza, por ningún concepto y de ninguna naturaleza, que el Fideicomiso generará rendimientos suficientes, o rendimientos dentro de algún rango para realizar Distribuciones a los Tenedores de los Certificados. Es posible que los Tenedores no obtengan rendimiento alguno”.

“Ni nuestro Administrador, ni los Intermediarios Colocadores, ni cualesquiera de sus directores, consejeros, afiliadas o subsidiarias garantizan o aseguran la existencia de cualesquier rendimientos distribuibles a los Tenedores de los CBFEs”.

“El precio de mercado de los CBFEs podría fluctuar considerablemente y los inversionistas podrían perder la totalidad o parte de su inversión”.

Considerando todas estas advertencias, es hora de que las AFORES justifiquen su decisión de arriesgar el dinero de los trabajadores en esta aventura financiera.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.