Porsche Cayenne: Del odio al amor en tres generaciones

Hace unos días tuvimos la oportunidad de estar en contacto con toda la gama de Porsche en el evento itinerario llamado “Porsche Experience”, pero de entre todos esos vehículos deportivos hubo uno al cuál dedicamos todo un día en especial para convivir sólo con él, dada su duplicidad al ser un excelente vehículo fuera del asfalto, y todo un deportivo Porsche en la carretera.

El Porsche Cayenne resultó ser un modelo que generó toda una avalancha de opiniones encontradas aún antes de entrar a las líneas de producción.

Pero, definitivamente, para la marca este fue el salvavidas que años después se convirtió en un referente del segmento y ejemplo a seguir por otras firmas que, sorprendidas, observaron cómo se concretaba el éxito sólo auspiciado casi y únicamente por la misma marca alemana.

Cayenne debutó en 2002, en septiembre, durante el Salón de París, ahí empezó la historia de “el tercer Porsche”, ampliando una gama que contaba sólo con el 911 y el Boxster.

Llegó 2004 con el primer Cayenne Turbo que sorprendió en poder y, poco tiempo después, conocimos el Cayenne Turbo S con nada menos que 521 hp, que hoy cede su lugar al Cayenne Turbo de tercera generación, un modelo cargado de tecnología en muchos sentidos y que luce un aspecto mucho más maduro y atractivo que su predecesor.

Con un diseño más afilado, de dimensiones más anchas, muestra un frente en el que destacan la parrilla y faros más grandes con tecnología LED. Un detalle que llama la atención son las entradas de aire que alimentan el intercooler y radiador donde los extremos tienen lamas activas que se abren o cierran según las necesidades de ventilación y refrigeración.

Y si la zona frontal es visualmente atractiva, la parte trasera es el complemento armónico donde destaca la enorme tira de LED que une los grupos ópticos traseros y le otorga una semejanza ineludible a la gama 911.

En los costados, los rines de hasta de 22 pulgadas complementan el atractivo visual en esta tercera generación que crece 65 mm a lo largo, 41 a lo ancho y reduce su altura en 9 mm para dejar unas dimensiones definitivas de 4.92 por 1.98 y 1.67 metros, respectivamente.

Ya en el habitáculo del Cayenne se destaca la pantalla central panorámica de 12.3 pulgadas, desde la que se maneja la totalidad de las funciones del vehículo, como el cuadro de instrumentos que pese a incluir una esfera digital de 7 pulgadas se mantiene fiel a lo analógico como parte de ese ADN deportivo de la marca.

Un volante de tres radios nos recuerda el del 911 y Panamera. Los materiales con que están hechos todos los elementos interiores transmiten calidad al tacto. En la zona trasera el espacio es sobresaliente en cualquier plaza, pasajeros hasta de 1.90 metros de estatura viajarán sin ningún tipo de problema ni de incomodidad e incluso podrán contar con respaldos reclinables eléctricamente hasta seis grados para aumentar el confort.

La zona de carga ofrece 100 litros más que la segunda generación para sumar un total de 745 litros que se suma un doble fono de 25 litros más.

La dirección siempre es directa y precisa en todos los modos, las casi dos toneladas de peso jamás se perciben como un impedimento o se vuelven factor en contra al tomar las curvas gracias en parte a la electrónica y a que el delantero lleva unas barras estabilizadoras que compensan la inclinación de la carrocería cuando afrontamos curvas cerradas evitando que la carrocería se recline hacia el exterior de la curva manteniendo la dirección, todo gracias al Porsche Dynamic Chassis Control (PDCC).

En México, Porsche Cayenne en su tercera generación está disponible con tres opciones de motorización: un V6 turbo de 3 litros para Cayenne, un V6 biturbo de 3 litros para el Cayenne S y un V8 biturbo de 4 litros para el Cayenne Turbo. La opción híbrida se ofrece con el motor a gasolina V6 y el eléctrico de 100 kW.

Los nuevos motores son más potentes, comenzando por el V6 turbo de 3 litros que entrega 340 caballos de potencia (40 hp más que su predecesor) y un par máximo de 450 N/m (+50). El Cayenne S viene con un V6 biturbo de 3 litros que eroga 440 caballos (+20 hp) y 550 N/m de par, mientras que el Cayenne Turbo está equipado con un V8 biturbo de 4 litros que ofrece 550 caballos (+30) y un par de 770 N/m (+20).

Un elemento nuevo en el Cayenne Turbo son sus frenos ya que es el primero de su segmento en incorporar unos discos con revestimiento de carburo de wolframio, material que reduce la suciedad, aumentan el tacto al tocar el pedal y, sobre todo, la durabilidad de los mismos que en promedio es un 30 por ciento más.

En cuanto a la movilidad fuera del camino, el Cayenne va sin problema por donde otros SUV Premium se quedarían totalmente atascados.