Cada año nuestro país vive efectos devastadores por los desastres naturales, y septiembre fue particularmente duro. A raíz de lo que hemos vivido, debemos hacer un análisis serio de qué políticas públicas se necesitan para estar mejor preparados, como país y en los hogares, ante los embates de la naturaleza.
Sobre todo, ya que son precisamente las familias y las comunidades que menos tienen, las más sufren los efectos de estas tragedias. El mismo huracán o terremoto puede ser un inconveniente para una familia con recursos, y una calamidad para quienes carecen de ellos.
El gobierno federal ha aprendido lo costoso que es la reconstrucción de infraestructura de carreteras, electricidad, escuelas, hospitales, entre otros, y desde hace algunos años adquiere pólizas contra daños catastróficos. Sin embargo, como sociedad, no hemos aprendido de la necesidad de proteger nuestro patrimonio a través de los seguros.
El pasado 19-S perdimos nuestro departamento de Ámsterdam 232 en la Condesa. Al estar hipotecado, el departamento tiene seguro, que cubre el 100% de los daños en un terremoto, huracán o incendio. De 14 departamentos que hay en el edificio, sólo 3 vecinos tenemos seguro. Los tres engrapados a la hipoteca.
Estamos hablando de un edificio de departamentos de 130 metros cuadrados, con un valor comercial importante, en una de las zonas más “modernas” del país. Incluso en este universo privilegiado, no existe la cultura de asegurarse.
El gobierno de la CDMX debería adquirir una póliza que los ciudadanos paguemos engrapada al predial. Sólo quien esté al día en su pago de predial, estará cubierto por el seguro. La póliza, además, sólo cubrirá el valor catastral del inmueble.
Es decir, quienes pagan un predial bajo, por no reconocer el valor real de su vivienda, la tendrían asegurada por una fracción de su precio de mercado. En el caso de mi seguro, pago mensualmente $700 pesos; es decir, $8,400 al año. Si fuera un seguro con una póliza de la CDMX, para cientos de miles de hogares, sería mucho más económica. El 19-S dejó 800 edificios rojos y unos 1,200 amarillos, los 2,000 estarían cubiertos. ¡Urge implementar esta política! Cualquier día volveremos a tener un sismo fuerte.
Twitter: @julio_madrazo
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