Inicio México ¿Qué buscará el BCE en su reunión del 26 de abril?

¿Qué buscará el BCE en su reunión del 26 de abril?

En lugar de observar lo que esperan los inversores, quizás la mejor pregunta sea: ¿qué quiere lograr el Banco Central Europeo en su reunión del 26 de abril? Meter al euro en una caja es la respuesta.

La estabilidad de la moneda ayuda a su causa, mientras maneja el delicado equilibrio de comenzar a finalizar sus paquetes de estímulo de flexibilización cuantitativa (QE) en algún momento de este año.

El mensaje coordinado del Consejo de Gobierno -que el término de las compras de bonos no necesita apresurarse- ha ayudado a bajarle los humos al euro.

Lo que los funcionarios deben hacer ahora es concentrarse en mantenerlo en el rango que ya está establecido este año ( 1.17/1.27 dólares). Eso debería ayudar a ganar tiempo para dirigir el proceso de toma de decisiones durante el verano.

Así que se anticipa que las respuestas del presidente Mario Draghi en la conferencia de prensa tras la decisión política del jueves evitarán cuidadosamente poner al euro en una senda para repetir el desempeño de 2017, cuando su ganancia frente al dólar lo convirtió en la moneda del Grupo de los 10 (G10) con mejor rendimiento.

Ese repunte creó un lastre para la recuperación económica de la región, lo que dio paso a la inquietante posibilidad de que los reñidos esfuerzos de estímulo por parte del BCE pudieran desperdiciarse.

Una moneda en rápido aumento socava la recuperación de las exportaciones, particularmente para los países más débiles de la región, y es posible que la lucha ya haya comenzado. El índice compuesto de gerentes de compras de la zona del euro descendió de 57.1 en febrero a 55.2 en marzo, la mayor caída en seis años.

Una moneda más fuerte también amenaza con reducir la inflación en un momento en que los funcionarios ya están en una enorme lucha para atizar las alzas en los precios. Eso prepararía el escenario para un retraso en la toma de decisiones hacia el final de la QE, sin mencionar el potencial para postergar la fecha de finalización real, algo que es más ridículo cuanto más tiempo se asienta la recuperación económica.

Del mismo modo, no espere que Draghi vaya demasiado lejos al hablar del euro. Como ha argumentado la consultora Gadfly, si el euro cayera demasiado rápido, sacaría a los halcones de la hibernación y aumentaría la presión para una salida más rápida.

Hasta hace poco, algunos miembros del BCE habían estado presionando intensamente para romper el vínculo entre las perspectivas de inflación y las previsiones para la compra de bonos. Ese es un debate que Draghi querrá postergar el mayor tiempo posible.

Si los periodistas le preguntan si los responsables de política han comenzado a debatir sobre cuán pronto se puede producir un aumento de tasas después del final de la QE, es poco probable que ofrezca demasiada información más allá de su mantra de «confianza, persistencia y paciencia», destaca el análisis de Gadfly.

Draghi ya ha preparado el escenario para eliminar el fuego bajo el euro con comentarios realizados el viernes en la reunión del Fondo Monetario Internacional en Washington. Dijo que aunque los datos recientes sugieren que el crecimiento «puede haber alcanzado su punto máximo», se espera que el impulso «continúe». Esa es una señal para que el euro evite ir demasiado lejos, pero también para no perder la fe y hundirse demasiado.

Es todo un acto de malabarismo. Pero salvo cualquier volatilidad del dólar, algo que nunca se puede descartar, la moneda común debería estar contenta de seguir traqueteando en sus niveles actuales por un tiempo.