La agencia calificadora Fitch rebajó este jueves la nota de Pemex a ‘BB+’, que se considera en grado especulativo, citando la debilidad del perfil crediticio de la compañía y la lenta acción del Gobierno para fortalecer la estructura de capital de la petrolera.
¿Qué significa el término ‘grado especulativo’?
Entre las distintas agencias calificadoras hace referencia a un elevado riesgo de incumplimiento de sus compromisos financieros, es decir, pagar sus deudas.
Fitch detalla que con la nota ‘BB+’ que tiene ahora Pemex «el pago es hasta cierto punto incierto y
la capacidad de pago oportuno resulta más vulnerable a los cambios económicos adversos».
El ‘grado especulativo’ implica que ahora a Pemex le podrá salir más caro obtener financiamiento en los mercados. Esto porque las calificaciones que otorgan firmas como Fitch o Moody’s son referenciales. A una mejor calificación, un menor costo para adquirir deuda.
Por poner un ejemplo, las notas de la agencias funcionan como una calificación que te otorga el Buró de Crédito. Si vas al corriente en tus deudas, si tu nivel de endeudamiento es bajo en comparación con tus ingresos, si tus gastos son acorde a tu salario, entre otras acciones, se te dará una mejor calificación. Por tanto, cuando solicites un nuevo crédito éste se te otorgara a menores tasas debido a tu buena calificación.
Esta degradación para Pemex se da en momentos en que la empresa piensa salir a los mercados para refinanciar deuda, es decir, adquirir nuevos créditos a mejores condiciones para liquidar pagos que tiene próximamente. Con la decisión de Fitch, este panorama se complica.
El ‘grado especulativo’ se deriva de eventos de incertidumbre de índole financiero, económico o político.
Entre los factores más comunes utilizados para evaluar las calificaciones se encuentran el riesgo país; el riesgo de la industria o la sensibilidad que pueda tener, por ejemplo, a cambios regulatorios; la capacidad para generar flujo de efectivo; el grado de apalancamiento (endeudamiento); la estructura de capital (el tipo de deuda), los niveles liquidez o la influencia que pueda tener un gobierno o su estructura corporativo sobre el emisor.
En el caso de Pemex, Fitch detalló un deterioro en el perfil crediticio de la compañía «y de una acción lenta del gobierno para fortalecer su estructura de capital. Esto es una indicación de que el Gobierno no ha reconocido la viabilidad del perfil financiero de la compañía y/o la importancia estratégica del papel que Pemex juega para el gobierno y el país».
La calificadora explicó que individualmente la petrolera tiene una calificación incluso peor, de ‘CCC’, pero que el respaldo del Gobierno le permite tener una mejor nota.
Los incentivos que da el Gobierno los califica como «fuertes».
«Esta evaluación refleja el monto alto de transferencias al gobierno de México a expensas de una subinversión en el negocio de la compañía», detalló.
Si bien las calificaciones crediticias que emiten las distintas agencias calificadoras son una herramienta que los participante de los mercados utilizan para tomar decisiones de inversión sobre los distintos instrumentos de renta fija (bonos, certificados de gobierno, deuda corporativa, entre otras), solo expresan opiniones independientes sobre la calidad o riesgos crediticios de un emisor, por lo que no son indicadores absolutos de la probabilidad de incumplimiento sobre sus obligaciones.
