Gina Haspel fue confirmada por el Senado de los Estados Unidos como directora de la CIA, esto tras su polémico nombramiento por el presidente Donald Trump. La funcionaria, además, será la primera mujer en dirigir la Agencia Central de Inteligencia norteamericana.
Haspel ingresó a la CIA en 1985 como oficial de informes. Su trabajo en la agencia lo ha realizado, en su mayoría, de forma encubierta. En 2005, ordenó la destrucción de los videos de interrogatorios realizados a presuntos miembros de Al-Qaeda por la agencia de inteligencia. Esto durante su participación en el Servicio Nacional Clandestino, perteneciente a la CIA.
Después de dar a conocer la nominación de Haspel, el partido demócrata dijo que debería quedar descalificada porque era la jefa de un centro secreto de detenciones en Tailandia en el que dos sospechosos de terrorismo fueron sometidos a tácticas extremas de interrogatorio, incluyendo ahogamiento simulado.
El 15 de mayo, Harper escribió una carta al Senado en el que expresaba que el duro programa de interrogatorios que la agencia ejecutó en sitios clandestinos después de los ataques del 11 de septiembre del 2001 no debería haberse llevado a cabo. “Aprendí lecciones difíciles”, escribió.
La nominación de Haspel reavivó el debate sobre los métodos brutales aplicados por la CIA a los sospechosos de terrorismo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El senador John McCain, republicano de Arizona, instó a sus colegas a rechazar a la candidata por su papel en los interrogatorios de la CIA. Por otro lado, una investigación del Comité de Inteligencia del Senado de 2014 concluyó que los métodos por los que es señalada Haspel, «no eran una forma efectiva de obtener información precisa o de conseguir la cooperación de los detenidos».
Por otro lado, en su carrera ha recibido el Premio George H. W. Bush a la excelencia en contraterrorismo, la Medalla de la Inteligencia al Mérito de la CIA y el Premio Presidencial de Rango, el premio más prestigioso en el servicio civil federal.
