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Retos y perspectivas de los esquemas de pensiones en México

Sin duda, uno de los principales retos laborales para el país es el desarrollo de políticas públicas en materia de jubilación y retiro, que busque brindar seguridad financiera a aquellas personas que están a punto de pensionarse.

Recientemente, el Índice Global de Pensiones de Melbourne 2018, ubicó a México en el lugar 32 de 34 sistemas de pensiones a nivel global con 45.3 puntos de un total de 100, superando sólo a Argentina e India.

Los esquemas de pensiones fueron creados en una época donde existía una menor esperanza de vida de la población, además de una creciente demografía joven.

Sin embargo, el envejecimiento que se vive en México y en el mundo ha incrementado la tasa de dependencia, definido como el número de personas de 65 años o más sobre el número de gente en edad de trabajar, entre 15 y 64 años.

En 1950, la población mundial de adultos mayores era de 128.81 millones, representando 5.08 por ciento de la población total y la tasa de dependencia era de 8.4 por ciento, es decir, por cada 100 personas de 15 a 64 años, había 8.4 adultos mayores. Se estima que, en 2050, 15.82 por ciento serán adultos mayores, equivalentes a mil 546.06 millones, con una tasa de dependencia de 25.2 por ciento.

En 1950, en México los adultos mayores representaban 3.47 por ciento de la población (971 mil personas), con una tasa de dependencia de 6.4 por ciento. Para 2050, se estima que este porcentaje aumente a 18.79 por ciento (30.89 millones de personas) y la tasa de dependencia sea de 29.22 por ciento.

Actualmente, hay un hueco de trillones de dólares en temas relacionados con planes de retiro en todo el mundo, situación que debe enfrentarse en breve, de lo contrario será un problema que implicará medidas mucho más drásticas para los siguientes 10 o 20 años.

Respecto a cuáles son las prácticas clave para definir un sistema saludable, podemos mencionar las siguientes: adecuación, sustentabilidad, beneficio e integridad.

México comparado con mejores prácticas relacionadas con los puntos anteriores falla en tres; respecto a adecuación, existen pensiones mínimas con gente que no tiene condiciones de ahorro. En el tema de sustentabilidad, no hay suficiente cultura financiera de prevención, pensando en la transición del bono demográfico para las jubilaciones futuras. En cuanto a la integridad, existe una oportunidad en mejorar la legislación de los actuales sistemas para estimular planes de pensiones privados.

Estos últimos son una alternativa que promueve una cultura de ahorro para constituir una contribución definida, misma que repercutirá en la pensión que recibirá el trabajador al momento de su jubilación.

En conclusión, promover dentro de las organizaciones una cultura de ahorro de largo plazo, que generen el entorno para la creación de planes de pensiones privados, traerá como consecuencia un mayor bienestar y calidad de vida a los colaboradores y a sus familias. Hay que empezar ahora, ya que el tiempo apremia.

*Gerente regional en Bajío de Mercer

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