Durante los meses de junio y julio de este año, las empresas privadas optaron por no emitir deuda de largo plazo, un asunto que bien podría prolongarse no sólo por lo que resta del año sino el inicio del 2019, según analistas consultados.
La causa radicaría en la definición de la política económica y el Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2019, y sí se concreta o no la integración de Canadá al TLCAN, y por ende, la aprobación del mismo por los Congresos de los tres países en este mismo año.
“En el corto plazo esperamos una menor actividad en colocaciones de mayor plazo, centrándose principalmente en refinanciamientos de pasivos y necesidades de capital de trabajo (deuda de corto plazo)”, señaló en un reporte Tania Abdul, analista de Grupo Financiero Banorte Ixe.
Carlos Pérez, analista de Ve por Más, comentó que durante la primera mitad del año hubo poca actividad, algo de Fibras que salieron al mercado, pero de empresas no hubo muchas emisiones.
Adjudicó esta sequía a la transición del nuevo gobierno federal lo que podría retrasar algunos proyectos o emisiones que se tuvieran contempladas.
“Hay empresas como Viva Aerobús que tiene pendiente una emisión”, agregó.
Sostuvo que ante las tasas de interés actuales no es muy atractivo, las condiciones en el mercado no son las ideales para salir a buscar financiamiento.
Hoy en día hay unos cuantos prospectos de colocación de bonos corporativos, que podrían efectuarse en los próximos meses.
De esta manera, la sequía de ese tipo de instrumentos financieros obedece que aún falta ver el resultado de la renegociación del TLCAN, factor que ha contribuido a que las compañías estén en modo de stand-by.
