LA HABANA.-La cotidianidad sigue su curso en Cuba mientras se acerca el día D, el próximo 19, cuando el parlamento elegirá a un nuevo presidente que implicará la salida de la máxima dirección del Estado de la llamada generación histórica que encabezó Fidel Castro.
Dentro de diez días, los 605 diputados recién electos se reunirá para seleccionar a los 31 miembros del Consejo de Estado, de entre quienes saldrá el presidente del Estado y del gobierno.
Por primera vez en más de cinco décadas ambos cargos estarán encabezados por alguien que no lleve el apellido Castro y que no forme parte de los hoy octogenarios que derrocaron a Fulgencio Batista el primero de enero de 1959.
Como el más probable candidato para sustituir a Raúl Castro aparece el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años que ha transitado por el engranaje político cubano, desde las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas hasta la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC) en dos provincias y su entrada en el Buró Político de esa organización.
En los comicios en los que se eligieron a los diputados, el pasado 11 de marzo, Díaz Canel, afirmó que el Gobierno que salga electo “se va a deber al pueblo”, el cual “va a participar en las decisiones que se tomen”.
Esta “transición no traumática” ha sido, en opinión del ministro de Cultura, Abel Prieto, preparada desde hace tiempo, para garantizar la continuidad del rumbo trazado por Fidel Castro y continuado por su hermano.
De ser electo presidente, Díaz-Canel estará jerárquicamente bajo el mando de Raúl Castro, quien, salvo imprevistos, continuará al frente del PCC hasta su próximo congreso, en 2021. De acuerdo con la constitución cubana, el Partido Comunista es la máxima fuerza rectora del país.
