Inicio México ¿Tiene razón EU al designar a China como manipulador cambiario?

¿Tiene razón EU al designar a China como manipulador cambiario?

No sucedió el primer día de la presidencia de Donald Trump, como había prometido, pero dos años y medio después cumplió una de sus promesas clave de campaña: China fue designado oficialmente como manipulador de divisas.

El anuncio del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, inusual en algunos aspectos, se produjo horas después de que China permitiera que el yuan se debilitara a más de 7 unidades por dólar, una línea que no había cruzado en más de una década.

Trump tuiteó que la medida era una «manipulación monetaria» y una «violación importante». La respuesta del Gobierno estadounidense marca una nueva escalada en la guerra comercial que Trump instigó en 2018 con afirmaciones de que China ha robado durante años los empleos de fabricación y la propiedad intelectual estadounidense.

Quizás nada tangible, al menos de inmediato. De acuerdo con la ley estadounidense que establece sanciones, China puede ser excluida de los contratos de adquisición del Gobierno de EU, y el secretario del Tesoro ordenó solicitar al Fondo Monetario Internacional un monitoreo más riguroso de las políticas monetarias de China.

Sin embargo, esta petición solo puede proceder si EU encuentra un progreso insuficiente un año después de la designación.

Una posible penalización –recortar la nueva ayuda de Overseas Private Investment, una agencia de la administración estadounidense para proyectos de desarrollo– ya está vigente; el presidente George H.W. Bush la hizo cumplir en 1990 como parte de un paquete de sanciones en respuesta a la represión de 1989 contra los manifestantes en la Plaza de Tiananmen.

Desde que EU etiquetó a China como manipulador de divisas por primera vez, de 1992 hasta 1994, los políticos estadounidenses han acusado reiteradamente al país asiático de depreciar el yuan frente al dólar para ayudar a sus exportadores, haciendo que sus productos sean más baratos en el extranjero.

Sin embargo, sucesivas administraciones estadounidenses se han abstenido de dicha medida, preocupadas por las consecuencias diplomáticas.

Hoy en día, con las relaciones tensas después de que Trump impusiera miles de millones de dólares en aranceles a las importaciones procedentes de China, etiquetar al país como manipulador parece ‘un paso menor’.

El Departamento del Tesoro parece haber pasado por alto algunos de sus criterios (adoptados bajo el Gobierno del presidente Barack Obama y actualizados bajo Trump en mayo), además de haber hecho el anuncio fuera de tiempo.

China no cumplió con dos de las cuatro condiciones en el último informe semestral de monedas en mayo, y el Tesoro dio el paso inusual de tomar la determinación antes del próximo informe y pocas horas después de que el yuan rompiera la marca de 7 por dólar estadounidense.

Depende de a quién le preguntes. El yuan no flota libremente, sino que se maneja utilizando un sistema bastante ‘oscuro’, en el que el Banco Popular de China fija tasas de referencia diarias.

Si bien los competidores de China, incluso fuera de EU, se han quejado durante mucho tiempo de que un yuan intencionalmente infravalorado da a los exportadores chinos una ventaja injusta, durante la última década China ha tomado medidas para permitir que el valor del yuan fluctúe frente al dólar estadounidense.

Por ejemplo, la moneda china se convirtió en una de las cinco de reserva designadas por el Fondo Monetario Internacional en 2016, un reflejo de que China estaba comenzando a jugar el ‘juego económico según las reglas’, en palabras de la entonces directora gerente del organismo, Christine Lagarde. Incluso EU dejó de referirse al yuan como «significativamente infravalorada» en ese año.

Los funcionarios chinos afirman que favorecen una moneda estable, y los economistas dicen que cierta debilidad se justifica a medida que la economía se desacelera. El Banco Popular de China, en rechazo a la acusación, indicó que el mercado había determinado la reciente depreciación del yuan y que la decisión de EU de etiquetarlo como manipulador causaría una turbulencia financiera global.

Se produjo una larga caída del yuan después de que la situación empeoró en junio de 2018. Sin embargo, en agosto de ese año, el Banco Central chino hizo que para los operadores locales fuera más caro apostar contra el yuan, un movimiento sorprendente que, según analistas, demostraba que la depreciación había ido lo suficientemente lejos para la institución.

El yuan se fortaleció después de que Trump declarara una tregua sobre los nuevos aranceles, pero comenzó a debilitarse nuevamente después de que las conversaciones colapsaran en mayo. Los analistas citaron ‘el sentimiento’ a la baja del mercado, ya que China pronosticó su crecimiento más lento del PIB en décadas para 2019, y los aranceles estadounidenses siguieron llegando.

Cuando el 5 de agosto, el Banco Central estableció la tasa de referencia diaria en un nivel más débil de lo que analistas y operadores habían proyectado, con lo que ayudó a enviar el yuan por encima del nivel de 7 por dólar, se vio como una señal de que a Beijing no le molestaba permitir la depreciación.

Amortiguará el golpe de los aranceles estadounidenses a China, haciendo que los productos de ese país sean más competitivos en relación con el dólar… aunque eso tiene un costo.

Una moneda más débil crea incentivos para que los hogares y las empresas muevan su dinero fuera del país y hacia monedas más fuertes. Eso obligaría al gobierno a recurrir a sus reservas para comprar yuanes, a fin de apuntalar su valor.

En 2015, una devaluación abrupta asustó a los mercados mundiales y provocó salidas de capital por pánico. El país tuvo que gastar alrededor de mil millones de dólares de sus reservas para detener ese éxodo. Un yuan más débil también puede avivar la inflación, ya que las importaciones se vuelven más caras.