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‘Tres anuncios por un crimen’: la gran rival de ‘La forma del agua’

Cuando vi que el director de 3 anuncios por un crimen (Three Billboards Outside Ebbing, Missouri) era Martin McDonagh, el mismo de En Brujas y S7ete psicópatas y un perro, supe que sería una pequeña y hermosa pieza de humor negro que muchas veces no es entendido en toda su extensión.

Aparentemente, Missouri no es el lugar aburrido y adormecido que pudiéramos imaginar: es ahí donde grandes historias han ocurrido, como la de Amazing Amy en Gone Girl y ésta.

En un pueblo perdido en lo profundo de este estado, vive Mildred Hayes, (una grandiosa Frances McDormand) quien ve pasar los meses sin que haya avances sobre la violación y asesinato de su hija puesto que la policía, en sus palabras, sólo se dedica a «torturar negros». Mildred está furiosa, y con razón. Por ello, ha decidido rentar tres vallas para poner anuncios que cuestionen la ineficacia de la polícía.

Todo quedaría ahí de no ser porque su acción la enfoca en el respetado y querido jefe de la corporación William Willoughby (un entrañable Woody Harrelson), el cual está a punto de morir. La mayor parte del pueblo cree que éste debería de pasar sus últimos meses sin escándalos que marchen su reputación, por lo que apuntan sus dardos hacia Mildred.

El asunto, que podría quedar en un mero choque de personalidades, se complica con la incursión de Jason Dixon, un borracho y violento oficial de policía interpretado por Sam Rockwell (actor de cabecera de McMcDonagh). Este personaje, sin duda, es el que tendrá la evolución más sorprendente de todas y quien dará los mejores giros de tuerca gracias a una simple carta.

Ambientada en una época no definida (no smartphones, no iPads, no computadoras, si acaso un viejo celular) Tres anuncios por un crimen no recurre a grandes efectos especiales, ni a despliegues tecnológicos; armada con tristes canciones country, una opaca y por momentos lúgubre fotografía y un conjunto de sobrias pero potentes actuaciones, la cinta nos recuerda el objetivo primordial del cine: contar una buena historia.

Aunque a veces hay ciertas referencias a Fargo (1996, Joel y Ethan Coen), McDonagh se esfuerza por desmarcarse de ésta al narrar situaciones oscuras con un toque de incómodo humor negro, así que si vas esperando que Tres anuncios… sea un drama cualquiera, no será tal.

Sin aspavientos, sin efectos especiales, esta sencilla producción se ha convertido en la rival a vencer de The Shape of Water en la próxima entrega de los Premios de la Academia.