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Trump no está preparado para ola de investigaciones demócratas

La Casa Blanca no está preparada para defenderse de una próxima ola de investigaciones por parte de los demócratas que recientemente obtuvieron la mayoría en la Cámara de Representantes.

El partido Demócrata han prometido investigar todo, desde los escándalos éticos de los miembros del gabinete hasta los conflictos de intereses que involucran al imperio empresarial del presidente.

El presidente Donald Trump no tiene un abogado jefe en este momento. Tres semanas después de la partida del asesor legal de la Casa Blanca, Don McGahn, su reemplazo, Pat Cipollone, aún no ha comenzado su trabajo, ya que se encuentra terminando sus vínculos con su estudio jurídico, dijo una persona familiarizada con la situación.

Cipollone, quien será el responsable de responder a las órdenes de citación y demandas de documentos de los demócratas de la Cámara baja, nunca se ha ocupado de una investigación a gran escala y políticamente polarizada en Washington.

Además, estará a cargo de un área que ha sufrido una gran cantidad de bajas de personal.

Mientras tanto, los demócratas ya están preparando sus primeros pasos. Han prometido investigar todo, desde la decisión de Trump de desplegar miles de tropas en la frontera entre México y Estados Unidos hasta las declaraciones de impuestos del presidente.

También es probable que profundicen en la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. Los presidentes de los comités de la Cámara de Representantes podrán obligar a los funcionarios de la administración a testificar y proporcionar documentos.

Los demócratas no tomarán el control de la Cámara de Representantes hasta enero, y puede tomar más tiempo para que la avalancha de solicitudes de documentos empiece a fluir.

Sin embargo, Cipollone tendrá que reclutar, investigar y obtener autorizaciones de seguridad para todos los abogados que cubran las numerosas vacantes en la oficina, con la excepción de uno de los subrogantes de McGahn, un proceso que lleva tiempo. Y muchas de las posibles contrataciones necesitarán tiempo extra para traspasar sus casos y clientes antes de que puedan comenzar en la Casa Blanca.

Cipollone planea contratar entre 15 y 20 abogados en medio de una serie de salidas, dijo otra persona familiarizada con sus planes. Ambas personas hablaron con la condición de mantener el anonimato para discutir asuntos de personal. Una portavoz de la Casa Blanca no indicó cuántas vacantes tiene actualmente la oficina, pero McGahn inicialmente la había organizado como una operación de 26 abogados.

Varios candidatos interesados ya se han acercado a Cipollone, dijo una persona cercana a él. Pero la contratación podría llevar tiempo.

El futuro asesor de Trump ha pasado la mayor parte de su carrera trabajando para clientes corporativos, y no tiene una gran red personal de exfiscales y abogados con experiencia en el manejo de comités del Congreso, aseguraron fuentes.

La Casa Blanca cuenta actualmente con un abogado experimentado en investigaciones gubernamentales, el exabogado de Clinton, Emmet Flood, quien trabajó en la respuesta a la investigación de Ken Starr y ha estado trabajando como asesor interino de la Casa Blanca desde la partida de McGahn.

Trump contrató a Flood para ayudar a manejar la respuesta a la investigación sobre Rusia del fiscal especial Robert Mueller.

Pero no está claro qué papel desempeñará Flood ni cuánto tiempo continuará en la Casa Blanca. Cuando se contrató a Flood, muchos empleados de la Casa Blanca esperaban que sucediera a McGahn como asesor.

Trump demostró su sensibilidad a las investigaciones el miércoles en su primera conferencia de prensa después de las elecciones al Congreso, advirtiendo de una «postura de guerra» si los demócratas atacaban a la Casa Blanca con investigaciones.

La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dio una señal momentos más tarde de que no se deja intimidar. «Tenemos la responsabilidad constitucional de supervisar», señaló. «Esto no significa que vayamos a buscar pelea», dijo, y agregó que esperaba que la administración respondiera voluntariamente a las solicitudes de información, pero «si eso requiere una orden de citación, que así sea».

Dependerá de Cipollone y su equipo de abogados responder a esas preguntas o luchar contra ellas argumentando el privilegio ejecutivo. Las investigaciones del Congreso añaden una cuota de ansiedad y distracción para el personal de la Casa Blanca que se enfrenta al riesgo de ser llamados a testificar. Responder a una citación podría costar más de diez mil dólares en cuentas judiciales.

«Es preocupante para esas personas, porque agota el tiempo y la energía y es una enorme distracción», dijo Neil Eggleston, quien fue asesor de la Casa Blanca en los últimos años de la administración de Obama y abogado en la Casa Blanca de Clinton. «Es agotador para la gente, en términos personales, tener que pasar por esto».

Al mismo tiempo, la oficina del fiscal de la Casa Blanca tampoco está preparada para ocuparse de otra consecuencia de las elecciones: la gran rotación de personal. Los asesores de la Casa Blanca esperan un éxodo de personal que ve poco sentido en seguir con la administración a través del estancamiento de Washington y las investigaciones hostiles.

La oficina del fiscal es responsable de investigar a las nuevas contrataciones y actualmente no cuenta con un abogado jefe de ética, quien revisa los nombramientos en caso de conflictos éticos y financieros. El puesto ha estado vacante durante meses.