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Un bolso Louboutin no tan solidario

Christian Louboutin es más que el diseñador tras los codiciados e imposibles zapatos de suela roja. El creador francés es todo un maestro. Sus diseños son prácticamente un objeto de exposición. Muestra de ello es Mexicaba, la última colección de bolsos que ha lanzado y con la que rinde homenaje a la tradición mexicana.

A principios de mayo la cuenta de Instagram de la firma se llenaba de colores. Rojos, amarillos, azules, naranjas y verdes saludaban a sus más fieles seguidores. Es más, la mente detrás de la marca era uno de los protagonistas de la campaña. La imagen de Louboutin con una sonrisa de oreja a oreja, arrodillado, frente a una artesana, alcanzó más de 29.000 me gusta. “Siempre he tenido una visión global. Me es natural trabajar con las más virtuosas artesanas del mundo”, escribió junto a la foto. La colaboración entre el grande del lujo y las pequeñas artesanas mexicanas fue más que aplaudida. Hasta ahora.

Dos meses después una noticia ha ensombrecido la colección. A indígenas mayas les pagan 200 pesos por adornar bolsas de 28.000, titulaba el 8 de julio El Universal. La polémica corrió como pólvora y los tuiteros mexicanos se hincharon en críticas. “¡Pagar 235 pesos a indígenas mexicanas por bordar bolsas vendidas en 30.000 pesos! @LouboutinWorld no le compren”, decía una usuaria indignada.

La comparación es brutal, pero no del todo verdadera. Es cierto que las artesanas ganaron una media de 237 pesos, o sea unos 12 euros, por aplicación y que el bolso se vende por 1.300 euros. Comparando estas dos cifras se podría deducir que la firma se aprovechó de las artesanas. Pero la historia tiene matices. Así lo explica Graciela Zavala, encargada de comunicación de la Fundación Haciendas del mundo maya, organización que sirvió como vínculo entre la firma y los más de 150 artesanos de Yucatán que trabajaron en el proyecto y que se verá beneficiada con el 10% de cada bolso que se venda. El diseñador se comprometió a donar dicho porcentaje para que puedan continuar con su labor.

“Fueron más de 40 comunidades que estuvieron involucradas. Christian Louboutin encargó 2.000 bordados. Cada uno, dependiendo de la técnica, tenía un valor diferente. El que se realizó a máquina, por ejemplo, costó 237 pesos. Además, vale la pena resaltar que la marca les dio los materiales”, remarca vía telefónica.

Zavala intenta explicar que las artesanas no realizaron el bolso entero —la firma lo fabricó en sus talleres—. “Pertenecemos a la Organización Mundial del Comercio Justo, con eso garantizamos que lo que se les paga sea correcto. El valor del trabajo se obtiene por medio de un cálculo que incluye el tiempo de elaboación —un bordado a máquina puede hacerse en dos horas— y la complejidad del trabajo”, explica. Calcular el valor de una labor que además de artesanal es tradicional es complicado. Lo sabe Martina Zabala, coordinadora del programa de productividad indígena en Maxcanú, uno de los municipios que participó en la elaboración de los bolsos. Según sus 15 años de experiencia como coordinadora de proyectos en la zona, el valor de los bordados que realizan van desde los 25 euros, para los medianos, hasta los 38 por los más grandes.

La polémica, sin embargo, no ha detenido a los fieles seguidores de Louboutin. El bolso —solo se confeccionaron 2.000 y tienen además incrustaciones de pierdas preciosas y aplicaciones de cuero— ya se ha agotado en la web. Consultada la firma sobre esta polémica su respuesta ha sido que en este momento no encuentran una fuente autorizada para hablar sobre la controversia.