Inicio México Un ‘ya merito’ repetido 14 veces: la historia de los mundiales

Un ‘ya merito’ repetido 14 veces: la historia de los mundiales

Un juego de futbol ocurre dos veces: una en la mente y otra en la cancha, dice Juan Villoro; en esta, la memoria escenifica como el primer actor para arrancar la Breve historia del ya merito (Sexto piso, 2018), editada por Rodrigo Márquez Tizano.

Desde 1962, año en que arranca este recuento, la Selección Mexicana solo ha jugado dos veces un quinto partido en un Mundial de futbol.

Pese a contar con el gol más bonito en el repertorio de esta justa o la trampa al inscribir a jugadores apócrifos, que detonó en la no asistencia del equipo al Mundial de Italia 90, la historia del balompié mexicano se ha replicado por más de 10 veces.

En este volumen, también prologado por Márquez Tizano, comulgan la autobiografía, la ficción, el collage, el trabajo de archivo, el ensayo, la entrevista y la crónica para fundirse en un tópico central a lo largo de sus 213 páginas: los ‘ya merito’ de cada cuatro años en que se disputa un Mundial.

“El ya mérito es ese estado en donde no se sabe si se va para adelante o para atrás y que no solamente es un boquete temporal sino también es parcial; ¿ya mérito qué?, ¿cuándo?, ¿antes, después? No solamente es un tiempo.

“Me gusta porque es antiresultadista; es una especie de recuperarlo, adoptarlo de una manera positiva. Es darle un guiño a la historia de derrotas y casi siempre conseguir algo; no sabemos si es la victoria, pero conseguir algo de la Selección Mexicana”, explica Márquez Tizano, que funge como DT de este seleccionado, mientras cruza los brazos y acomoda sus gafas oscuras.

Renunciar al tiempo y ordenarlo es necesario para entender lo que pasó en todos los mundiales; bajo esa premisa, el editor decidió iniciar el recorrido con el mundial de Chile en 1962 y aterrizar cada cuatro años hasta llegar a Brasil 2014.

Los escritores convocados para entrar a esta cancha de papel fueron 14; entre ellos están Juan Villoro, Guillermo Fadanelli, Antonio Ortuño, Juan Pablo Villalobos, Julián Herbert, Carlos Velázquez y el editor, que funge como DT.

Para Rodríguez Tizano, que vive en Buenos Aires, Argentina, escribir sobre el Mundial de Argentina 78, significó visitar la hemeroteca; buscar en los diarios de la época; viajar a la ciudad de Rosario y conocer su estadio; hablar con el cuidador y (re)visitar los lugares que, contra todo pronóstico, hicieron que México cayera ante Túnez, una selección conformada por jugadores no-profesionales, 3 a 1.

“No es indagar, no es picar; es una conversación y una crítica hacia el periodismo deportivo. Espero que se vea así o por lo menos una discusión, entablarla. Están ahí los hechos, hay que reconstruirlos; quizá no alcanzamos a llenar nunca el rompecabezas”, reitera el editor.

El libro lo prepararon entre diciembre del año pasado y principios del 2018; ya lo tenían en mente por su afición al deporte más bonito del mundo (el joga bonito) y la tarea conectó como una jugada entre pases hasta rematar en la meta.

“Con muchos he jugado futbol y con todos he visto partidos. Es decir, no hay nadie aquí que no le guste la pelota y que no sepa de lo que está hablando; el hecho de que sea gente que sea veedora de futbol facilita mucho. Y cuando tienes buenos jugadores, ¿qué les vas a decir?”, detalla en la casa del número 35-A de París, en Coyoacán, donde se edita la magia de Sexto Piso.

«Por supuesto que fue penal lo de Robben, porque sucedió, porque fue penal. Somos unos moralistas asquerosos; siempre buscando el pretexto. ¿Por qué no una vez es al revés y nosotros somos los pillos en la cancha? Ya estoy harto de esos pretextos.

“Si te das cuenta ahora con lo de (Sergio) Ramos: ‘Ramos cerdo, asqueroso’. Yo lo banco a Ramos; yo lo apoyo. Carajo, siempre tiene que haber uno que se ensucia para permitir y, pues, alzar una copa otra vez. No es ganar por ganar, no es ganar con todo; necesitamos más colmillo en la cancha”, reclama contra la pared, como si un aficionado tuviese enfrente al jugador holandés.