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Una banda forjada en la nostalgia y esculpida en el tiempo: Human Drama

Recordar es clave en la música de Human Drama: la nostalgia expuesta en las letras escritas de Johnny Indovina y contar historias que los seres humanos hayan vivido.

La banda estadounidense (Los Ángeles, 1985), que se reintegró para 2015 y comenzó a trabajar un nuevo material, llega este fin de semana a la Ciudad de México para tocar en el festival “Música contra el olvido”, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M.).

“Venimos a México desde hace muchos años porque hay un público al que le gustó la música de Human Drama; para este concierto estuve en comunicación con la Universidad y hablamos del compromiso que involucra a todos los artistas; estamos felices de disfrutar y compartir de su naturaleza”, recuerda Indovina por teléfono, mientras saluda en un español acentuado.

El músico, que celebró su último cumpleaños en México, sabe que la identidad se gana cuando la creación es genuina y que la empatía tiene todo que ver. Esto significa escuchar y darle al otro una posibilidad, un espacio y la garantía de ser reconocido para entenderse y entender al mundo.

Conectar con las personas es columna central en todas sus composiciones.

Me gusta hablar con quienes gustan de involucrarse en el arte, la música y el teatro; me gusta ofrecerles mi experiencia y lo que significa tener una carrera como artista desde 1976; algo que involucra contestar con la verdad”, responde el frontman de Human Drama con una voz pausada

La nostalgia proviene de la etimología griega nostos, que significa regreso, y algos, que es dolor, una manera de sentir la pena de estar o verse ausente en un lugar; este sentir es materia prima para Indovina que, tal y como lo proyecta el último disco de su banda, Broken songs for broken people (2017), busca emular atmósferas y sensaciones a cada minuto reproducido.

La banda, que se presentará a las 18:00 horas de forma gratuita en la Sala Carlos Chávez, ubicada en la zona cultural de la Ciudad Universitaria de la UNAM, también suele experimentar en escena y, desde cero, ir sumando los sonidos de cada instrumento hasta interpretar todas las piezas de su setlist.

“Como artista uno tiene que ser sincero contigo mismo y creer en lo que escribes cuando lo haces, tal como el trabajo de Tom Waits o David Bowie y, aunque es difícil no apartarse de sus influencias, tienes que pensar en que lo que escribes no es para gustarle a alguien, sino para ser verdadero, desde lo que digas hasta los que sientas.

“Un artista tiene que probarse asimismo que puede crear y que, para ser verdadero, su sonido no necesita parecerse a otros, o a las melodías de alguien más; tienes que probar que lo que haces es único y tienes algo qué decir, una historia que contar”, afirma el vocalista forjado en los años 80, un mundo donde los one hit wonder eran la orden del día y en el que buscó el camino de la persistencia ante el tiempo, un fan de la nostalgia.