Entre personas que se tomaron fotos con él, le regalaron caguamas y chicharrones, que le pidieron autógrafos para sus ejemplares de “El Libro Vaquero” -favorito del candidato- y que lo invitaron a cantinas o heladerías, Jaime Rodríguez Calderón recurrió a su rutina previo a los debates presidenciales: caminar.
En Mérida, Yucatán, a horas del tercer y último debate presidencial, El Bronco recorrió Paseo de Montejo, donde aseguró que a pesar de no contar con un equipo “harvariano” de asesores, no tiene nervios de presentarse al encuentro con Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Ricardo Anaya.
En entrevista, el aspirante independiente añadió que esta noche la ocupará para convencer a los indecisos con sus propuestas y dejará las acusaciones y señalamientos para el intercambio que sostendrán Anaya y Meade.
El objetivo de este encuentro, recalcó, es convencer a los mexicanos de que se debe votar por políticos que no militen en un partido, en esta encomienda incluso se autonombró: “Soy la quimioterapia para el cáncer de los partidos políticos”.
Luego del debate, añadió que no piensa en algún festejo y sólo irá a cenar con su familia y equipo de trabajo.