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Viajero de lujo… Cuba te llama

La convivencia de dólares y pesos crea una dualidad en la economía de Cuba, un mercado carente en pesos, con sueldos bajos y malos servicios, fundamentalmente orientados hacia el consumo del cubano y no del turista; y uno más eficiente basado en los dólares del visitante, en tiendas de artículos de importación, transportes y restaurantes más ostentosos.

Este mercado de dólares es cada vez más amplio en Cuba, sobre todo cuando se trata del turismo de lujo, mismo que se ve con recientes aperturas como la del Gran Hotel Manzana Kempinski, inaugurado apenas hace un año en el corazón de la capital cubana y clasificado como el “primer hotel de lujo” de la isla.

La instalación cinco estrellas, administrada por Kempinski, una empresa suizo-alemana reconocida por sus hoteles de altos estándares, pero que es propiedad del gobierno cubano, ocupa los pisos superiores de un renovado centro comercial Belle Époque que incluye tiendas Gucci y Montblanc.

La propiedad dispone de 246 habitaciones, entre estándar y suites, y ocupa una edificación de gran valor patrimonial que perteneció al antiguo centro comercial «Manzana de Gómez» de principios del siglo XX, que fue restaurado siguiendo el diseño original.

Con su fachada de piedra blanca y ventanales franceses, el Gran Hotel Manzana cuenta también con una alberca infinity en la azotea, con vistas al Capitolio y el Parque Central de La Habana, así como un spa con sauna y vapor. También exhibe un salón para fumadores.

Asimismo, tiene un bar con vista al Floridita, el bar en donde Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura, acostumbraba a tomar daiquiris, bebida más pedida en el lugar a base de hielo hecho frappe, ron, limón y azúcar.

El gerente general del Manzana Kempinski, Xavier Destribats, anunció que el grupo hotelero suizo tiene varios proyectos nuevos, sobre todo en hoteles de sol y playa, en conjunto con la empresa estatal cubana «Gaviota».

El hotel posee una ubicación privilegiada en el casco histórico de la ciudad, La Habana Vieja, donde se percibe un ambiente de vigilancia y completa seguridad para los viajeros. Caminando por la calle Obispo desde el Parque Central hasta el Malecón se recorre la zona más concurrida.

La Habana se está transformando en una futura potencia turística, y a pesar de que la cultura en torno al servicio no cumple ciertos estándares, eso no es un factor que determina la experiencia de los visitantes, no por nada es el principal ingreso del país.

Un ejemplo simple de servicio es el internet, el cual tiene poca velocidad y es necesario contratarlo con tarjetas de una hora de navegación con valor de 1 CUC.

Hoy, a pesar de que el cambio en la isla es cada día más notable con la reanudación de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, se observa un Cuba renovado y con un mercado emergente hacia el segmento de lujo.

El gobierno ha instado a operadores de hoteles y viajes, como Mundo Joven, a desarrollar mercados sin explotar, particularmente el de alto poder adquisitivo.

Este año se percibe un turismo de menos multitudes, infraestructura mejorada y una variedad más amplia de experiencias para aprovechar, y es por eso por lo que ahora podría ser el mejor momento para visitar ese destino.