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Prueba Toyota C-HR 220PH híbrido enchufable

Prueba Toyota C-HR enchufable

La movilidad en general y el sector del automóvil en particular parece que sólo tiene un camino, la electrificación total. Y digo parece, porque probablemente colocar todos los huevos en la misma cesta no sea ni mucho menos la opción más acertada, al menos en la actualidad y a corto plazo. Toyota lo cree así y es por ello que cuenta con modelos multi-tecnología.

Uno de sus productos más exitosos estrena una nueva variante con etiqueta Cero, el Toyota C-HR Plug-in Hybrid. El primer C-HR llegaba al mercado en 2017, mientras que la segunda generación de este crossover debutaba hace apenas unos meses, pero sólo con motores híbridos convencionales. Ahora ya se ofrece como híbrido enchufable, y lo hemos conducido.

La presentación dinámica de la versión híbrida del C-HR tuvo lugar el pasado noviembre, en Ibiza. Esta vez el lugar escogido ha sido muy diferente, pues nos hemos movido por el oeste de Galicia, conduciendo por carreteras de interior y también por zonas pegadas al Atlántico. Sea como fuere, os presento al protagonista.

Toyota C-HR 220PH, ¿cambia estéticamente?

Prueba Toyota C-HR perfil trasero

Bueno, como era de esperar no hay ningún cambio estético significativo del enchufable respecto al autorrecargable. De hecho, si queremos diferenciar una variante de otra podemos fijarnos en tres detalles. El primero es en la inscripción del portón, el segundo es en si tiene o no una tapa en cada aleta trasera (par enchufarlo a la corriente y repostar) y el tercero es el distintivo medioambiental, que será Eco en las versiones HEV y Cero en las PHEV.

También podemos diferenciarlo por el maletero, que a decir verdad es uno de los puntos negativos del Toyota C-HR híbrido enchufable. Estamos hablando de un coche con 4,36 metros y carrocería crossover. Los 388 litros de capacidad en la variante híbrida convencional son un dato correcto para su tamaño, pero en el caso del PHEV las baterías ocupan espacio y restan capacidad de carga que se reduce a 310 litros; volumen que se antoja algo pequeño, sinceramente.

Toyota C-HR híbrido enchufable: batería, potencia, recarga y autonomía

Prueba Toyota C-HR PHEV

Dicho lo anterior, el Toyota C-HR 220PH lleva un motor térmico gasolina de 2.0 litros que desarrolla 152 CV, exactamente el mismo bloque que el de la versión 200H. Lógicamente todo cambia en la parte eléctrica, pues el motor eléctrico asciende hasta los 163 CV y la batería que lo alimenta llega a los 13,6 kWh de capacidad. En conjunto nos encontramos con una potencia de 223 CV, con la que logra un 0 a 100 km/h en 7,2 segundos.

La autonomía homologada de este vehículo en modo 100% eléctrico es de 66 kilómetros, aunque en esta prueba haciendo un uso normal y moviéndonos tanto por carreteras lentas como vías rápidas la realidad ha sido que no llega a los 50 kilómetros. En cualquier caso, lo bueno es que cuando agotamos la carga de la batería se comporta como un híbrido convencional, mostrando una gran eficiencia y no dispara el consumo de gasolina.

Para recargarla, si utilizamos un Wallbox podemos hacerlo a una potencia de hasta 6,6 kW, necesitando de este modo alrededor de 2 horas y media para una carga completa. También podemos hacer esta operación con un enchufe doméstico convencional (Schuko), aunque el tiempo subirá a 6 horas y media aproximadamente. Sinceramente, no es un mal dato si la mayoría de cargas las hacemos en nuestro domicilio mientras dormimos.

Al volante

Prueba Toyota C-HR interior

En lo que a conducción se refiere, el Toyota C-HR 220PH es un coche fácil de llevar. A nivel de chasis no se nota diferencias respecto a la versión 200H. Cuenta con una buena puesta a punto de la suspensión, bastante equilibrada, y no se siente ni más torpe ni más ágil que la otra mecánica. Es decir, los pocos kilos de más del híbrido enchufable pasan totalmente desapercibidos.

No es un vehículo para conducir a ritmo por carreteras de curvas, pues la dirección no es muy informativa -aunque sí lo suficientemente rápida- y la suspensión permite ligeros balanceos, ya que optan por una configuración que prioriza el confort de los ocupantes antes que la deportividad. Aun así, se defiende bien cuando incrementamos el ritmo.

Y respecto al motor, tenemos varios modos seleccionables para el funcionamiento del sistema híbrido, que son Modo EV, modo Auto EV/HV, modo HV y modo de carga. A ello hay que sumar la función Geofencing, que optimiza el uso de la batería durante todo el trayecto, analizando la ruta prevista y alternando automáticamente entre los modos eléctrico e híbrido al circular fuera de zonas de bajas emisiones, para maximizar la autonomía eléctrica al entrar en una zona de bajas emisiones.

Prueba Toyota C-HR 220PH

No faltan modos de conducción Normal, Eco y Sport, además de un cuarto modo personalizable. En cualquier caso, alteran la respuesta del motor, de la dirección y del aire acondicionado.

Ni que decir tiene que la respuesta del sistema híbrido enchufable es suave y realmente tiene un muy buen empuje en conducción normal y en cualquiera de los cuatro modos de funcionamiento. En modo eléctrico tiene solvencia suficiente para aceleraciones satisfactorias, tanto en ciudad como en carretera. En cualquier caso, si apretamos el acelerador fuerte, el motor térmico entra en acción para generar esa potencia conjunta de hasta 223 CV.

Precios y equipamientos del Toyota C-HR 220PH

Precios Toyota C-HR híbrido enchufable

La versión híbrida enchufable del crossover de Toyota está disponible en los acabado Advance, Advance Plus y GR Sport, así como en las ediciones especiales Premiere y GR Sport Premiere. El precio de partida de los Advance y Advance Plus, que serán los que obtengan el mayor número de ventas es de 38.500 euros y 41.000 respectivamente, mientras que el GR Sport parte de los 42.000 euros. Todo ello sin descuentos ni ayudas del gobierno.