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El lunes llegan las tau Hercúlidas, un espectáculo todo o nada que surcará el cielo (o no)

Entre el 30 y el 31 de mayo tendremos una nueva oportunidad para mirar al cielo y observar un evento singular: las tau Hercúlidas. Podría ser una lluvia de estrellas única en años… o podría quedar en nada, lo cierto es que ni siquiera estamos seguros. De ocurrir algo, la visibilidad será buena desde Norteamérica, aunque ya habrá amanecido en la España peninsular a la hora a la que se espera este evento alcance su máximo esplendor. Sería además la primera ocasión en la que veríamos esta lluvia, por lo que conviene estar atentos.


¿Por qué tanto misterio?
El paso de 2022 será el primero en el que la Tierra coincida con la ruta del cometa desde que este comenzara a desintegrarse a primeros de los años 90. El problema es que hasta que no nos acerquemos a su órbita no sabremos cómo están repartidos los fragmentos que generó esta desintegración, si están suficientemente esparcidos como para que se cuelen en nuestra atmósfera causando la lluvia de meteoros. El grueso del cometa estará a 9,2 millones de kilómetros de nosotros, por lo que no sabemos si el espectáculo prometido se cumplirá o si este evento astronómico único en los últimos 145 años se quedará en una decepción. Solo cabe esperar.

Un cometa con historia.
El cometa 73P/Schwassmann-Wachmann 3 (SW 3) es ciertamente peculiar. Fue descubierto 2 de mayo de 1930 desde Hamburgo. Solo visible con telescopio, se le perdió la pista durante casi 40 años, entre 1935 y 1974. Orbita alrededor del sol cada 5,4 años, y no fue visto durante ocho de estas vueltas.

Realizó otro paso más de incógnito en 1985 para regresar en 1990 de nuevo a plena vista. Pero su paso más extraordinario (hasta ahora) fue el de 1995. El cometa, hasta entonces solo detectable a través de telescopios (que además no estaba realizando un paso especialmente cercano a la Tierra), pudo verse a simple vista a principios del mes de octubre. Al observarlo con detenimiento se dieron cuenta del motivo: su núcleo se había fracturado en cuatro piezas.

En 2000 y 2006 el cometa volvió a hacer paso por nuestras inmediaciones, mostrando cada vez más fracturas, con nuevos trozos y otros que parecían perderse por el camino. Durante su último paso en 2017 se contabilizaron 68 fragmentos.

Un precedente: el cometa Biela.
El evento precisamente recuerda a otro paso que se dio hace 147 años, cuando el comenta 3D/Biela dejó la última de una serie de impresionantes lluvias Andromédidas. Estas lluvias de meteoros fueron especialmente llamativas en 1872 y en la ocasión mencionada, la de 1885.

Todo depende de cómo se rompió el cometa.
Cuando el cometa reventó antes de su paso de 1995, lo hizo generando una explosión de partículas de diverso tamaño. Los expertos confían en que esta explosión eyectara materia en todas direcciones, factor relevante puesto que la lluvia depende de que haya fragmentos que precedan al núcleo del cometa.

La clave está en la magnitud del evento que quebró el núcleo del cometa. Si esta explosión fue fuerte, suficientes pedazos de roca habrían salido disparados del núcleo, algunos de ellos acercándose ligeramente al sol. Esto los dejaría en una órbita más estrecha, lo cual aceleraría la velocidad a la que se mueven, de manera que éstos tomarían ventaja respecto al núcleo.

Otras lluvias que se esperan para este año.
Ésta será la última lluvia de meteoros hasta la llegada de las Perseidas a mediados de agosto. A éstas las seguirán las Oriónidas en octubre y las Tauridas en noviembre.

Imagen | NASA