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Hemos gastado miles de millones en la misión DART para que se estrelle. De momento va por buen camino

En menos de una semana la misión DART alcanzará su objetivo: Didymos. El fin es evaluar la posibilidad de desarrollar misiones semejantes para desviar asteroides que pudieran suponer un peligro para la vida en la Tierra.


El primer ensayo de defensa planetaria.
Si todo va bien, entre el 26 y el 27 de este mes de septiembre, la misión DART impactará contra el asteroide Dimorphos a su paso cerca de la orbita terrestre. DART es el acrónimo de Double Asteroid Redirection Test, y también puede traducirse como “dardo”.

La misión tratará de alterar el movimiento de un asteroide. Para ello chocará una sonda espacial contra el menor de los asteroides que componen el sistema Didymos, una roca de unos 160 metros de longitud llamada Dimorphos. Dimorphos orbita a Didymos, un asteroide de unos 780 metros que comparte nombre con el sistema.

Ninguno de los asteroides que compone este sistema supone un peligro para la Tierra. La misión también abarca el análisis de los datos que se recopilen tras el impacto. No se trata simplemente de mover Dimorphos, sino de hacerlo de forma controlada, según explican Isabel Herreros y Jens Ormö en un artículo reciente publicado en The Conversation.

La misión no termina con el choque.
Tras el impacto los responsables de DART tendrán que evaluar los datos enviados por la sonda y aquellos que se recojan desde la Tierra. Con estos datos se podrán crear simulaciones que nos ayuden a desviar potenciales amenazas futuras en forma de asteroide.

Estas simulaciones serán utilizadas cuando, de darse el caso de toparnos con una amenaza, haya que preparar una misión de defensa planetaria. Nos ayudarán a entender dónde, cómo y cuándo golpear al asteroide para asegurarnos desviarlo.

Objetivo fijado.
Pero los modelos numéricos también tienen protagonismo antes del impacto. Herreros y Ormö trabajan en el Centro de Astrobiología (CAB), en cuyos laboratorios se ha realizado parte del trabajo gracias al cual DART está pudiendo “apuntar” a su objetivo.

El problema aquí es que contamos con poca información sobre Didymos, por lo que la tarea de calcular dónde impactar para lograr los mejores resultados es compleja (precisamente la tarea que DART quiere facilitar en el futuro). “A día de hoy, no se conoce ni la composición ni la forma del asteroide, por lo que esta decisión tendrá que tomarse cuando la nave DART se encuentre suficientemente cerca de Dimorphos, apenas unos días antes del impacto.”

Herreros y Ormö continúan explicando: “hemos realizado los ensayos de validación de uno de los modelos numéricos con los que se ha diseñado la misión y en base a los cuáles se tomarán decisiones críticas días antes del impacto”. Ambos también son coautores de un artículo publicado en Earth and Planetary Science Letters en el que se da cuenta de los detalles del proceso.

LICIACube.
A cargo de la toma de datos “in situ” estará otra aportación europea a la misión: LICCAcube. Esta sonda se separó del vehículo principal de la misión durante la noche del domingo. Esta sonda será la encargada de observar desde cerca el impacto de su nave nodriza contra el asteroide. Tras ello podrá contarnos desde su privilegiada posición en primera fila los efectos de este choque espacial.

Casi un año esperando.
La misión DART despegó en noviembre de 2021, pero su andadura había comenzado más de un lustro atrás, con planes conjuntos entre la agencia espacial norteamericana, la NASA, y la Agencia Espacial Europea (ESA), de desarrollar la primera misión de defensa planetaria para el desvío de asteroides peligrosos.

El Administrador de la NASA, Bill Nelson, explicaba con entusiasmo que «es algo así como una reproducción de la película ‘Armageddon’ de Bruce Willis, aunque aquello era totalmente ficticio». La misión partió el pasado 24 de noviembre del año pasado desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, California, a bordo de un cohete Falcon 9.

China también se apunta.
DART no es el único plan de defensa planetaria que la humanidad tiene en desarrollo. China anunció unos meses atrás que había comenzado a desarrollar sus propios planes. Poco ha trascendido pero según el anuncio el primer paso pasaba por mejorar la alerta temprana y la monitorización de objetos cercanos a la Tierra o NEOs.

Este es solo uno de los proyectos de un programa espacial chino que avanza a pasos agigantados, y que pretende competir con las agencias occidentales tanto en llevar a astronautas a la Luna como en retornar las primeras muestras de suelo marciano a la Tierra.

Imagen | NASA