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La maldición de las fundas de móvil transparentes es que acaban amarilleando. Y es casi imposible impedirlo

Fabricantes como Xiaomi suelen incluir una funda transparente en la caja de sus móviles, pero este accesorio es también una opción común que los usuarios usan para proteger sus dispositivos. ¿El problema? Que la mayoría acaban amarilleando.

Esas fundas están a menudo fabricadas con TPU (Poliuretano Termoplástico), un polímero estupendo por muchas cosas: es resistente, flexible y barato. Lo que no es tan estupendo es su degradación material, que provoca que con el tiempo este polímero acabe teniendo ese feo aspecto amarillento. Y combatir ese problema es casi imposible.

Y el TPU conquistó el mundo (con razón)

Hay toda una industria alrededor de las carcasas y fundas para nuestros móviles. Una gigantesca que además no para de crecer y que en 2018 generó unos ingresos de 21.400 millones de dólares en todo el mundo.

De hecho es curioso cómo muchos fabricantes inciden tanto en el diseño de sus móviles cuando en realidad muchos de los usuarios acaban casi «ignorando» ese esfuerzo al colocar una carcasa a estos dispositivos.

Las fundas permiten personalizar el aspecto exterior de nuestro móvil, pero también protegerlo ante caídas, golpes o arañazos. Las opciones son múltiples en formatos y materiales, pero entre las carcasas más populares están las transparentes de TPU, ese material que cogió el relevo de las carcasas de silicona y que es desde luego una opción estupenda para muchos.

Las aplicaciones de este elastómero van de hecho más allá de las carcasas para móviles. Se aplica en fibras textiles elásticas, filamentos par impresión 3D, componentes de automóvil, artículos deportivos, suelas de calzado o productos para agricultura, ganadería o pesca.

El material es además reciclable, y es perfecto como opción para estas carcasas por su alta resistencia a la abrasión, su gran capacidad de amortiguación y su resistencia a grasas o aceites.

Todas estas ventajas se unen a otra fundamental: su bajo coste, que hace que esas fundas suelan ser muy asequibles y por ello algunos fabricantes las incluyan como parte del conjunto de accesorios en la caja de los móviles que comercializan. Pero el material no es perfecto, claro.

Los plásticos y la luz ultravioleta no se llevan bien

El problema de estas fundas es que la degradación del material provoca que amarilleen. De hecho y como explicaba John Wegner, científico e ingeniero, en realidad el material original es en realidad amarillo en su origen. Los fabricantes de carcasas simplemente aplican un tinte azul para lograr que el acabado final sea transparente.

Fundas2

Fuente: MundoXiaomi

El plástico utilizado en estas carcasas está formado por largas cadenas de moléculas de polímeros que se mantienen unidas con enlaces químicos de fuerza variable. «No están conectadas entre sí, sino que son un amasijo de cadenas enrolladas que empezarán a separarse (refundirse) si se exponen a suficiente calor», comentaba Wegner.

Además las cadenas que acaban conformando el material TPU tienen una propiedad particular de refracción/reflexión de la luz. La alteración de las cadenas altera la respuesta de la luz, y la luz ultravioleta rompe estos enlaces con el tiempo, dando lugar a muchas cadenas más cortas y desordenadas. 

El calor acelera este efecto y eso provoca el efecto final, del que podéis obtener más detalles en este estudio sobre el envejecimiento de plásticos debido a la luz ultravioleta.

Mejor cómprate otra carcasa

La conclusión es que como ocurría con las fundas de silicona y otros muchos materiales, al final la exposición al sol y al exterior puede hacer que esos materiales se degraden. Es lo que también ocurre con las carcasas de TPU, lo que provoca ese amarilleo que se va agravando con el tiempo. La pregunta es: ¿se puede evitar?

Carcasa

Hay quien afirma que sí: en internet y en plataformas como YouTube o TikTok hay métodos que prometen funcionar y devolverle a estas fundas su aspecto original (o casi).

Nuestros compañeros de MundoXiaomi ya hablaban de esos métodos populares. Entre ellos están el de limpiarlas con agua y jabón, hacerlo con alcohol isopropílico o incluso darles un baño de lejía a esas fundas.

Hay algunos más, como dejaron claro también nuestros compañeros de Xataka Android. En su singular análisis trataron de «resucitar» tres carcasas transparentes con hasta seis métodos distintos que incluían agua oxigenada de 40 volúmenes e incluso el estropajo mágico de Mercadona.

¿La conclusión en ambos casos? No es posible recuperar el aspecto original de estas fundas, y de hecho ninguno de los métodos analizados logró que tampoco mejoraran especialmente su aspecto. Lo que sí consiguieron, eso sí, es dejarlas limpias y desinfectadas, pero el acabado amarillento permanecía ahí.

La solución no es en realidad demasiado dramática: lo ideal es, simplemente, comprar otra funda. Teniendo en cuenta que este material es reciclable, tampoco es especialmente grave acabar sustituyendo la funda que amarillea por otra nueva tras cierto tiempo.

Hay que tener en cuenta además que estas fundas suelen tardar bastantes meses en amarillear de forma pronunciada, y el ritmo al que cambiamos nuestro móvil habitualmente (2-3 años) probablemente haga que como mucho usemos un par de fundas a lo largo de su ciclo de vida si usamos de este tipo.

Como explicaban en Xataka Android, siempre podremos elegir además una carcasa de distinto material o color: es posible que también se acabe degradando, pero el efecto no será seguramente tan visible como el que afecta a las fundas y carcasas de TPU.