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La privacidad tiene un nuevo frente abierto: cada vez es más fácil (y barato) obtener imágenes por satélite

El foco de la privacidad en estos últimos años se encuentra en las redes sociales, con los diferentes escándalos como el de Cambridge Analytica de Facebook, entre otras grandes compañías. También vemos cómo las cámaras de vigilancia para identificación facial mediante inteligencia artificial, especialmente en China, cogen cada vez más peso. Sin embargo, hay otro observador del que «esconderse»: el cielo con sus cientos de satélites.

Durante las últimas décadas las tecnologías utilizadas por los satélites para fotografiar y grabar desde el espacio la superficie terrestre han aumentado y mejorado de forma sorprendente, sólo hay que ver la evolución de Google Earth. No sólo tenemos imágenes cada vez más nítidas de la Tierra, también más satélites alrededor del planeta para obtener fotografías de más áreas y con mayor regularidad.

Según indica MIT, ya hay 768 satélites de observación en órbita frente a apenas 150 que teníamos en 2008. Regular qué pueden y qué no pueden hacer estos satélites ahí fuera es más complicado de lo que parece, a fin de cuentas, no hay una autoridad global que le diga a cada país que puede fotografiar con sus satélites cuando sobrevuela otros países.

Plantaciones de marijuana en Google Earth

El uso de las imágenes por satélite comenzó con fines militares décadas atrás. En el aspecto civil el ejemplo más claro que tenemos del uso de las imágenes por satélite es el de los mapas en móviles o de los GPS por ejemplo. También se puede utilizar con fines científicos, para encontrar por ejemplo un lago de lava en mitad del Antártico.

Hay otros usos más peculiares que se han dado de estas imágenes por satélite. El año pasado la policía de Brasil aprovechó imágenes por satélite en tiempo real para encontrar áreas del Amazonas donde se estaban talando árboles de forma ilegal. Aunque si hay un caso curioso es el de la policía de una ciudad de Oregon, que gracias a fotografías de Google Earth descubrió una plantación de marijuana en 2013.

Pixelados a 25 cm

¿Qué pueden hacer las autoridades ante la creciente suma de satélites en órbita y sus mejores cámaras? De momento la solución que se está aplicando es la de reducir la calidad de estas imágenes. Los gobiernos imponen una resolución máxima a la que se puede vender las imágenes a clientes de su país. Estas licencias son diferentes en cada lugar y también pueden variar por empresa de satélite.

DigitalGlobe (ahora parte de Maxar) es una de las empresas más conocidas que venden imágenes en Estados Unidos. Ahí ha conseguido que desde 2014 el gobierno estadounidense le permita vender sus imágenes pixeladas a 25 cm, previamente era a 50 cm. Esto significa que la mayor nitidez a la que pueden vender (que no fotografiar) una imagen es de un pixel por cada 25 cm reales. Un humano visto en cenital correspondería a uno o dos píxeles aproximadamente. DigitalGlobe vende sus imágenes a Google para su servicio Maps por ejemplo, aunque no es su único cliente.

Worldview 3 Satellite Image Airport Mapping Squashed

En Europa en 2015 se intentó unificar las políticas al respecto mediante la Unión Europea, aunque Reino Unido bloqueó la aplicación de medidas unificadas ya que, según ellos, impedía el desarrollo de este tipo de tecnologías. Una empresa vende imágenes satelitales de Europa pixeladas a 30 centímetros.

Los 25-30 centímetros de límite que se suelen usar actualmente puede que impidan identificar a personas concretas o datos como una matrícula de coche. Sin embargo es cuestión de tiempo que se reduzca aún más el límite. La creciente demanda y oferta de mayor resolución, y al no existir una regulación internacional que evite la competencia, hace que cada vez veamos imágenes de mayor resolución.

Según comentó el analista senior de políticas de la Corporación Aeroespacial de Estados unidos a WIRED, estas regulaciones impulsan el negocio de compañías extranjeras. Indica que los grupos de investigación también se ven afectados, pues al estar limitados en Estados Unidos acuden a otros países y gobiernos a pedir financiación para el desarrollo de sus proyectos.

Un mercado para el sector privado

Las imágenes por satélite siempre han estado ligadas a organismos gubernamentales. El alto coste de colocar un satélite en órbita y la carencia de utilidad en el pasado han hecho que sea algo a lo que las empresas privadas no aspirasen. Pero el hecho de que SpaceX se esté planteando llevar humanos a Marte es la prueba de que el espacio ya no es cosa sólo de los gobiernos.

Nunca había sido tan rápido y espectacular ver cómo ha cambiado la Tierra en 32 años

Empresas como DigitalGlobe mencionada anteriormente venden sus datos e imágenes por satélite a otras empresas privadas. Pero también pueden venderlas a clientes finales, siempre y cuando tengan el dinero para pagarlas, y cada vez son más asequibles. Otra compañía llamada Planet Labs tiene actualmente 140 satélites pululando alrededor de la tierra, son suficientes para fotografiar al menos una vez cada 24 horas toda la Tierra. Algunas compañías incluso están ofreciendo videos en directo del espacio, aunque es algo que tecnológicamente aún tiene mucho que mejorar.

Quien parece haber encontrado una solución a todo esto es China, y lo hace con inteligencia artificial. Según se ha indicado, están manipulando las imágenes vía satélite mediante inteligencia artificial para confundir a otros organismos militares.

Vía | MIT

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