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Los futuros Qualcomm Oryon pretenden rivalizar con los chips de Apple, Intel y AMD en portátiles. No lo tendrán fácil

El congreso anual Qualcomm Summit ha servido para que la empresa nos presente su nuevo procesador móvil, el Snapdragon 8 Gen 2, pero también ha sido presentada la que será la futura familia de chips ARM para portátiles, Qualcomm Oryon.

Snapdragon para móviles, Oryon para portátiles (¿y PCs?). Estos SoC serán el resultado de la adquisición de Nuvia en 2021. La empresa, formada por exingenieros de Apple que precisamente trabajaron en sus chips «A» para los iPhone y los iPad, prometió crear chips ARM para PCs y portátiles que compitieran teóricamente con la familia Apple «M» que debutó con los fantásticos Apple M1 en 2020. Qualcomm, eso sí, no ha dado ningún detalle de la nueva familia: solo conocemos su nombre, aunque recientemente se filtraron algunos detalles de «Hamoa», su teórico primer diseño.

Nada de Qualcomm Oryon hasta 2024. Hace un año la firma presentaba sus Snapdragon 8cx Gen 3, los chips para portátiles que ya hemos visto (en una versión «personalizada por Microsoft) en algunos equipos como los Surface Pro 9. La nueva familia Oryon es más ambiciosa, pero tendremos que ser pacientes: no se espera que aparezcan productos basados en estos chips hasta (al menos) principios de 2024.

Competir va a ser difícil. Apple lo está dando todo con sus chips M2 en estos momentos, y es de esperar que pronto presenten variantes supervitaminadas (Pro, Max, Ultra) como ya hicieran con los M1. Su rendimiento en portátiles es excepcional, y lo pone al nivel o por encima de los últimos lanzamientos de Intel y AMD, que por ahora están aguantando el tipo y compiten sin desviarse de su camino tradicional.

Guerra. Otro escollo está en la actual batalla legal que sostienen Qualcomm y ARM, peleadas por las licencias tecnológicas que concede esta última. Si la situación no se resuelve, las implicaciones no solo para Qualcomm sino para toda la industria podrían ser enormes.

El verdadero problema no es el chip. El gran reto de que esos chips triunfen no está tanto en los chips como en el software. Microsoft lleva tiempo ofreciendo Windows para ARM, pero hay ciertas limitaciones respecto a la compatibilidad de las aplicaciones —la emulación ayuda— y la sensación es la de que este es un tímido plan B de Microsoft, cuyo foco sigue siendo el Windows de siempre para x86/x86-64 (micros de Intel y AMD). Sin un apoyo mucho más fuerte al software, la propuesta tiene difícil poder competir con los Intel, AMD y Apple del mundo.