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No, la situación y los datos de contagios de julio en España no son los mismos que en marzo

Tras dos días superando los 240 nuevos infectados, con casi 5.000 diagnosticados en las últimas dos semanas y varias zonas del país en pleno reconfinamiento, ayer una gráfica empezó a correr como la pólvora por redes sociales y grupos de Whatsapp: la que defendía que «el coronavirus avanza en España con una curva similar a la de principios de marzo«. Y no es extraño, por todo lo que significaba, la viralidad es más que comprensible.

Sin embargo, basta con reflexionar un poco sobre los datos representados en la gráfica para comprobar que las conclusiones son, siendo estrictos, muy precipitados. Dejadme ser un poco más claro: no, ni la situación, ni los datos de contagios, ni la tendencia de julio en España son parecidos a los de marzo.

Datos radicalmente distintos

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Lo único que tienen en común los datos de las dos líneas de la gráfica es que son oficiales. Es decir, son los datos con los que trabajan en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Sin embargo, si nos fijamos en lo que realmente representan, no pueden ser situaciones más distintas. Durante los primeros días de marzo, el protocolo del Ministerio de Sanidad era «tan estrecho» que solo se hacían tests a personas con síntomas que habían estado en países con transmisión comunitaria.

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Ahora, en cambio, los datos son producto del rastreo activo de contactos tras identificar un caso positivo. La mayoría (un 60% según el Ministerio de Sanidad) asintomáticos, de hecho. Esto nos da una idea de lo radicalmente distintos que son los datos que compara la gráfica. Mientras que, en marzo, por cada caso confirmado, decenas de ellos se escapaban bajo el radar de la Vigilancia epidemiológica; en julio es esa misma Vigilancia la que los está buscando de forma proactiva para «testar, trazar y aislar» los brotes lo antes posible.

Dos tendencias contrapuestas

Como señalaba el usuario Picanúmeros en Twitter, hay un indicador más de que las situaciones de los dos meses no son comparables: la tendencia. Si abrimos un poco el marco de referencia y miramos cómo evolucionó el crecimiento de casos vemos que mientras que la primera semana de marzo estaba inscrita en un «crecimiento exponencial», hoy parece que nos encontramos ante una gráfica de crecimiento prácticamente constante. La diferencia es abismal en sus implicaciones para el futuro.

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Es cierto que en los últimos días el número de contagios personas por cada millón de habitantes han ido creciendo tras unas semanas en las que las cifras se han desplomado. Pero, si algo hemos aprendido durante esta pandemia, es que coger datos descontextualizados y sacar consecuencias apresuradas solo puede llevarnos a tomar decisiones erróneas. La epidemiología, incluso en manos de los mayores expertos del mundo, es una disciplina preñada de incertidumbres.

¿Significa esto que no tenemos que preocuparnos?

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En absoluto. Con todo lo que hemos vivido durante estos meses, el concepto «aplanar la curva» suena ya algo lejano en el tiempo. Pero a menudo se nos olvida que todos los esfuerzos que se hicieron durante los peores momentos da la epidemia de finales de marzo y abril tenían como objetivo que el sistema sanitario no se saturara (con el coste en vidas humanas que eso conllevaba).

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Muy pronto aprendimos que el virus no iba a desaparecer y que debíamos aprender a convivir con él, a gestionarlo y, sobre todo, a hacer todo lo posible para controlar la siguiente oleada. Eso es lo que, con mayor o menor fortuna, tratan de hacer los sistemas sanitarios de Lleida y Lugo: controlar los brotes y frenar la transmisión comunitaria allá donde se dé.

Y más vale que nos acostumbremos a esto. Por ello no hay que bajar la guardia y, por lo que estamos viendo, en muchos lugares del mundo, todo parece que el distanciamiento social, la mascarilla y el control proactivo van a estar mucho tiempo entre nosotros. Sin embargo, lo que necesitamos son datos precisos y conclusiones ajustadas a la realidad. La prudencia ha sido la gran «ganadora» de esta crisis, apliquémosla también a la hora de leer los datos.

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