Inicio Noticiero Digital Soy gallega, tengo 33 años y así me trajo la informática de...

Soy gallega, tengo 33 años y así me trajo la informática de altas prestaciones a Youtube

Sabela Ramos es una ingeniera informática gallega que trabaja desde 2017 como ingeniera de software en YouTube, en Google Zurich. Se dedica a «hacer que el software sea más rápido y aproveche mejor el hardware». Así define ella la Computación de Altas Prestaciones (o HPC, High Performance Computing), el arte de sumar potencia informática para multiplicar el rendimiento de los sistemas informáticos para, por ejemplo, ejecutar aplicaciones informáticas intensivas en datos o con grandes necesidades de cómputo. El propósito es acelerar la resolución de problemas, ya sea en el ámbito científico, en el de la ingeniería o los negocios, aportando escalabilidad y velocidad.

En ello lleva Ramos desde hace más de diez años, poco antes de terminar la carrera Ingeniería Informática en la Universidad de La Coruña. Lo hizo con honores: obtuvo el premio fin de carrera y también el Premio Nacional a la Excelencia en el Rendimiento Académico Universitario para el curso 2008-2009, además de algunas becas.

Completó una maestría para seguir con su especialidad en HPC, a la que le dedicó también su doctorado. Su tesis se centró en cómo optimizar las comunicaciones entre ordenadores, en específico para hacer más eficientes las comunicaciones entre procesos que se ejecutan en procesadores de varios núcleos que no son completamente independientes: hay varios niveles de memoria y hay algunos que estos comparten.

«Lo que esto permite es que, en lugar de comunicarte a través de la red, puedas hacerlo a través de la memoria. La ventaja es que las comunicaciones son más rápidas porque puedes utilizar directamente una memoria que está dentro del mismo procesador, que todos comparten y a la que todos tienen acceso», explica Ramos. La solución, no obstante, no es perfecta: si los procesos a la vez acceden a la vez a la misma memoria, esta no podrá servirlos a todos a igual velocidad. Eso obliga -añade- a ordenar las comunicaciones.

Todo eso lo aprendió Ramos durante una estancia en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza). Allí realizó su posgrado y, tras probar la docencia, decidió pasarse al lado de la industria. Eso le llevó a las filas de Google para trabajar en proyectos de infraestructura y generación de herramientas «para que las desarrolladoras y desarrolladores de YouTube puedan hacer su trabajo más rápido y mejor».

La informática evita pronunciarse sobre los aspectos más controvertidos de la plataforma de vídeo [como la multa que afronta por las acusaciones de recolectar datos personales de niños sin el consentimiento de los padres o tutores o sobre cómo funciona su sistema de recomendaciones y cómo evitar la escalada de contenidos conspiranoicos o falsos en YouTube].

Por qué estudiar computación

De lo que sí habla Ramos es de los motivos para decantarse por la informática. «Campos como la computación contribuyen a dar forma al futuro de la sociedad», afirma. Esta disciplina -dice- permite construir cosas muy distintas y trabajar en muchos ámbitos. Su mensaje para quienes se planteen sumergirse en ella: «Es importante que las bases -de algoritmos, de estructuras de datos, de cómo funciona un ordenador por dentro…- sean sólidas». «Ahora tendemos mucho a movernos por las modas. Antes era el big data, ahora la inteligencia artificial… Pero en informática aquello que es importante hoy puede que mañana esté obsoleto. Es un campo en el que todo se mueve muy rápido, por eso es importante una base sólida», señala.

Ramos comenta que este tipo de aprendizaje es el que se desdeña con más facilidad: «Son cosas que la gente cree que no usará el día de mañana, que no son necesarias en el día a día. Sin embargo, teniendo ese conocimiento es mucho más fácil construir», asegura. «Es mucho más útil que aprender lenguajes de programación», añade.

¿Qué más razones hay para estudiar informática? Las cifras apuntan a la empleabilidad: quienes estudian ciencias de la computación o alguna ingeniería tienen más posibilidades de tener un trabajo al cuarto año de terminar la carrera, según el informe Inserción laboral de los titulados universitarios – Curso 2013-2014 del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. El estudio, publicado el pasado julio, muestra cómo más de 80% de los estudiantes que terminaron una de estas licenciaturas en el mencionado curso estaban afiliados a la Seguridad Social en 2018.

La ingeniera avisa, eso sí, de que ni Informática ni el resto de carreras CTIM son fáciles, y por eso subraya la importancia de «escoger algo que te guste, y que si no te gusta lo dejes». Por la experiencia de personas de su entorno, es un paso difícil pero importante. Incluso a ella le costó dejar el ámbito académico para irse a la empresa. Una decisión de la que ahora se alegra. Sobre esto, añade otro consejo: «Buscar mentores y gente que te apoye. Personas con experiencia o con problemas parecidos que te pueda servir de soporte».

Visibilizar a las informáticas

Eso es precisamente lo que motiva el trabajo de Ramos en diversidad de género en Google. El empeño le viene de lejos: ya en 2012, durante su posgrado, recibió el Premio Anita Borg de Google, una beca internacional de 7.000 euros que el gigante tecnológico concede cada año a tres estudiantes (mujeres) de pregrado y posgrado de todo el mundo. Su propósito: crear igualdad de género en el campo de la informática e impulsar a mujeres a sobresalir en tecnología y a convertirse en líderes activas y modelos a seguir en el campo.

Sabela Morales Evento 15 Years Of Google Zurich With Women In Tech 19 09 2019 1

El programa selecciona a las candidatas por su fuerza de impacto en la diversidad, por su liderazgo demostrado y por su antecedentes académicos, algo que Ramos había demostrado. También siguió haciéndolo después. En 2015, organizó en la Universidad de La Coruña un evento que fue precursor de lo que hoy es la iniciativa Wisibilízalas: un concurso Internacional dirigido a centros de primaria y secundaria para romper estereotipos de género asociados a tecnología.

Su entonces compañera y coorganizadora Ana Freire, finalista de la Anita Borg, se llevó a la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona la idea: competir por crear páginas web dedicadas a la carrera de mujeres contemporáneas que trabajen en ámbitos CTIM (siglas para Ciencia Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), preferentemente que aún no estén publicados en Wikipedia, que provengan del entorno local o incluso de estudiantes con proyectos tecnológicos relevantes.

Ramos, por su parte, participa en el programa Women Engineering de Google organizando eventos para estudiantes mujeres de las universidades locales, además de talleres, mentorías, etc. para alentar las vocaciones en tecnología y que su presencia -en las facultades, en las empresas, en puestos directivos- no sea una rareza. En su equipo, sin ir más lejos, de 12 personas en total son apenas dos las mujeres: ella y la directora.

Las estadísticas generales de la compañía no son mucho mejores: las mujeres representan algo más del 31% de su fuerza de trabajo en EE.UU. (incluidos puestos no técnicos) frente a más de un 68% de nuestra fuerza laboral global, según el Informe Anual sobre Diversidad de 2019 elaborado por la propia Google. Entre los puestos directivos, la brecha es aún mayor: a nivel mundial, las mujeres ocupan apenas un 26,1% de los puestos de liderazgo de la corporación.

Informe Anual Diversidad 2019 Google

Google cuenta con una multitud de programas no solo para mejorar la inclusión de género sino en general la diversidad de su fuerza de trabajo. Los programas de este tipo empiezan a ser más comunes (fachada o compromiso está por ver). «Ahora por suerte ya hay muchas más iniciativas y visibilidad sobre estos temas pero siguen siendo muy necesarios», asegura Ramos.

En su opinión, hay dos aspectos clave. El primero es no condicionar a los adolescentes y a los niños a que piensen que por haber nacido hombre o mujer son buenos en una cosa o en otra. Por otro lado, cree que es también importante trabajar la inclusión de personas de grupos con presencia minoritaria que ya están trabajando en tecnología. En España, las cifras de mujeres en el sector TIC siguen siendo escasas: hace casi 20 años (en 1999), la presencia de la mujer en el sector era del 33% y en 2017 era apenas ligeramente mayor: un 37,4%, según datos del estudio Salarios y política laboral en el hipersector TIC 2017-2018 de AMETIC, la patronal tecnológica.

Según estima la Comisión Europea, para el año 2020 existirán 500.000 vacantes de perfiles técnicos sin cubrir en España por falta de profesionales. Apenas 7% de los estudiantes en el país cursa una carrera tecnológica, de los cuales sólo el 28% son mujeres y el 20% ingenieras. No es por falta de universitarias, que representan más de la mitad de los estudiantes de enseñanza superior. AMETIC señala que es imprescindible dar mayor visibilidad a las distintas opciones técnicas y a profesionales cualificadas entre los más jóvenes.

¿Por qué es importante tanto visibilizar como que haya más presencia y vocaciones femeninas en ámbitos CTIM? Es simple: «Es mucho más difícil que te imagines dedicándote a algo o que te veas capaz de lograrlo si no ves a gente como tú que lo está haciendo», afirma la ingeniera. «Hay quienes no lo necesitan: son las referentes, las pioneras. Pero para la gran mayoría ese apoyo es necesario», añade. Sobre esto cita una investigación de Google y Gallup «que confirma que este tipo de apoyo y estímulo es realmente crítico». Entre otros hallazgos: que los estudiantes que han sido alentados por un maestro o padre tienen tres veces más probabilidades interesarse en aprender informática.

Por otra parte, Ramos subraya que la diversidad en un equipo es fundamental, ya que «se necesitan diversos puntos de vista para obtener el mejor resultado y fomentar la creatividad». La ingeniera considera importante visualizar «lo apasionante de este mundo y el papel de aquellos que no encajan en los estereotipos más clásicos».