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Star Wars 2020. Las piezas perfectas para que la saga vuelva a despegar a velocidad luz

Hay que empezar por alguna parte. Y en este caso quiero empezar con una tontería. La dijo alguien extremadamente inteligente, ni más ni menos que Kathleen Kennedy, primera dama de la cultura pop que ha dejado sus huellas en la producción de ‘Indiana Jones’, ‘E.T.’, ‘Gremlins’, ‘Poltergeist’ y tantos otros clásicos de esa era que no volverá. A Kennedy la conocemos ahora por ser el cancerbero de Disney de una franquicia que no se encuentra, precisamente, en su mejor momento. Hablamos, por supuesto, de ‘Star Wars’.

¿Y cuál fue la tontería en cuestión? Pues que a la pobre Kathleen se le ocurrió decir durante una entrevista lo siguiente: «Cada una de estas películas es dura de pelar. No hay material en que inspirarse. No tenemos novelas de 800 páginas. No tenemos nada que no sea a apasionados narradores que se juntan y hablan de qué podría pasar en la siguiente iteración». Y claro, durante unos días, Internet siendo lo que es, se rio a mandíbula batiente de Kathleen.

Hay que decir que con razón. Porque la barbaridad que acababa de soltar, teniendo en cuenta además la muy polémica decisión de LucasFilm post Lucas de anular el Universo Expandido como canon (ahora, ‘Star Wars Legends’), pues como que suena a recochineo en el mejor de los casos y a incompetencia en el peor.

Pero, a pesar de los pesares y despropósitos, la primera parte de lo dicho por Kennedy no puede ser más cierto. Las películas de Star Wars son, como dijo Kennedy en inglés, a hard nut to crack. Oséase, duras de pelar.

Sin embargo, y si Disney no se arrepiente, toca lanzar una nueva saga de películas en 2022, aun sin fecha concreta. Toca lanzarlas, además, en una situación muy anómala para la saga. Bipolar. Si en tele estamos maravillados con ‘The Mandalorian’, pues, posiblemente, sea la mejor iteración en ficción del Universo ‘Star Wars’ (por lo menos, una clara candidata a serlo, en cine nos hemos llevado un chasco, una sensación muy rara y agridulce, con el ‘Episodio IX’. Justo después de que ‘Solo’ fuera el primer fracaso en taquilla para un relanzamiento que se las prometía tan felices como el de Marvel. Y de las cifras en china, mejor ni hablar.

O sí, hablemos. Son estas:

Star Wars Disney

Recaudación en China (millones de $)

Episodio VII

$124,159,000

Rogue One

$69,484,899

Episodio VIII

$42,577,974

Solo

$16,473,217

Episodio IX

$20,549,419

Vamos, cuesta abajo, en picado y sin frenos es eufemismo en este caso.

Así que en este artículo vamos a tratar de hacer un (espero) divertido ejercicio. Uno muy de método científico. Vamos a intentar diseñar esa ‘Star Wars’ que nos deslumbra, o varias posibles ‘Star Wars’ que nos pueden deslumbrar, partiendo de las siguientes hipótesis:

  • Los Skywalker no están por ninguna parte.
  • El marco temporal es completamente distinto a todas las películas hasta la fecha.
  • La renovación estética intenta abrir la saga al mercado chino.

Ninguno de estos supuestos es baladí y determinan, en gran medida, las piezas que vamos a escoger a continuación para encajar el puzle. Pero, apelando a la experiencia propia como observador y practicante de esto del negocio cultural, más lo que le leo a mentes preclaras como Scott Mendelson en ‘Forbes’ o la redacción de ‘China Film Insider’, me da que disparo la bala a los blancos adecuados.

Sea o no sea así, ahí están abiertos los comentarios para que todos nos lo pasemos bien especulando y dibujando, en trazos láser, esa historia soñada que todos los fans de esta saga (y somos legión) llevamos dentro.

Que la Fuerza nos acompañe.

1. El ‘setting’

Empezamos por el cuándo. Esta me parece, aunque suene raro, la elección esencial. ¿Cuándo debería enmarcarse este nuevo capítulo de la saga? Hace solo unos días que nos acabamos de enterar de que el canon del Star Wars de Disney al fin se ha ampliado. Y digo al fin, porque, mirad…

Disney Star Wars

Vamos a ponernos un poco frikis.

Del primer peldaño de este canon (el audiolibro ‘Dooku: Jedi Lost’) al último (el cuento ‘Whills’ que cierra la colección ‘From a Certain point of View’), apenas pasan 75 años. 75 años que le dan a Disney para definir tres eras: Age of Republic (hasta ‘Episodio III’), ‘Age of Rebellion’ (hasta ‘Episodio VI’) y ‘Age of Resistance’ (la nueva trilogía y sus aledaños). Pues bien, si uno se va al canon desbancado hay miles (¡decenas de miles!) de años por detrás de esa Era de la Rebelión y siglo y pico por delante después de ‘El Retorno del Jedi’.

Vamos, que ‘Star Wars’ se estaba obligando a jugar, por un miedo comprensible al qué dirán los fans si les quitamos a los Skywalker, el Imperio y todo lo demás, en una tesela diminuta de todo su amplísimo universo. Y de tanto subdividir esa parcela, la estaba agotando.

Así que el punto número uno de nuestro ejercicio es sencillo. Nos vamos de esa tesela. Far, far away.

The High Republic: El Star Wars de los Blancos

Vamos a partir de un fotograma que dura un suspiro pero que aguanta todo un análisis. Está en el tráiler con el que Disney ha anunciado su primer periodo más allá de los Skywalker, ‘The High Republic’, situado un par de siglos antes que la trilogía de Anakin Skywalker.

Star Wars High Republic

Y ahora, a analizarla con calma.

De juntar todo lo que hay ahí, fundamentalmente de las dos columnas con corazoncitos (‘Cosas que nos gustan de Star Wars’ y Cosas que nos Gustaría ver eun Star Wars’) podemos hacernos unos pilares muy precisos de qué típico de público busca ‘The High Republic’. Dicho llanamente: un público nuevo.

El mayor problema que ha sufrido la última trilogía de ‘Star Wars’ ha tenido siempre que ver con su legado. ‘Episodio VIII’ lo dinamitaba y ‘Episodio IX’ lo veneraba; pero en ambos había una necesidad de responder a ese legado, a esos fans de cuarenta y muchos (y más) que no le pasaban una a la saga de sus amores. Un buen amigo lo define magistralmente: «¿Pero a vosotros (vosotros son los fans de ‘Star Wars’ y ellos los de ‘Star Trek’) os gusta realmente ‘Star Wars’? Porque yo diría que os gustan solo dos pelis: IV y V.» Vamos, que el fándom de ‘Star Wars’ es de los más fervorosos, pero también de los más tóxicos que existen. Aunque a esa breve lista se le puede añadir ya con bastante consenso ‘Rogue One’ y ‘The Mandalorian’.

En fin, que ‘The High Republic’ sería cambiar radicalmente de tono. Sería pasar a un ‘Star Wars’ más juvenil, más centrado en el protagonismo colectivo que en el individual (la importancia que se le da en dicho panel a la diversidad lo deja claro) y con la aventura como gran motor, antes que el drama familiar. Especialmente emocionantes, para mi persona, que soy padre y deseo un ‘Star Wars’ saludable para mi hijo (un enamorado ya de la saga a sus tres años), son dos conceptos de ese tablón: ‘Cazadores de reliquias’ y ‘Dinosaurios’.

Por favor, sí.

Así que una posible senda para ‘Star Wars’, de pinta muy comercial, sería la de esta juvenil, diversa y colorida (todos los concepts son un canto al color) de la franquicia. Sería también una que tendría muchos más visos de triunfar en China, porque cromatismo, fantasía, aventura y exotismo es una fórmula que funciona la mar de bien allí. Colorines y ligereza se llevan por esas tierras.

Esta es una de mis opciones favoritas como punto de partida, porque daría para montar una saga a lo ‘Misión Imposible’, con una pizca de ‘Indiana Jones’ o ‘Jumanji’, y no poco aderezo a lo ‘Harry Potter’, que devolviera a la saga esa sensación de levedad, de ligereza bien entendida. De cuento de hadas con aroma contemporáneo. De sentido de la maravilla.

Con los rogue leaders adecuado, no veo qué podría salir mal de tal camino.

The Golden Age of Sith: El Star Wars de los Negros

Si ir por ‘The Hight Republic’ sería tirar por el lado de La Fuerza, lo contrario a un grupo de jedis jovenzuelos, diversos y con sables de arcoíris sería contar una historia en un periodo de esplendor Sith. Y, por mucho que Kathleen Kennedy se tire de los pelos, ese periodo existe. Vaya si existe.

5000 años antes de que la Estrella de la Muerte estallara por los aires en la batalla de Yavin, Kevin J. Anderson, uno de los grandes nombres de la ficción literaria y en tebeo de ‘Star Wars’, se sacó de la manga ‘The Golden Age of Sith’, un tebeo de cinco más un números (empieza en el cero) que Dark Horse publicó del 1 de julio de 1996 al 1 de febrero de 1997.

Esta era su primera página:

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Este tebeo se planteaba una oportunidad única; la de explorar en qué estado se encontraría la galaxia en un momento de gran apogeo para los Sith. Cabe comentar que es un apogeo con fecha de caducidad muy cercana. 10 años después de los acontecimientos de esta miniserie, los Sith sufrirían una enorme debacle de la que no se recuperarían hasta las Guerras Sith, otro magno acontecimiento del Universo Expandido que ocurre un milenio más tarde.

¿Qué puerta creo que abre esta senda si fuera la elegida por Disney? Pues creo que la de hacer bien, pero que muy bien, lo que la trilogía de Anakin Skywalker hizo mal. Creo que abre la puerta casi para lo contrario que se puede hacer con ‘The High Republic’. Un ‘Star Wars’ centrado en el apogeo de los Sith serviría, como ha servido el Joker de Joaquin Phoenix o el Batman de Christopher Nolan, para que los viejos fans de la saga reavivaran su interés en una historia adulta y oscura.

¿Es probable que Disney tire por aquí? Es altamente improbable. Evidentemente, el negocio del merchandissing acorta sus alas si el público preferente para la nueva trilogía es adulto. Pero no es menos cierto que nunca se habían visto películas tan rentables dirigidas específicamente a un público adulto; blockbusters retorcidos que pueden pasar, como fue el caso del Joker, de los mil millones de dólares. Y hay que admitir que ‘The Mandalorian’ de David Filoni ya se acerca a ese tono más oscuro, más HBO, sin llegar a cruzar líneas rojas.

Un par de pasitos más y tendríamos ese ‘Star Wars’ verdaderamente oscuro.

Este sería el vehículo ideal para una actriz que encarnar a una gran villana, alguien que acaba convirtiéndose en inolvidable, una Sith legendaria que dejara a la altura del betún la traición de Anakin Skywalker. Y esa Sith, en mi casting ideal, tiene nombre y apellidos: Florence Pugh.

Y, si me apuráis, hasta raza. La haría una Chiss.

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The Mandalorian Wars: El ‘Star Wars’ de los grises

Si explorar el bien y el mal, como absolutos, parecen buenos puntos de partida para renovar ‘Star Wars’, arriesgarse con los grises creo que podría dar también buenos resultados. Viajando al canon despreciado, las ahora ‘Star Wars: Legends’, tenemos un conflicto que podría dar mucho de sí, sobre todo si se aproxima de manera semejante a la apuesta transmedia que pondrá sobre la mesa el ‘Dune’ de Villeneuve: hacer un ambicioso combo serie+pelis.

El conflicto conocido como las Guerras Mandalorianas, que sucede unos 4000 años antes de la Batalla de Yavin, es el contexto perfecto para desplegar un buen abanico de grises. Sobre todo porque este conflicto confronta a los mandalorianos, que son una orden de ética ambigua, pero desde luego con un código de honor, resultarían en unos villanos mucho más equivalentes a los jedi que los Sith.

Para ello, habría que encontrar un motivo poderoso para el inicio del conflicto, que no convirtiera en villanos a los mandalorianos y que probablemente mostrara una cara más oscura o al menos fría de la República. En el original, la guerra se inicia sobre todo por intervención de un emisario sith, que pide al líder de la orden, Mandalore, que lo acompañen a encontrar la tumba de un maestro del lado oscuro de la Fuerza. Allí, Mandalore tendrá una visión de su pueblo conquistando la galaxia y aplastando a la República. Y de ahí surgirá su ardor guerrero para provocar ese conflicto que se extenderá durante 16 años y que antecederá a la guerra civil de los Jedi. De hecho, está justo entre ambos extremos, después de una cruenta Guerra Sith y antes de una Guerra Civil Jedi.

Así que este conflicto, tocando un poco ese motivo de Mandalore para ir contra la República y sus jedi, daría perfectamente para hacer ese contraste de grises. Y para preceder a algo así como ‘Capitán América. Civil War’, un conflicto en el que la cultura jedi se devora a sí misma por las cicatrices que deja este combate con una cultura muy semejante, basada en el honor y en el arte marcial.

Además, hay un motivo obvio por el que apostar por esta vía: el exitado de The Mandalorian. Esta serie ha demostrado que el público puede conectar perfectamente con ceder el protagonismo más allá de los jedi y su culto. Hacer un Mandalore memorable que de alguna manera resuene también en la aventura que vive Din Djarin en Disney+.

Por no hablar de que la escala de lo que se ha visto, en formato tebeo, de las guerras mandalorianas pinta así de espectacular:

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El origen de La Fuerza: La Star Wars del Génesis

La última vía que veo de interés contemplar es la que se mete de lleno, por así decirlo, en el fregado. Midiclorianos aparte, ¿qué es la Fuerza? ¿De donde proviene? ¿Cómo llego a percibirse? ¿Quién la puede blandir? ¿Por qué? ¿Para qué? Un infinito de preguntas que tal vez sea mejor dejar en ese limbo mítico con el que envolvió Ben Kenobi todas sus alusiones a la Fuerza. Desde luego, si responderlas lleva a inventarse algo como los midiclorianos, pues en mi caso mejor dejarlas en paz.

Disney va a exprimir "Baby Yoda" hasta el último céntimo: todo el merchandising que llegará en los próximos meses

Pero también hay una oportunidad evidente en responderlas. Sobre todo si se decide hacer con una historia de extremos, o miles de años antes en el pasado, o miles en el futuro; una historia sin jedis ni sith. Una historia más salvaje, primitiva, que permitiera concebir La Fuerza como ese equivalente al monolito de ‘2001. Una Odisea en el Espacio’.

Intentos ya habido en ‘Star Wars Legends’. De hecho lo más, más lejano que tenemos en el universo ‘Star Wars’ aborda precisamente esta cuestión, un tebeo llamado ‘Dawn of the Jedi’ que se extendió en tres arcos de 15 números y trató de dar respuesta al origen de los Jedi. En mi opinión, complejizó demasiado la cuestión, con una raza alienígena que viaja en pirámides interestelares para ascender (de nuevo el monolito) a especies inteligentes al dominio de La Fuerza.

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Pero había una idea que sí me parecía rescatable de la maraña que teje ‘Dawn of the Jedi’. Y es la idea de Tycho, el planeta del que surgen la protorden Jedi (aquí llamados Je’daii), como lugar tan salvaje que aquellos que no son sensibles a La Fuerza se tienen que exiliar, quebrando familias y abandonando a sus seres queridos.

Creo que si ‘Star Wars’ quisiera agarrar por los cuernos, de una vez, qué significa La Fuerza, le vendría bien seguir estos axiomas:

  • Ambientar la historia en un periodo en el que ni jedis ni sith existen.

  • Eliminar cualquier conexión con las estructuras que sustentaban a las dos órdenes (la República, el Imperio), salvo en forma de guiños muy sutiles y progresivos.

  • Ambientar la historia en un único planeta con un tono más salvaje, más cercano a la película de ‘Cristal Oscuro’ o ‘El libro de la Selva’.

De esa manera se podría plantear un reinicio o renacimiento de la saga sin arrastrar el pesado legado de jedis y sith y explorando, en su vertiente más primordial, qué es La Fuerza.

La estética

Aquí creo que debería haber menos discusión. Hay que acabar con Tatooine. Hay que acabar con la cantina, las puertas romboides y las armaduras (blancas, negras, rojas) de los stormtroopers. Hay que acabar con esa estética de camioneros en el espacio y hay que pasarse a… A algún otro lugar.

De lo poco que cabe anotarle en la casilla positiva a George Lucas con los Episodios I y III es ese salto estético sin red. Sí, es verdad que sale Tatooine; pero también es verdad que hay un esfuerzo constante por renovar el paisaje y el color con el que se había distinguido la saga. Evidente es en el abolengo de Naboo, pero es algo general el que se buscó una estética más ornamentada, sofisticada y colorista.

Por lo poco que se ha visto de High Republic, Disney parece haber entendido que un cambio así es más que necesario. Cierto es que una serie tan bien contada y con un protagonista de tanto carisma como ‘The Mandalorian’ permite ahondar en los mismos temas con una mirada fresca. Pero la carga estética de ver lugares comunes va minando la capacidad de sorpresa de la saga. Hace falta un lavado de cara urgente en este asunto.

Y puede ser, además, un incentivo grande para limar esa indiferencia que manifiesta China a la saga. Si algo tienen en común todos los productos que han triunfado en China venidos de Estados Unidos —de ‘League of Legends’ a ‘Ready Player One’— es que apuestan por una fantasía desatada, colorista y plena en criaturas; habitualmente, con un componente bélico muy acusado. Pero, desde luego, exótico. De ‘Avatar’ a ‘Warcraft’, el enfoque estético desaforado está dando muy buenos resultados en este mercado.

Así que Star Wars lo tiene fácil. Olvidarse de los tonos terrosos de Tatooine, los bosques sin nada en especial de Endor y los fríos pasillos de los destructores estelares, y construir una estética que tenga más que ver con ‘La maldición de la Flor Dorada’ o ‘La casa de las dagas voladores’ que con ese look de camioneros en el espacio.

L@s mandalari@s

Vamos, pues, con la última pieza del puzle. ¿Quién dirige? Y aún más importante de quién, cómo. Todo este relanzamiento de ‘Star Wars’ ha tenido constantes problemas en el área del director. Lord y Miller, Trevorwood, Edwards (aunque este al menos fue acreditado) y Trank son la lista de bajas. Algunos, como los artífices de ‘Juego de Tronos’, ni llegaron a ser altas.

Gestione quien gestione LucasFilm (algo me dice que el reinado de Kennedy tiene fecha de expiración), es necesario estabilizar la dirección caso de que no se quiera emular a Marvel (y en el fondo la etapa Lucas) y hacer que el peso creativo lo determine producción. Esa estabilidad asegurará lo que ha lastrado el final de esta nueva trilogía, que ha contado con los cineastas más brillantes de la saga, el mejor reparto y medios infinitos: los cambios de timón. Las peleas entre Abrams y Johnson por definir los pilares de la nueva trilogía. Han sido dos niños de patio peléandose por los juguetes.

Así que, como hemos definido cuatro posibles escenarios, aquí van nuestros candidatos y por qué.

Taika Waititi + The High Republic

Es el que más está sonando. La noticia saltó poco después que se supiera que Fiege (el padre del Marvel que vivimos) iba a gestionar al menos una película de la saga: Taika Waititi estaba siendo cortejado (sic) para dirigir ‘Star Wars’. No creo que sea, precisamente, casualidad. Waititi tiene carta blanca en Marvel, ha dirigido un capítulo de ‘The Mandalorian’ y hasta ha interpretado en dicha serie un pequeño papel.

Pero, ¿con qué escenario lo casaría? Creo que si algo une a todo el cine de Waititi es una sensación de energía infinita, de color y vida. Por lo que se ve, ese tipo de enfoque encaja perfectamente con lo planteado en ‘The High Republic’. Con la experiencia en dirigir a un casting extremadamente joven que ha ganado con ‘JoJo Rabbit’, Waititi está preparado más que de sobra, creo yo, para marcarse un ‘Harry Potter’ de ‘Star Wars’.

Greta Gerwig + The Golden Age of Sith

Si una saga tuviera que tener su (en femenino) Anakyn Skywalker, creo que la directora ideal es Greta Gerwig. Se da la casualidad de que la directora de ‘Mujercitas’ ya ha comandado a Saorsie Ronan, que al parecer tuvo audición para el papel de Rey en ‘Episodio VII’, papel que no consiguió. También ha dirigido a mi candidata ideal para sith inolvidable: Florence Pugh.

El dúo Gerwig + Ronan, o Gerwig Pugh ofrece grandes garantías. Además, suma cupo para esa Disney siempre al quite de apuntarse tantos como compañía diversa.

David Filoni + Mandalorian Wars

Este es el más evidente. Filoni ha demostrado una y otra vez que es el cineasta que más y mejor entiende cómo explotar los recovecos de ‘Star Wars’ más allá de los Skywalker. Recuerdo perfectamente las tertulias con otros amigos frikis sobre como ‘Clone Wars’ y ‘Rebels’ tenían ideas narrativas y de puesta en escena a años luz de cualquier película de ‘Star Wars’.

'The Mandalorian': más nostalgia Star Wars en un sencillo y espectacular western espacial de aventuras

Con ‘The Mandalorian’, al menos para mí, se ha confirmado que es el candidato perfecto para ahondar en la saga galáctica y concebir historias corales, de marcado acento bélico, que ni siquiera necesitan de poner el foco en la dupla jedi/sith. Además, sería de justicia darle un gran presupuesto y manga ancha a Filoni después de todo lo que ha hecho por ‘Star Wars’ a precio, entre comillas, de ganga.

Las hermanas Wachowski – El origen de la Fuerza

Y aquí voy con mi as en la manga. Mi admiración, y puede que hasta fanatismo, por las hermanas Wachowski no tiene límites. Creo que solo ellas han competido con el ‘Interstellar’ con su extraordinaria ‘El Atlas en las Nubes’. Creo que son las únicas que han estado a la altura, en toda la historia del cine, de la diversión incomparable, sin perder hondura humana, de Indiana Jones con su inclasificable ‘Speed Racer’. Y qué decir de ‘Matrix’, que reventó el género para adultos a cotas que ni Cameron había logrado en ‘The Terminator’.

Siete películas de los hermanos Wachowski para tener un fin de semana diferente

Si alguien puede hacer algo verdaderamente especial con el origen de la Fuerza y retomar el sentido de Johnson, el del niño que alza el bastón como espada y democratiza el misticismo de abolengo que había tenido hasta ese instante, son este dúo de hermanas. Nadie jugaría más fuerte por vender esa idea y definir, para todes, qué significa La Fuerza.

Y de postre, la fanfarria

En los cuatro videos a continuación hay un pequeño easter egg. Uno que se regala el que escribe, espero, en complicidad con los que leen. Hemos definido cuatro posibles ‘Star Wars’ para 2022. Pero nos falta algo esencial.

Luces, cámaras y…

Ángel Luis Sucasas es director narrativo del estudio de videojuegos Tequila Works y novelista en sellos como Planeta, Dolmen Editorial y Nevsky Books.