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Una extraordinaria noticia para todos los desarrolladores de software: las consecuencias de la sentencia en Oracle vs. Google

Google ha ganado a Oracle en el juicio relativo al software más importante de la última década. Una sentencia del Supremo de los Estados Unidos que establece las bases sobre qué se considera «uso justo» del código de otros y cómo afecta el copyright al software.

El tribunal explica que Google usó unas 11.500 líneas del código Java de Oracle para la creación de Android, pero que fue un uso legítimo y por ende Oracle no tiene derecho a recibir una compensación. Tras más de 10 años, la máxima autoridad judicial de los Estados Unidos ha concluido en favor de Google.

Estos son los argumentos esgrimidos y las consecuencias que tendrá para los desarrolladores y empresas de software. Una gran noticia para la industria tecnológica que recibe el respaldo de la justicia a la hora de reimplementar APIs y aprovechar el código de otros para crear nuevos programas.


Por qué consideran que Google hizo un «uso justo»

Microsoft, Mozilla, la Internet Association, IBM, Reddit o la Electronic Frontier Foundation apoyaban a Google en este juicio. No es de extrañar, pues la motivación de Oracle era principalmente económica. Finalmente, la Corte Suprema de los EE.UU se ha puesto del lado de Google justificando el uso del 0,4% del código de Java para la creación de Android. Un código que se «transformó» en algo completamente nuevo.

En el centro está el debate sobre el uso legítimo o ‘fair use’. Sobre si las líneas de código utilizadas han servido para un propósito adicional al original o todo es un «atroz plagio», como defendía Oracle, quien sostenía que la «estructura, secuencia y organización» del código utilizado era idéntica.

El uso del código de Java por parte de Google queda amparado por el «uso justo» ya que era necesario para la interoperabilidad y porque la Corte Suprema considera que el copyright no puede ser un motivo para «limitar el progreso creativo».

Para Google, la sentencia es «una victoria para los consumidores, la interoperabilidad y la informática». Una visión que coincide con la de organizaciones como ‘The Internet Archive’, que catalogan la decisión como «un buen día para la Web abierta». «La Corte ha sido clara: el copyright no puede utilizarse para dañar el interés público«, explica Brewster Kahle, fundador de Archive.org.

En la resolución, el Supremo de los EE.UU señala que la ley del copyright no es solo para proteger las innovaciones, también, en un sentido más amplio, para «estimular el progreso creativo«. Así describe la Corte el papel que adopta el ‘fair use’:

«El uso legítimo puede desempeñar un papel importante a la hora de determinar el alcance legal de los derechos de autor de un programa informático. Puede ayudar a distinguir entre tecnologías. Puede distinguir entre características expresivas y funcionales del código cuando esas características se mezclan. Puede centrarse en la necesidad legítima de proporcionar incentivos para producir material protegido por derechos de autor al tiempo que se examina en qué medida una protección adicional crea daños no relacionados o ilegítimos en otros mercados o para el desarrollo de otros productos».

En el caso de Google, el uso intencionado del código de Java sirvió para ofrecer una nueva herramienta a los programadores. Según describen los jueces, el propósito de Google fue «permitir a los programadores trabajar en un entorno informático diferente sin descartar una parte de un lenguaje de programación familiar». Es decir, se apoyó la interoperabilidad. Un factor protegido por el «uso justo».

Una enorme victoria para Google y los desarrolladores de software

Java Google

Muchos esperaban que la decisión de la Corte aplicase sobre el caso concreto de Google y Oracle, pero a la práctica supone una resolución más amplia sobre el uso justo del software. Aplicable no solo a Java y Android, sino al uso que muchos pequeños desarrolladores hagan sobre el código y las APIs de otras empresas.

«De lo contrario, habría creado un precedente muy peligroso»

Sergio Carrasco, abogado del Icaib y experto en telecomunicaciones, nos explica que «es una muy buena noticia, pues de lo contrario, como opinaban algunos jueces de instancias inferiores, podía crear un precedente muy peligroso». En esta importante resolución se ha llegado a la conclusión que Google utilizó el código estrictamente necesario de Java, lo que no vulnera la propiedad intelectual y se considera un uso justo.

Igual que tenemos la API de OpenGL o Vulkan, la implementación de Google utiliza las llamadas a Java para su interoperabilidad con Android. Un ejemplo concreto pero que, según apunta Carrasco, abre la puerta a que los desarrolladores puedan reinventar estas llamadas sin que el desarrollador diga algo. Si el uso es el estrictamente necesario para su utilización, tendrán derecho a reaprovecharlas sin temor a una petición de compensación económica.

Charles Duan, director de política tecnológica en el R Street Institute, explica en redes sociales que los jueces entienden la reimplementación de las API como un uso justo como cuestión de ley, lo que significa que aplica a todas las API.

Entre los distintos argumentos esgrimidos por el juez Breyer se encuentra la idea de «crear nuevos productos», así como la de «sustancialidad de la cantidad utilizada». Esto último referido al hecho que únicamente se utilizó el 0,4% del código de Java y lo «estrictamente necesario».

La sentencia es muy importante para el mundo del software ya que cataloga la decisión del ‘fair use’ como una cuestión de ley, lo que supone fomentar la aplicación de este criterio al resto de APIs y casos equivalentes.

Finalmente está el aspecto económico. Oracle argumenta que Google ha robado Java y su plataforma no ha parado de crecer, pero el tribunal entiende el uso justo como una contrapartida de los derechos de autor a nivel de fomento de la competitividad. El copyright podría limitar el uso de la creatividad y este ‘fair use’ se esgrime como la herramienta para fomentar la competencia.

Para David Maeztu, abogado de 451Legal especializado en Derecho de Internet, la sentencia «abre la vía para que se reconozca la interoperabilidad como un fin que justifica el uso, aunque eso implique la copia directa de código».

«Que las API sean protegibles por copyright es una puerta abierta a un riesgo muy grande. Google ha ganado por considerar que la copia de código que hizo se puede ajustar al ‘fair use’, pero otros usos de APIs puede que no se consideren así«, explica Maeztu, en lo que considera «una victoria», pero «peligrosa».

En el caso de Google contra Oracle, los jueces han tenido en cuenta la interoperabilidad, el aprovechamiento del conocimiento y que el trabajo de Google con Android al final ha contribuido positivamente a la posición de Java. Una falta de perjuicio para Java que ha sido tenido en cuenta para justificar el uso justo.

No aplica en Europa, pero con influencia a nivel global

Java

Cada país tiene su propia legislación y la estadounidense no es igual a la del resto. En este caso, hay que destacar que en la Unión Europea no existe el ‘fair use’ como tal. Los expertos apuntan que tanto Google como Oracle habrían enfocado distinto el juicio y previsiblemente el debate habría sido si estas líneas de código están sujetas a las leyes de Propiedad Intelectual o no.

La Corte Suprema de los EE.UU no ha entrado en si realmente se puede proteger por derechos de autor o no el código. Sí hace un breve análisis, pero como determina que es un «uso justo», ya queda justificado su uso y no está sujeto a indemnización.

En Europa, los jueces podrían determinar que no se produce vulneración de la propiedad intelectual o por el contrario podrían haber entendido que sí y por ende Oracle habría sido indemnizado. Si bien, la jurisprudencia de la CURIA en estos casos suele referirse al juicio SAS Institute contra World Programming Limited, de 2012. En ese caso se estableció que el código sí puede tener derechos de autor, pero no las características funcionales, como los formatos de datos o los nombres de funciones. Siguiendo las conclusiones de aquel caso, en la Unión Europea el caso de Google contra Oracle previsiblemente habría terminado mucho antes.

La idea de fondo es la misma, pero en Europa tenemos una legislación que concreta más los límites de aplicación y quién tiene que someterse a qué reglas, mientras que en los EE.UU los jueces son más «intérpretes de la ley», decidiendo en cada caso cuál es la funcionalidad y el objetivo de cada ley. En el caso de Google y Oracle, el debate no ha girado tanto en si se aplicaban o no los derechos de autor, sino cuál es el objetivo último del copyright.

La sentencia flexibilizará el uso de APIs y código sin temor a indemnizaciones. Aunque en Europa la legislación es diferente, la decisión de la Corte Suprema puede influenciar la postura de los jueces europeos para que sigan adoptando posiciones en esta línea.

El asunto de los derechos de autor aplicados al software es un tema delicado y complejo. Mientras en una obra pictórica o una canción es relativamente fácil encontrar la originalidad del autor, en un software no está tan claro porque en ocasiones gran parte del código es reutilización. Un uso muy habitual en llamadas a APIs donde lo que tenemos es un código creado para generar interoperabilidad. En esta disyuntiva es donde la sentencia de Google contra Oracle se presenta como tan relevante para el futuro, pues se crea una fuerte jurisprudencia para el uso de las APIs.

«Es complicado anticipar, pero esta sentencia puede provocar una mayor flexibilidad al implementar lenguajes y utilizar APIs. Puede hacer que crezcan determinados ecosistemas, aunque también puede que quienes sean dueños de algunos dominios sean más proclives a cerrar o especificar qué se puede hacer con su API», explica Maeztu.

Dentro de los EE.UU, aquellos desarrolladores que utilicen APIs podrán estar tranquilos pues podrán argumentar que su código entra dentro del «uso justo». En Europa, esta figura no está contemplada pero los expertos no descartan que la posición de los jueces sea más flexible en casos similares con el uso del código para de alguna manera armonizar criterios.

Una batalla legal por el uso de un pequeño porcentaje del código de Java que ha durado 10 años y que finalmente los jueces han acabado decantando a favor del libre desarrollo. Una sentencia con la que la mayoría salimos ganando.