Se sabía desde hace semanas que Warner tenía una patata caliente con ‘Wonder Woman 1984’. Con el salto de ‘Dune’ a 2021, casi un año después de su fecha de estreno prevista a finales de 2020, y con Disney habiendo dado por perdido el año desde hace meses (‘Viuda Negra’ y, por consiguiente, el resto de estrenos Marvel retrasados a 2021 y meses sucesivos, ‘Soul’ directa a Disney+…), ‘Wonder Woman 1984’ era el único blockbuster que quedaba en 2020.
Quizás porque los resultados de ‘Tenet’ no han sido del todo satisfactorios, quizás porque hay que dar continuidad ya al Universo DC, o porque la política de Warner está siendo menos conservadora que la de otras compañías, la productora va a ensayar una nueva fórmula con este film, una que puede abrir vías de exhibición inéditas. Llegará el 25 de diciembre a cines y, durante un mes y sin coste adicional a HBO Max (distanciándose también de la jugada de Disney con ‘Mulan’). El mismo día que ‘Soul’ de Pixar en Disney+.
Por anticipado en países sin HBO Max
¿Y qué pasa en los países que no tienen todavía el servicio HBO Max, como por ejemplo España? Podrán disfrutar de la película protagonizada por Gal Gadot una semana antes, a partir del 16 de diciembre, y estos sí, exclusivamente en cines. Un experimento similar al que Warner llevó hace unas semanas atrás con ‘Las brujas’ de Robert Zemeckis (en HBO Max y cines donde está la plataforma, solo en salas en países sin ella).
La propia Patty Jenkins, directora de la película, ha pedido a los espectadores desde su cuenta de Twitter que acudan a los cines en los lugares donde sea posible y seguro en un gesto de apoyo a las salas y a la propia película. Lo solicita así: «vedla en cines allí donde sea seguro -¡echad un ojo al gran trabajo de las salas para conseguirlo!-. Estará disponible en la seguridad de vuestra casa en HBO Max si no es así».
— Patty Jenkins (@PattyJenks) November 18, 2020
Variety afirma que para Navidad, el 50% de las salas estadounidenses permanecerán cerradas. Es una situación complicada para la que se esperaba que fuera uno de los grandes estrenos del año, y que ahora solo puede confiar en salvar los muebles y que su abultado presupuesto de 200 millones de dólares haga el menor daño posible en las finanzas de Warner. La esperanza, sin duda, está puesta en que las nuevas suscripciones a HBO Max compensen las pérdidas inevitables en salas, mientras éstas reciben un balón de oxígeno que compañías como Disney se han negado a proporcionar.
