Inicio Opinión ¿Da votos hacerse fotos con el terrorista Otegui y sus secuaces?

¿Da votos hacerse fotos con el terrorista Otegui y sus secuaces?

SUSANA Díaz, seamos un poco sinceros, no es precisamente Roosevelt, pero al lado del contumaz Sánchez parece Pericles.

Hace gala de sentido común y de un elemental patriotismo, cualidades de las que carece su rival, un oportunista con una única brújula: su ombligo.

Susana es peleona, con un amor propio que la ayuda a maquillar sus carencias, y muy currante. La adorna también una eficacia dialéctica coloquial y sureña, un desparpajo sencillote, pero que conecta con la calle. Carencias tampoco le faltan.

Carece de pensamiento económico, más allá de la receta clásica socialista: más subvenciones y más pufo.

Su balance legislativo al frente de la Junta es bastante pírrico y en realidad nada ha cambiado allí con ella. Pero al lado de Sánchez resulta una eminencia, sobre todo porque no está dispuesta a vender la unidad de España por un plato de lentejas ni a encamarse con los comunistas.

Aunque las primarias son una ruleta rusa, supongamos que impera la lógica y Díaz nos libra de Sánchez.

La siguiente fase, reflotar al PSOE en las urnas, será fácil para ella si aplica una sencilla receta: cortar la milonga federalista y asumir a rajatabla la defensa de la unidad de España y de nuestra excelente Constitución. Así de fácil.

Una inmensa mayoría silenciosa de españoles está hasta la zanfoña del entreguismo y el talante amistoso ante el golpe de Estado a cámara lenta en Cataluña.

Este 5 de abril de 2017 mismo Junqueras, con quien hace unas semanas nuestra vicepresidenta compartía unas cordiales risitas en el marco de la gran Operación Diálogo, anunció que en dos meses pondrá fecha al referéndum y recalcó que la legalidad española y el TC le resbalan, porque están «deslegitimados».

La Generalitat sublevada contra el Estado, rescatada de la bancarrota por todos los españoles, continúa dilapidando sin problemas en una red diplomática planetaria al servicio de su futura república.

La televisión pública catalana ha derivado en máquina de propaganda separatista. La presión desde arriba sobre los catalanes no nacionalistas es insufrible. Las penas a los cargos públicos que vulneran la ley con operaciones para romper el Estado son ridículas (un año de inhabilitación a Homs).

Los españoles demandan otra energía y convicción frente a un ataque frontal. El PSOE se ha desinflado en las urnas desde que abrazó un acomplejado flirteo con el nacionalismo (véase al PSE, feliz de foto con Otegui).

Resulta lacerante que ante una sedición abierta los socialistas españoles cultiven una exquisita equidistancia ente Rajoy y los separatistas, en lugar de cerrar filas con la otra gran formación de Estado (o que cuenten con una sucursal catalana, el PSC, que no es más que un partido nacionalista light).

¿Quieres ganar votos, Susana? Pues liquida la entelequia federalista, un mejunje ideado tan solo para no coincidir con el PP. Rompe con el PSC y sal en Cataluña con la centenaria marca PSOE.

Cierra un gran pacto con Rajoy por la unidad de la nación, que contemple reformas para acabar con la barra libre de los golpistas. Habla de España en positivo y con orgullo. Verás qué rápido suben los votos. O eso, o podéis seguir de cuchipanda con Otegui, que así os va de bien…