Inicio Opinión Destino final Europa, por Olga Grau

Destino final Europa, por Olga Grau

En las próximas elecciones europeas España volverá a jugarse el ser trascendente o irrelevante y, por primera vez, aportará representantes políticos de extrema derecha a la Eurocámara.

Las europeas se celebrarán el 26 de mayo, a la vez que las municipales, y apenas un mes después de las generales. Lo más previsible es que los resultados de las generales arrojen una fuerte fragmentación política que alimente más la división entre el bloque de la derecha (PP, CS y Vox) y el de la izquierda (PSOE y Podemos).

En este contexto, el mayor reto español en Europa será que los grandes partidos sean capaces de apoyar, o como mínimo, no boicotear, las candidaturas españolas a las instituciones comunitarias. Lo que vendría a ser sentido de Estado y lealtad política. De no ser así, se puede volver a repetir la situación de la anterior legislatura en la que España, cuarta economía europea, quedó relegada a la comisaría de Acción por el Clima y Energía ocupada por Miguel Arias Cañete.

El PSOE, con su candidato Josep Borrell al frente, podría ser el partido español más votado en la Eurocámara por delante del PP, según el último sondeo del Eurobarómetro. El PP está barajando la posibilidad de presentar como cabeza de lista a Esteban González Pons al que intentaría situar como presidente del grupo de los populares europeos, la formación que controlará más diputados en el Hemiciclo. Los socialistas, por su parte, aspiran a alguna comisaría relevante en la que podrían situar a Nadia Calviño. Y está por verse que encaje tendría Borrell, que llegó a ser presidente del Parlamento europeo y acude a los comicios empujado por su partido.

La incógnita es con qué grupo se alinearán los populistas y ultraderechistas tras el ‘brexit’. Vox todavía no se ha manifestado, pero mantiene negociaciones con el grupo de los conservadores y reformistas europeos (ECR) donde se inscriben formaciones tan diversas como Ley y Justicia de Polonia y el independentista N-VA (Nueva Alianza Flamenca). 

¿Quedará dividida la ultraderecha o formará un bloque de mayor peso? La respuesta será relevante para determinar si Europa avanza o si se ve arrastrada al caos. La respuesta estará en el voto.