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Deterioro, por Olga Grau

Las instituciones españolas, desde los tribunales hasta las universidades, están sufriendo un deterioro grave. Los políticos se quejarán de que crecen los populismos y lamentarán que la fragmentación política impida crear gobiernos estables. Pero serán ellos y solo ellos los culpables.

Asistimos a la resistencia numantina de Cristina Cifuentes a dejar la presidencia de la comunidad de Madrid. Después de que se haya probado sobradamente que ha mentido sobre su máster, en vez de renunciar a su cargo, ha renunciado al título. Es la Universidad Juan Carlos I la que, a su parecer, ha organizado la estafa. Con su acusación acaba de echar por tierra todo el prestigio de la universidad y, de paso, hunde el curriculo de sus estudiantes.

La degradación de las instituciones salpica a la magistratura. Después de pervertir el Tribunal Constitucional (TC), el Gobierno decidió que la Fiscalía, el Supremo y la Audiencia Nacional eran la mejor vía para resolver el conflicto catalán. Ahora los jueces españoles están inmersos en un proceso controvertido que ha topado con la incomprensión de sistemas jurídicos tan solventes como el alemán, el belga o el escocés que no ven en los líderes del ‘procès’ delitos de rebelión o sedición.

La degeneración del sistema nos ofrece estampas dantescas. Desde la instancia del Supremo al ministro de Hacienda Cristóbal Montoro para que aclare por qué dice que la Generalitat no gastó ni un euro público el 1-O hasta el enroque de Carles Puigdemont en su investidura imposible, lo que impide la restitución de la Generalitat.

La perversión que los políticos hacen de las instituciones es un ataque muy grave a la democracia. Si los juzgados en vez de impartir justicia ajustan cuentas políticas, si el TC en vez de interpretar la Constitución es un brazo del Estado, si los políticos en vez de prestigiar las universidades las degradan con su falta de ética, si los que pueden formar Govern no lo hacen por agendas personales, si todo esto ocurre con total normalidad, entonces ¿Qué les podemos pedir a los ciudadanos?