Inicio Opinión Dos candidatos, dos estrategias, por Enric Hernàndez

Dos candidatos, dos estrategias, por Enric Hernàndez

Saltó la sorpresa (relativa) en el Tribunal Supremo. En el tercer día del juicio del ‘procés’ tomaron la palabra los dos primeros acusados, Oriol Junqueras y Joaquim Forn, para evidenciar lo que sus letrados habían dejado entrever: que se registran entre los presos las mismas y abismales diferencias que entre el conjunto del independentismo. Estratégicas, sí, pero también sobre lo que en verdad aconteció y lo que no en el malhadado otoño del 2017. Antes de que los exégetas ‘processistes’ las encubran bajo el manto del pensamiento único, procedamos a identificar las discrepancias a modo de inventario.

Tras 16 meses con la voz silenciada, abrió fuego Junqueras con su conocido brío retórico. Del argumentario que iba a desplegar daba pistas su negativa inicial a someterse a las preguntas de los fiscales y las restantes acusaciones. Opción legal y legítima, la de contestar solo a su letrado, pero que lo privaba de rebatir con datos precisos los cargos que se le imputan. Su alegato estaba más bien concebido para pasar a los anales de la historia, como el de Fidel Castro en el juicio por el asalto al cuartel de Moncada, coronado con la mítica frase: «La historia me absolverá».

No llegó a tanto el líder y cabeza de lista de ERC en las elecciones europeas. Sí se presentó como un «preso político», reo de un «juicio político» y víctima de una persecución ideológica sin base legal, porque, aseveró, «votar no es delito». De su bondad y humanismo hizo prueba exculpatoria. De la apuesta por el diálogo, clave de bóveda de su ejecutoria política. Y de la defensa del derecho inalienable de Catalunya a la autodeterminación, salvoconducto habilitante para promover cuantas votaciones sean pertinentes hasta que la república sea una realidad.

Sus continuas referencias a «quienes siguen esta sesión por televisión» revelaban que para Junqueras esta vista oral es un puro trámite antes de llegar a Estrasburgo, convencido como está que las condenas ya están redactadas. En lo que al principio se asemejaba más a una entrevista de actualidad que a un interrogatorio judicial, su abogado, Andreu van den Eynde, acabó dándole pie a refutar la acusación de malversación y la existencia de la supuesta violencia que demanda el delito de rebelión.

Fuego amigo

Contrastó el breve testimonio del republicano con la extensa declaración del alcaldable Forn, que pertrechado de documentos se esforzó en demostrar que no aleccionó a los Mossos para facilitar la celebración del 1-O ni sospechó jamás que la jornada podía degenerar en violencia. El ‘exconseller’ combatió con similar paciencia los accesos de tos y las preguntas del fiscal, y hasta hubo de defenderse del fuego amigo al aclarar que un entrecomillado suyo en el portal Vilaweb estaba «sacado de contexto».

Entretodos

Pero el momento culminante llegó al confesar Forn lo que callan otros reos: que el referéndum fue «ilegal» y que, en realidad, el Parlament ni siquiera votó la DUI.

Dos candidatos en las elecciones de mayo, dos estrategias de defensa contrapuestas. Aunque seguro que para muchos serán simples matices.