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Editorial: Salir de la conmoción

Aunque fuera forzando el reglamento hasta el límite, el presidente del Parlament, Roger Torrent, supo reconducir una imposible segunda sesión del debate de investidura en una oportunidad para dar salida política a la conmoción que sacude estos días al mundo independentista tras el auto de procesamiento emitido por el juez Pablo Llarena.

No todos supieron ni pudieron aprovechar la ocasión. La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, sin cuestionar la decisión judicial en lo más mínimo, lanzó un guante que nadie recogió al pedir a la actual mayoría de la cámara gestos de distensión y de reconocimiento del daño provocado por su estrategia pero mostrando respeto a la relevancia social y electoral del independentismo. Algo en lo que insistió con otro tono –calificó de desproporcionada la cárcel para los diputados– el líder del PSC, Miquel Iceta, que se mostró dispuesto y animó al resto de fuerzas políticas a salir de la comodidad de los bloques y buscar la «empatía». Y en un sentido parecido, el portavoz de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, exigió crear un frente democrático amplio contra la represión judicial. 

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Una propuesta que, en algunos aspectos, conecta con la declaración institucional que leyó al acabar el pleno el presidente Torrent, quien está sabiendo evitar la desobediencia una y otra vez sin perder capacidad de liderazgo dentro de la actual mayoría parlamentaria. Posiblemente en la actual coyuntura política, para superar la etapa de la aplicación del artículo 155, la judicialización y la parálisis, el camino a seguir es el marcado por Torrent: sin abandonar las propias ideas, cumplir la ley. 

Desde las filas independentistas, en este pleno atípico, la conmoción no se tradujo en un cambio de rumbo sino que añadió más incertidumbre. El portavoz accidental de Junts per Catalunya, Quim Torra, no hizo más que incrementarla al anunciar que Jordi Turull hubiera logrado la mayoría necesaria de haberse celebrado la sesión de investidura. Tampoco ayudó en nada a serenar los ánimos el misterio sobre el paradero de Carles Puigdemont tras la activación de la euroorden contra él. 

Se puede dudar o no de la proporcionalidad y eficacia de la actuación judicial pero en ningún caso la política debe hacer dejación de sus funciones, si hay una mayoría en el Parlament debe hacerse efectiva.