De «proceso delictivo»
tachó Bieito el columnista
el cuento catalanista
del Puigdemont «vivo» vivo.
Presentado éste en Cibeles
por la alcaldesa Carmena
en un mitin que dio pena
a prebostes y bedeles,
debemos tomar a cuenta
el infame despropósito
del citado autor, expósito
de esa memez incruenta.
A su lado, el bizco Oriol
(que solo ve la mitad
del «problemilla» español)
añadió con liviandad:
«Cataluña es soberana
porque a mí me da la gana
y porque en plano industrial
no encontramos otra igual».
Toma y císcate, Mariano.
Despacito, despacito,
como acostumbra el precito,
vete y métele la mano.
(No te digo dónde. Ya
se da por supuesto, presi,
y es que un gol de los de Messi
te ha encajado por detrás).
De Puigdemont y Junqueras
todo es posible temer
y más si ganan de veras,
que acaso pudiera ser.
Por Apuleyo Soto