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El viaje a ninguna parte

Cuando todo haya terminado, sólo una cosa es segura. Tendremos que ponernos a reconstruir lo roto. En su particular carrera kamikaze hacia ninguna parte, saltando por encima de los escándalos del pujolismo, algunos dirigentes catalanes aceleran traspasando todos los límites de velocidad constitucional y haciendo saltar todos los radares.

En «El Viaje a ninguna parte», película ambientada en los años cuarenta, un grupo de cómicos recorre en carro el país entre el hambre y las ganas de triunfar siguiendo a «D. Arturo». Curiosa coincidencia. Se entrecruzan problemas económicos y familiares. Mas coincidencia.

Pero chocan con que el cine va llegando a las pantallas de las principales ciudades y la gente se desinteresa por el teatro. Basta sustituir el carro por los vuelos en primera clase y aquella hambre por ésta de ahora de «de poder y cargos» y la película es la misma. El final conocido. El teatro que están representando los separatistas tiene un público limitado y ya conocido, y como es malo, ya no interesa a nadie, ni gana nuevos adeptos.

Es evidente, como ha manifestado por fin el Ministro portavoz del Gobierno y ha recordado en su artículo, siempre certera y valiente, Isabel San Sebastián se trata de un golpe de Estado, que lleva siendo preparado desde hace mucho tiempo.

Un golpe planificado y llevado a cabo por parte, -no de Cataluña ni de los catalanes,- que están a lo suyo, vivir y ganarse la vida, sino de un totum revolutum de dirigentes y grupos políticos en el filo de la constitucionalidad mezclados con antisistemas, contrarios no ya a la Constitución sino a Occidente, al mundo entero y yo creo que a ellos mismos, empeñados en huir hacia delante de no saben muy bien qué, pero de muchas cosas diferentes, entre ellas la responsabilidad en la quiebra a que han llevado a Cataluña su particular corrupción y su mala administración.

Por eso ante algo tan grave como un Golpe de Estado es obligado recordar las consecuencias que prevé el ordenamiento. Y lo que dicen las leyes españolas vigentes, en este caso el C.Penal, es que cometerían delito de «Sedición», los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes,- o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales.-

Huelga decir, que si en el golpe de Estado de Tejero, España no fue responsable, en el de Mas y Puigdemont, Cataluña tampoco lo es. Nadie sabe como terminará este Viaje a ninguna parte. En la pelicula, Carlos, interpretado por Jose Sacristán, va siendo abandonado por sus compañeros y obligado a labrarse un futuro en la capital.

VICTOR ENTRIALGO DE CASTRO