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Están temblando

Durante meses, los altos cargos catalanes han estado en los recreos jugando con el Gobierno al escondite, al pilla-pilla, al cuchillo, papel, tijera, ojo de buey. Con unos ingresos superiores a los de los ministros, el propio Trapero, que cobra más que el Presidente del Gobierno, los mossos independentistas y todos los covachuelistas del poder en Cataluña incluidos los que desde TV3 ayer gritaban puta España, dudan esta semana entre proclamar la República, llevársela a Perpignan o dar Vivas a Franco.

No tiemblan de miedo, porque el Gobierno Rajoy no lo da. Si hubiera tanques habría que ver a estos patriotas revolucionarios correr hasta la Junquera, como hicieron los etarras. No habían asomado los tricornios de Tejero por el Parlamento de la Nación y Otegui y sus amigos ya estaban remando en la chalupa a toda máquina camino de Francia. Eso si era jugar al escondite.

A éstos otros golpistas que ensucian el noble ser catalán, entre otras cosas porque no asearse o hacerlo muy someramente forma parte de su reivindicación, les ha entrado el frio por las prebendas de su nómina y el abrigo de piel de chollo de que vienen disfrutando con cargo al erario público de la España que gustan de insultar.

La pela es la pela. Entre los golpistas separatistas y sus cómplices podemitas no hay más que maestros indignos de su excelsa función, penenes y covachuelistas pero apenas empresarios o emprendedores, y menos aún mártires o héroes.

Que una repartidora de propaganda como la Colau esté en el lugar que está, diciendo las cosas que dice, clama al cielo. Los barceloneses y los trileros electorales sabrán. Pero el hecho de que esta conserje de Rue del Percebe pretenda erigirse en estadista de España, si no fuera terrible, sería ridículo.

Que después de lo que todo el mundo está viendo, ésta suplente de la que se avecina, después de cambiar de bando qué se yo las veces, hable de diálogo es una burla a la inteligencia.

Todos estos que han llegado hasta aquí sin trabajar se proponen seguir haciéndolo, con la ayuda del capital del que reniegan salvo el venezolano, el iraní y el de multimillonarios de por aquí que ofrecen sus servicios para no pagar impuestos en la nueva República y desestabilizar España.

Todo ello con sus campamentos de boy-scouts, su sección femenina y sus sudokus políticos con el que combaten su aburrimiento, lo que ha colocado a esta panda donde está, con los votos de gente cabreada que votándoles iban a resolver la corrupción de España.

«El separatisme ens roba». Nos ha robado un tiempo precioso, recursos que debieran haber sido dedicados a la recuperación económica, el desempleo, las pensiones, la ayuda al desarrollo, la dependencia y la educación que colapsa. Y hasta el Domund vergonzosamente oculto el pasado domingo por la cansada sonsonia de estos mequetrefes.

En lugar de todo eso, seguimos secuestrados por unos extraterrestres venidos de Gamínides empeñados en seguir jugando a la república y al escondite. Ya son mayorinos.

Miientras el Gobierno alarga la cuenta 155, 156, 157…siguen escondiéndose, pero como el que cuenta ha dicho ya voy y está a punto de dar con el escondrijo, los escondidos respiran cada vez más suave, cierran los ojos, se les disparan las pulsaciones y notan un ligero temblor, no tanto por el frío de la cárcel cuanto por el de la nómina, las prebendas y el ostracismo. Se empiezan a preguntar qué será de ellos una vez sofocado el golpe, las horas de trabajo que van a tener que recuperar y sobre todo, qué va a pasar con su nómina. Están temblando. La pela es la pela.