Volar, vuela raso, vuela justo por encima de las testas, así, veloz bate las alas la coherencia.
Aclamada por todos, planea desde la izquierda hasta la derecha, pero en ninguna de ellas se asienta.
De coherencia presumen todos, desde la izquierda hasta la derecha.
Tan coherente se cree el hijo de la Marquesa, como el que les sirve cada día la mesa.
Cargas de hipócritas promesas en las manos políticas estallan.
Con incoherencia en los dedos golpean todos el mismo pedernal, tozudos, muy tozudos, todos, desde la izquierda hasta la derecha, que con la ceguera las chispas que provocan prenden la mecha.
El fuego realmente solo a ellos quema.
Pero de mientras, las llamas de su incoherencia al pueblo consume sus anhelos, reduciéndolos a simples ascuas, todos, desde la izquierda hasta la derecha, en minoría aplastante arden hasta las cenizas.
Volar la coherencia vuela, y vuela para todos, pero ay de aquel que vaya más allá de nombrarla.
Y además la ose parar y usarla.
Ay de aquel que sea coherente porque desde la izquierda hasta la derecha de una patada le harán volar junto a ella.
Volar junto a la coherencia, aunque ambos serán expulsados del paraíso hipócrita de los bien pagados.
Jordi Rosiñol Lorenzo.
