Inicio Opinión ¿Supervaloración de lo joven en la Alta Política?

¿Supervaloración de lo joven en la Alta Política?

¿Hay que preguntarse, si de forma consciente e inconsciente, se ha metido un concepto y práctica, en los altos niveles de la política, que es necesaria la juventud, una nueva generación, que por lo general, puede no tener suficiente experiencia política?

¿Sin negar, todos los valores positivos de lo joven, en cualquier carrera profesional, lo normal es que se vaya pasando de unos grados a otros, aumentando los niveles de responsabilidad, y por tanto, de enfrentarse a distintas problemáticas?

1. Comprendo, que existen temas que no serán del agrado, ni de unos, ni de otros, ni de unas ideología, ni de otras, pero como modesto escribiente de artículos de filosofía política, creo que hay que incidir en cuestiones que no gustan, que no van en contra de nada, ni de nadie, pero que es obvio, que muchos elementos o individuos pueden entrar o estar en estas abstracciones o universales, como dirían los escolásticos:

– Pongamos, una edad, la cuarentena, cuándo no antes. Personas han podido llegar al máximo nivel de la Representación Política, siguiendo los cauces legales, pero antes, no han tenido responsabilidades políticas activas o reales o prácticas, sino que han pasado, de ser «simples ciudadanos a ocupar altos cargos de la responsabilidad política, Parlamento Nacional o Regionales, Presidencias Regionales o incluso optar potencialmente, a formar equipos de partidos o formaciones políticas, que pueden tomar el Máximo Poder, o son ya esos equipos la Oposición al Máximo Poder».

Pueden haber sido elegido por sus formaciones políticas, pueden haber sido elegidos en las urnas, pero «la idolatrización de este concepto y realidad de lo joven», puede ser muy peligroso, puede llevar en sí, una enorme vulnerabilidad e incertidumbre e incógnitas en muchos temas. No olvidemos que las decisiones que se toman hoy, no solo afecta a millones de personas, sino a generaciones presentes y futuras.

Ninguna multinacional, ninguna gran empresa, pondría de Director Presidente Máximo, a una persona de cuatro décadas de edad, que no tuviese, una experiencia de años, muchas veces, de lustros, pasando por distintos cargos de responsabilidad, incluso distintas empresas. Si lo que es lo normal en cualquier carrera profesional (medicina, economía, derecho, etc.), por qué no lo puede ser en la Carrera Política.

– Si una persona equis, o un equipo Máximo de una Formación Política, zeta, están alrededor de esa edad, la cuarentena, más y menos, y antes no han tenido una «carrera política», no han ido pasando por diferentes responsabilidades y cargos y cargas políticas, no sabemos, ni ellos mismos saben, ni conocen, ni se conocen, cómo van a actuar en distintas «realidades concretas o dilemas del poder político». O dicho de otra manera, ante situaciones concretas, y en la Alta Política, pueden surgir muchas, desde el Máximo Ejecutivo, el Máximo Legislativo, pueden surgir multitud de concreciones y materializaciones del Poder Político, y no olvidemos que lo Político está mezclado y combinado con multitud de áreas, y desde la Política, tiene enormes redes de difusión, en multitud de sentidos, los brazos son muy largos.

Podemos estar en situaciones, ya reales, en que las Máximas Cúpulas de Formaciones Políticas (Los Órganos del Partido, los Altos Representantes en las Cámaras Legislativas, Regionales y Nacionales, los Altos Representantes del Poder Ejecutivo, regionales o Nacionales, etc.), ocupen sin experiencia, o con una experiencia mínima, de dos o tres o cinco años, no ya esos cargos y cargas anteriores, sino el Máximo Poder.

Y todos, o la mayoría de esas personas, que son loables, son honorables, que son personas, o pueden serlo de una alta formación académica, pero no han pasado por distintos cargos-cargas de responsabilidad, no han hecho una Carrera Política, reglada, sino, nadie se ofenda, «de nada o casi nada», han pasado a los Máximos Cargos, tanto ya de Representación o de Poder Real, o pueden estarlo en los próximos meses o años.

– Al adorarse como un valor máximo «lo joven y lo impoluto», y el no tener barro, en los bolsillos o en las palabras, o en los actos o actuaciones, al ser «vírgenes en la política práctica», entonces, nadie les puede reprochar nada. Pero también, nunca han tenido que tomar decisiones. Lo cual, nos lleva a distintas realidades, por un lado, ni esas personas saben como actuarán ellas mismas, el temple que tendrán, si en medidas concretas, serán capaces, de detenerse, de no pasar de una línea, o pueden que su inconsciencia, nos lleven a situaciones límites, y sobretodo los demás, no sabemos como actuarán, son vírgenes, para todo y para todos. No sabemos como soportarán las presiones, internas y externas, de la realidad, presiones de multitud de formas y maneras, que se producen y que se deben producir. O dicho de otro modo, las tentaciones y las pulsiones-pasiones-libidos-instintos de los seres humanos, en situaciones de enorme gravedad, o en situaciones de enorme responsabilidad.

Que una persona equis, lleve una carrera política de décadas, ella misma se va probando en el horno de la realidad, se va conociendo, cómo va actuando ante distintas situaciones-dilemas-presiones-tentacionse-pulsiones-concupiscencias, los demás también los van conociendo. El autoconocerse en el ejercicio de lo política, es esencial, a mi entender esto, si que es un valor máximo.

Incluso, si se ha manchado un poco de barro, la sociedad o la sociedad civil, puede tener una carta, para defenestrar un cargo, si pasa de una línea. Cosa que si no tiene experiencia política, nadie conoce nada malo sobre las actuaciones de esa persona. O dicho de otro modo, no se produce el equilibrio de Poder. Porque la sociedad civil, hablando en general, tiene que ser de contrapeso, en las sociedades democráticas, a todos los Poderes del Estado.

– El tener experiencia política, haber ido pasando en años y lustros, en distintos cargos-cargas, esas personas, son conocidas por los demás, no solo por el pueblo, sino por otras personas que se dedican a esos mundos, los Mundos del Alto Nivel de la Sociedad (Política, Economía, Cultura, Religiosidad, etc.), por lo cual tienen, lo que se denomina Agenda. O dicho de otro modo, tienen Agenda Interior y Exterior. Es decir, teléfonos y contactos con personas de todos los niveles de la responsabilidad política, tanto dentro del país, como fuera.

Es decir, la posibilidad de que tengas el teléfono, y te lo levanten. Cómo decía un guerrillero latinoamericano, cuándo le decían que él tenía mucho poder, y dicho guerrillero, contestó, más o menos: «Quién tiene poder de verdad es García Márquez, que levanta el teléfono, y el Presidente de Francia lo atiende».

– Nadie se ofenda, pero que una gran parte de los Altos Cargos de Representación Política, de determinadas Formaciones Políticas, la mayoría de ellos y de ellas, debido a la supuesta juventud, o del máximo valor de lo joven, no tengan hijos. A mi entender, esto es un problema grave. Que haya un uno por ciento no es significativo, pero que en algunas formaciones políticas llegue casi el veinte-treinta por ciento o más, de la Alta Representación (Regional, Nacional) no tengan hijos). A mi modo de ver, es una variable o factor o incógnita enorme. Que quiere decir mucho, y que en el ejercicio del Poder, que ya lo tienen, pero que aún pueden tener mucho más, no «tienen ese freno que es el concepto y realidad de hijos», que aunque no lo crean, no se han insertado en la experiencia de ser padres o madres, y la enorme responsabilidad que eso tiene. Y ese ejercicio de saber y de responsabilidad, puede ser enormemente importante, después en la Práctica de la Responsabilidad Política, porque al final, una persona o un pequeño equipo de carne y hueso y nervios, son los que toman las soluciones, grandes y pequeñas. Y esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia e Historia. El tener hijos, es una razón de enorme responsabilidad. Siempre se ha dicho, cosa que he indicado en otros artículos, de este periódico, que dicen que Kennedy, le frenó y le atemperó en la famosa crisis de los misiles, muchas razones, pero sobretodo el tener hijos pequeños propios.

2. Para terminar y no cansar más, sino invitar diríamos a una reflexión sobre un tema, que roza la filosofía política, como es éste, bien haríamos en ser prudentes, en tener en cuenta estas razones y otras sobre dicha cuestión. Y por ejemplo, no extrañarnos, de algunas realidades, que están surgiendo o llevamos soportando en el suelo patrio, entre Altos Cargos de la Representación Política, en el seno de sus Formaciones Políticas, que al final, como nadie los conoce en profundidad, ni ellos mismos se conocen, pues empiezan las guerras intestinas, las tomas de Poder Internas, los vericuetos de las pasiones-pulsiones internas por el poder y el Poder.

Pero el mayor problema, el mayor de toda esta cuestión, en mi modesto parecer, es que nadie conoce, al menos yo desconozco, y me temo que las personas interesadas, no se conocen a ellas mismas en el ejercicio del poder, no saben, lo que podrían hacer o no hacer, cuándo tomen el Máximo Poder, sea éste como Realidad en Sí, sea como Oposición o Máxima Oposición. Es una tierra incógnita, son una tierra incógnita. Y créanme, a mí, a mí personalmente me llena de incertidumbre y de sufrimiento y de angustia, porque la Historia y la historia nos ha enseñado, que Personas sin Suficiente Carrera Política, sin Suficiente Experiencia Política, toman el Poder, y las decisiones, pueden ser de multitud de formas y colores. Vean, les invito el siglo veinte, que no hace tanto tiempo que existíamos en él y nos daba sombra. Vean, y verán lo que sucedió en este capítulo, en unos lugares y en otros, con unas banderas y otras. Paz a todos.

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