Río de Janeiro, 23 ene (EFE).- Cerca de 800 personas murieron en Brasil en 2016 por una de las tres enfermedades transmitidas por el mosquito «Aedes Aegypti» -el dengue, el zika y la chikunguña-, según el último boletín epidemiológico divulgado por el Gobierno.
Los datos, que tienen en cuenta los casos registrados entre enero y el 24 de diciembre pasado, indican la muerte de 794 personas por las tres enfermedades: 629 por dengue, 159 por chikunguña y 6 por zika.
El informe, publicado hoy en el portal del Ministerio de Salud, señala que la cifra es inferior a la cantidad de víctimas registrada en el mismo periodo de 2015, cuando se contabilizaron 1.001 fallecimientos: 984 por dengue, 14 por chikunguña y 3 por zika.
En total, Brasil registró 1.496.282 casos de dengue, 265.554 de chikunguña y 214.193 de zika hasta finales de diciembre de 2016.
El pasado año, el país registró el segundo récord en casos de dengue desde 1990, cuando empezaron a contarse, apenas por detrás de 2015, cuando se contabilizaron 1.649.008 cuadros del virus.
La incidencia en 2016 fue de 731,9 casos por cada 100.000 habitantes, en especial en la región del centro-oeste del país, con 1.313,8 casos por cada 100.000 habitantes.
La fiebre chikunguña, por su parte, tuvo un registro de 265.554 casos, lo que supone un aumento del 589,7 % en relación a los 38.499 casos registrados en 2015.
El número de muertes por la enfermedad, que fue registrada en Brasil por primera vez en 2014, creció un 1.035 % entre 2015 y 2016, al pasar de 14 fallecidos a 159.
La chikunguña tuvo una incidencia el año pasado de 129,9 casos por cada 100.000 habitantes, con su foco principal en la región del noreste, 407,7 casos por cada 100.000 habitantes.
Por último, el virus zika, del que se tiene conocimiento en el país desde abril de 2015, contabilizó 214.193 casos confirmados en 2016, lo que supone una incidencia de 104,8 casos por cada 100.000 habitantes, siendo la región del centro-oeste la más afectada, con 219,2 casos por cada 100.000 habitantes.
Dengue, zika y chikunguña son transmitidos por el mosquito «Aedes Aegypti», cuya población se multiplica con la llegada del verano austral, que le ofrece condiciones propicias para su reproducción: temperaturas elevadas y charcos de agua limpia debido a las lluvias.
El Gobierno anticipó en noviembre pasado su primera campaña de combate contra el mosquito que, por lo general, alcanza su pico en febrero y declina en junio, con el invierno austral.
«No esperamos que aumenten los casos de dengue y de zika en 2017, pero sí los de chikunguña. Es nuestra mayor preocupación para el próximo año», aseguró el ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros, al presentar la campaña de combate al mosquito, hasta ahora la única herramienta contra las tres enfermedades debido a que no existe vacuna contra ninguno de los virus.
