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Cómo afectan el frío y la calefacción a nuestra piel: Los 11 consejos a seguir

¿Sabías que nuestra piel es la principal barrera defensiva de nuestro cuerpo? No obstante, ésta no escapa a las frías temperaturas y, según advierte la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), el invierno afecta a todo nuestro organismo, y por tanto también a la piel.

“Ésta se encuentra expuesta a las inclemencias climatológicas, siendo las zonas más sensibles a las bajas temperaturas las mejillas, los labios, el cuello, el escote, y las manos”, remarca la entidad científica.

A su vez, con los cambios estacionales, la piel se reseca y, en ocasiones, ve comprometida su estructura y la función de barrera que realiza en el cuerpo humano. “De esta forma, puede dejar de proteger frente a las agresiones del exterior”, advierte la doctora Elena Sánchez, del equipo de Dermatología avanzada del Instituto Médico Ricart (IMR) del Hospital Ruber Internacional Paseo de la Habana de Madrid.

Así, y junto al también especialista del citado centro hospitalario Ricardo Moreno enumeran los que, en su opinión, representan los principales 11 consejos para proteger a nuestra piel frente al frío:

  1. Aunque el frío es uno de los principales causantes de problemas en la piel, la adopción de hábitos de vida saludables mejora considerablemente la calidad de vida de los pacientes.
  2. Se debe controlar el estrés, adoptar una dieta equilibrada, eliminar los hábitos nocivos como el tabaco o el alcohol, y realizar de manera periódica cierta actividad deportiva, con el objetivo de controlar la sintomatología.
  3. Con respecto a la ropa remarcan que en las pieles más secas o delicadas se debe prevenir el uso de prendas de licra o de tintes oscuros y, sobre todo, utilizar prendas de algodón.
  4. También sería útil el evitar suavizantes a la hora de lavar estas prendas.
  5. Es importante hidratarse bien y varias veces al día a través de los emolientes adecuados. Para ello, recomiendan también el consumo de unos 2 litros de agua al día, así como la ingesta de alimentos antioxidantes, tales como la zanahoria, la naranja, el mango, la calabaza, el brócoli, el boniato, o el calabacín, además de otros alimentos que protegen la piel como los cereales, el pescado, el pan integral, o los frutos secos.
  6. Emplear el uso de un jabón hidratante que no sea desengrasante para la higiene diaria, evitar el uso de esponjas, así como utilizar una leche o loción emoliente acorde al nivel de sequedad. Para los tratamientos tópicos es imprescindible acudir a un dermatólogo para que prescriba los productos más idóneos en cada caso, además de para que les aporte las principales claves y pautas para corregir o evitar los brotes de las diferentes patologías cutáneas.
  7. El uso de colonias y de perfumes está contraindicado en contacto directo con la piel, ya que pueden aumentar su irritación. De usarse, debe hacerse sobre la ropa, sostiene la doctora Sánchez.
  8. También es aconsejable mantener una rutina de fotoprotección. “En invierno también hay que protegerse de la radiación ultravioleta puesto que, aunque la radiación llega con menor intensidad, también puede tener efectos nocivos. El papel de la radiación ultravioleta como inmunomodulador puede ser útil en algunas patologías y su uso, controlado, recomendado por un especialista en Dermatología.” aprecia el doctor Moreno.
  9. Evitar lavar excesivamente las manos ya que las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las manos son un motivo frecuente de consulta en esta época del año, según puntualiza la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Para evitarlo se debe promover el uso de guantes y de las cremas con efecto barrera.
  10. Evitar ducharse con agua muy caliente o muy fría. Lo ideal es el agua tibia y no ducharse más de una vez al día, ya que esto aumentaría la deshidratación de la piel.
  11. Huir de los cambios bruscos de temperatura, ya que esto aumenta la posibilidad de aparición de capilares dilatados (telangiectasias o arañas vasculares) en la cara (especialmente en las mejillas).

Enfermedades de la piel que más empeoran el invierno

En este contexto, el doctor Moreno, del Instituto Médico Ricart (IMR) de Ruber Internacional Paseo de la Habana de Madrid, recuerda que la bajada de las temperaturas durante el frío invierno, la sequedad que provocan las calefacciones, y los cambios estacionales afectan “enormemente” a las diferentes capas de la piel, llegando a empeorar patologías como la psoriasis, la dermatitis atópica, o el acné.

En el caso concreto de la dermatitis atópica, un tipo de reacción en la piel que provoca picazón, hinchazón y enrojecimientos continuos, la doctora Elena Sánchez subraya que ésta constituye una enfermedad inflamatoria cutánea crónica, en ocasiones de muy difícil control, a la vez que está considerada como el tipo de eccema más frecuente en todo el mundo.

A su vez, llama la atención sobre las calefacciones, que pueden resecar aún más la piel, por lo que aconseja para los pacientes con asma y alergia estacional una buena hidratación de la piel, además de los habituales tratamientos coadyuvantes.

Mientras, El Dr. Moreno alerta también de que enfermedades como la psoriasis empeoran y pueden llegar a afectar a las articulaciones, además de provocar enrojecimiento, descamación, dolor, e hinchazón. “Tan sólo mejora en los meses de primavera y, sobre todo, en verano gracias a los efectos de una mayor exposición a los rayos ultravioletas”, asegura el doctor del IMR.

Este dermatólogo sostiene igualmente que ésta puede presentar brotes, y sobre todo ante picos de estrés, tras infecciones o la ingesta de determinados medicamentos, así como después de cambios bruscos de temperatura. Por ello, el doctor Moreno recomienda para minimizarlos o prevenirlos un buen control de estos factores, si bien reconoce que es “muy difícil” un control absoluto de sus brotes. A su juicio, tener un control médico cuando el frío aparece “ayudará el controlar todos los factores” que influyen en estas enfermedades.