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Curetaje dental, la mejor práctica para lidiar contra la piorrea

La piorrea es una de las enfermedades dentales más agresivas que atacan directamente a la encía y repercute en el diente. Esta enfermedad puede considerarse como un empeoramiento de la gingivitis. Los principales síntomas una vez se padece la enfermedad dental son la retracción de encías, exceso de sensibilidad, afecta negativamente en la estética del diente e, incluso, provocará la posterior caída de éste.

¿Cómo se puede lidiar con este trastorno una vez se padece? Según los peritos dentales, la respuesta es el curetaje dental. 

¿Qué es el curetaje dental? ¿En qué consiste? ¿Duele la práctica?

El curetaje dental o raspado y alisado radicular es la principal arma para combatir la piorrea. Este tratamiento se lleva a cabo una vez el sarro se ha extendido al interior de las encías y se han creado las llamadas bolsas periodontales.

Para ser exactos, el raspado y alisado radicular es solo una pequeña parte del tratamiento contra esta enfermedad, si realmente se desea que sea efectivo. Los pasos a seguir son los siguientes:

  • Análisis microbiológico para saber a qué tipo de bacteria se enfrenta.
  • Mediciones con la sonda Florida para evaluar el balance de sarro en las encías.
  • Mantenimientos periódicos cada 4-8 meses una vez se consigue erradicar la enfermedad con el curetaje dental.

Esta práctica se realiza con unos instrumentos que reciben el nombre de curetas, cuya longitud varía según la zona a la que se pretenda acceder. En primer lugar se realiza el raspado dental para retirar el sarro acumulado debajo de la encía y posteriormente se alisa la raíz del diente. Esta cura se realiza en dos sesiones, dos días diferentes y cuya duración media es de dos horas por cada sesión.

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Pero si hay una pregunta que suele rondar la cabeza del paciente es si este tratamiento duele. La respuesta es no. El dentista aplicará anestesia local por lo que durante la práctica del curetaje la persona tratada no sentirá nada. Sin embargo, el post-operatorio será un poco más incómodo al poder padecer un exceso de sensibilidad en la zona tratada en las horas posteriores.