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«El 80% de las cosas que nos pasan a las personas con esclerosis múltiple no se ve»

Desde que hace siete años le diagnosticaran esclerosis múltiple (EM), se ha convertido en abanderado de la enfermedad, a la que, gracias a su gran labor, ha dado mucha visibilidad. Pese a todo, dice que aún queda mucho camino por hacer sobre todo en la EM secundaria progresiva.

-No se cansa de hablar de esclerosis múltiple todo el rato?

-No. Desde niño no me cuesta hablar y expresarse. Luego me di cuenta de que, cuando me la detectaron y lo decía, la gente no sabía lo que era la enfermedad, ¡ni a día de hoy después de siete años que llevo y con todas las entrevistas que he hecho! La gente me pregunta «¿Asier, qué tal los huesos?» Por eso, la lucha que tengo este año es hacer visible lo invisible, porque el 80% de las cosas que nos pasan a las personas con EM es invisible. Me dicen: «Tú no tienes nada», porque me ven jugando al baloncesto y sonriendo, pero la gente no sabe que me meo encima, que veo el 40% con mi ojo derecho, que no siento la piel de mi cuerpo o que sólo puedo dormir dos horas al día… Porque eso no se ve y, como no es visible, la gente no empatiza.

-Quizás les cueste entender la enfermedad por la forma en que cursa, en brotes…

-Estos te pueden dar tres en un año y te quedas mal o te tiras diez años sin ninguno con los nuevos medicamentos que hay a día de hoy. Nunca sabes cómo te va a avanzar la enfermedad. Y cuando te da un brote tampoco sabes cuántas las secuelas te van a quedar, igual te quedas ciego para siempre o sólo ves un poco mal. Eso es lo que peor pasa la gente, porque hoy estás bien, como yo, pero igual dentro de cinco minutos quiero mover la pierna derecha y no puedo. Pero siempre digo que la incertidumbre la sufrimos todos, tengas la enfermedad o no: hoy puedes girar la esquina y atropellarte un coche. Que nosotros tenemos más probabilidades de que nos pasen cosas, está claro, pero tampoco puedes estar pensando en lo que te va a pasar porque no lo sabes y estar pendiente me parece una pérdida de tiempo en tu vida. Controlar las emociones es muy importantes en este caso porque cuando tú sabes lo que te puede pasar, si te pasa lo tienes un poquito asumido, pero hay quien no quiere.

-Ha dicho que se quedó sin trabajo por contar que padecía la enfermedad. ¿Volvería a hacerlo?

-Sí, sí, sí sí, sí. Sin dudarlo. Porque, aunque a mí me vino mal económica y laboralmente, me ha llenado de otra manera, por ayudar a las personas y después de años he visto que si sigues haciendo vida normal, con pareja, jugando al baloncesto, a la gente le motiva.

-El hecho de ser deportista y de estar en forma ha jugado a su favor ¿no?

-Si tú tienes un 80% de la fuerza que tenías en la pierna y antes levantabas 100 kg. pues ahora levantas 20. Está claro que te viene bien estar en forma. Aunque más que el nivel físico me ha venido bien por la cultura y los valores que defiende el deporte, de esfuerzo, el cuidado alimenticio, mentalmente tienes que estar bien, todos esos cuidados que he tenido anteriores me han venido muy bien. Yo me he roto el peroné, la tibia, la nariz tres veces…. en todas las recuperaciones he sabido que tenía que cuidarme lo máximo posible y hacer lo que está en mi mano y lo que yo puedo controlar es hacer lo que me diga el fisioterapeuta, o en este caso el neurólogo, el nutricionista… Lo que venga vendrá, no lo elijo yo.

-Pero es que su caso es increíble porque ha sido MVP en la liga EBA, debutó en la ACB ¡y con un 40% de discapacidad diagnosticada…!

-También cuando te pasan cosas malas te superas a ti mismo y, al final, haces otras que no pensabas que ibas a lograr. Si antes hacía diez cosas bien, ahora hago dos, pero no bien: excelentes. Y las que ya no puedo hacer por las capacidades que he perdido, pues no las hago. Soy, posiblemente, hasta mejor jugador ahora que antes, que es muy raro, pero porque durante cuatro años que no me quiso ningún equipo no dejé de entrenar; entonces, eso también te da el toque de superación, de seguir luchando aunque la gente me ponía barreras y lo más fácil hubiera sido abandonar, pero no quise.

-Y para la temporada que viene ¿qué planes tiene?

-Jugar al baloncesto. Sólo cuando me den un balón y me dé pereza jugar entonces me retiro. Pero a día de hoy sigo teniendo ganas así que todavía no me quiero retirar.