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¿Envejecer? No todo son desventajas

Descubren que cierta proteína favorecería la formación de cicatrices gruesas. Sin embargo, su expresión disminuiría con la edad, y por consiguiente, las personas mayores presentarían una mayor capacidad para regenerar la piel, tras una herida. [iStock/simarik]

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Medicina regenerativa Medicina regenerativa Oct/Dic 2017 Nº 90

Reparar los tejidos dañados a causa de una enfermedad o un accidente, crear órganos listos para el trasplante o corregir alteraciones genéticas son algunos de los ambiciosos objetivos que se plantea la medicina regenerativa, una moderna disciplina que está avanzando a pasos acelerados. Descubre en este monográfico algunas de las estrategias terapéuticas que ya se están aplicando en pacientes y otras que podrían salir pronto del laboratorio para convertirse en tratamientos revolucionarios.

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El envejecimiento se asocia con el deterioro de órganos y tejidos, así como de diversas funciones fisiológicas. Sin embargo, la comunidad médica ha observado que, tras una cirugía, las heridas de las personas mayores sanan mejor en comparación con sujetos más jóvenes.

Ahora, Thomas H. Leung y su equipo, de la Universidad de Pensilvania, en colaboración con científicos del Centro Médico para Veteranos en Filadelfia y la Universidad de Singapur, han hallado el mecanismo molecular que explicaría por qué la capacidad regenerativa de la piel mejora con la edad. Entender este fenómeno permitiría desarrollar nuevas estrategias a fin de evitar la aparición de cicatrices.

El trabajo, publicado por la revista Cell Reports, se realizó en ratones. Los investigadores efectuaron una pequeña incisión en la oreja de animales jóvenes y envejecidos. Una vez sanada, la herida de los primeros se cerró formando una gruesa cicatriz. En cambio, la piel de los roedores viejos recuperó su arquitectura original, incluyendo folículos pilosos y glándulas sebáceas. Además, el proceso de reparación fue notablemente más rápido.

El análisis del tejido reveló que el factor 1 derivado de las células del estroma, SDF-1 por sus siglas en inglés, sería el responsable de tan sorprendente resultado. Esta proteína secretada al torrente sanguíneo por los queratinocitos, las células que forman la capa más superficial de la piel, promovería la formación del cordón cicatricial. Así pues, tras recibir sangre de sus compañeros juveniles, la capacidad regenerativa de los ratones ancianos disminuyó. Asimismo, la eliminación de SDF-1, mediante ingeniería genética, mejoró el aspecto del corte.

Para los científicos, estos datos sugerían que el paso del tiempo afectaría la expresión de la proteína. En concreto, observaron modificaciones epigenéticas, marcas moleculares en el ADN que actúan como interruptores y controlan la actividad de cada gen pero sin alterar la información que contiene, que la inhibirían.
Experimentos realizados en queratinocitos humanos confirmaron el hallazgo.

Las conclusiones del estudio contradicen pues el principio según el cual la función del tejido epitelial empeora a medida que el organismo envejece, a la vez que abren nuevas vías de investigación en el campo de la medicina regenerativa.

Marta Pulido Salgado

Referencia: «Aging suppresses skin-derived circulating SDF1 to promote full-thickness tissue regeneration», de M. A. Nishiguchi et al., en Cell Reports, 24, 3383–3392, publicado el 25 de septiembre de 2018.