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Hipertrofia benigna de la próstata normalmente no requiere tratamiento

La hipertrofia benigna de la próstata consiste en un agrandamiento de la glándula prostática no relacionado con el cáncer y es una afección de ocurrencia común a medida que los hombres envejecen. La hipertrofia benigna de la próstata puede producir síntomas, tales como necesidad frecuente o urgente de orinar, dificultad para empezar a orinar, chorro de orina débil, interrupciones en el chorro de la orina, orinar más a menudo por la noche e imposibilidad de vaciar completamente la vejiga.

La hipertrofia benigna de la próstata tiende a avanzar con el tiempo, según crece la gládula. Sin embargo, no todos los hombres diagnosticados con HBP desarrollan síntomas y tampoco existe necesariamente vinculación entre el tamaño de la próstata y ciertos síntomas específicos. Por ejemplo, algunos hombres con próstatas ligeramente agrandadas pueden presentar bastantes síntomas, mientras que otros con próstatas mucho más grandes quizás solo tengan síntomas urinarios leves. Además, en algunos casos, los síntomas de la hipertrofia benigna de la próstata terminan estabilizándose y hasta mejoran con el tiempo.

El tratamiento de la hipertrofia benigna de la próstata se concentra en controlar los síntomas, de manera que esperar hasta que aparezcan no afecta negativamente el resultado del tratamiento. Algunos hombres con solamente síntomas leves optan por no recibir ningún tratamiento.

Las medidas de autocuidado, tales como restringir las bebidas por la noche, programar viajes regulares al baño durante todo el día, limitar el consumo de alcohol y cafeína, hacer ejercicio regularmente e ingerir una alimentación sana, pueden ayudar a controlar la hipertrofia benigna de la próstata leve. No obstante, cuando los síntomas empiezan a interferir con las actividades cotidianas, el médico probablemente recomiende tratarla.

Los medicamentos son el tratamiento más común para la hipertrofia benigna de la próstata entre leve y moderada. El médico puede recetar un fármaco del tipo conocido como bloqueadores alfa que relajan los músculos del cuello de la vejiga y las fibras musculares de la próstata para que sea más fácil orinar. Otro grupo de medicamentos, conocido como inhibidores de la 5 alfa reductasa, puede servir para encoger la próstata y evitar los cambios hormonales provocados por el crecimiento de la glándula. En aquellos casos en que ni el bloqueador alfa ni el inhibidor de la 5 alfa reductasa funcionan separadamente, administrarlos de forma simultánea puede ayudar.

Cuando los síntomas de la hipertrofia benigna de la próstata se tornan graves o los medicamentos no bastan para controlar los síntomas, lo recomendable puede ser un procedimiento quirúrgico. Existen varios procedimientos quirúrgicos para el tratamiento de la hipertrofia benigna de la próstata y, en su mayoría, implican extirpar o destruir el tejido prostático.

Los posibles efectos secundarios de la cirugía de la próstata dependen del tipo de procedimiento que se realice. De manera general, las complicaciones pueden incluir dificultad temporal para orinar, infección de las vías urinarias, sangrado, reflujo del semen hacia la vejiga en vez de salir por el pene durante la eyaculación, disfunción eréctil y, en casos muy raros, pérdida del control vesical.

Sin embargo, usted no necesita por ahora tomar ninguna decisión acerca del tratamiento. Observe su afección y hable con el médico si empieza a notar síntomas urinarios, pues entre ambos podrán decidir cómo controlar mejor la hipertrofia benigna de la próstata a partir de ese momento. Dr. Todd Igel, Urología de Mayo Clinic en Jacksonville, Florida.

NP / AM