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La noticia sanitaria del año

El número de fallecidos por sarampión este año que está a punto de acabar será menor a 100.000 personas por segunda vez en la historia de la humanidad. Ya ocurrió también el año pasado. Nunca antes se había producido un registro de víctimas mortales por debajo de esa cifra. Los datos aún no son oficiales pero demuestran que el sarampión, que sólo hace unas décadas mataba a millones de personas en todo el mundo, está en franco receso. Y solo hay una explicación para ello: el uso masivo de su vacuna.

De hecho, ésta es la enfermedad evitable que aún causa más muertes. Entre las causas de mortalidad infantil, el sarampión es la más fácil de evitar. Desde el año 2000 se ha experimentado globalmente una caída del 75 por 100 en la mortalidad por este mal lo que supone que al menos 15 millones de personas que podrían haber muerto, se han salvado. Aun así, la patología sigue afectando en algunos lugares del planeta y en algunos momentos del año de manera incomprensible. El reparto global del sarampión es irregular e injusto.

En septiembre de este año, las autoridades del Reino Unido anunció que, por primera vez en su historia, había eliminado el mal de su territorio. En Italia, sin embargo, hasta mayo de este año se habían registrado 2.719 casos. En Rumanía, 3.000, de los cuales cerca de una veintena acabaron en la muerte del paciente.

En septiembre de este mismo año, España se unió a la lista de países en los que la OMS había declarado la eliminación absoluta de la patología. Entre ellos también estaban Grecia, Croacia, Islandia, Litiuania, Molcavia, Montenegro y Suecia. Se considera que en una región u otra zona geográfica se ha eliminado el sarampión cuando no se registra transmisión endémica del virus que lo causa durante, al menos, 12 meses, siempre que haya un buen sistema de vigilancia para confirmarlo.

Todo parecen buenas noticias, el sarampión es una enfermedad que parece confinada. Pero quizás no sea tan brillante el panorama como los datos parecen arrojar. Veamos.

Durante el Sexto Encuentro de la Comisión Europea de Verificación de la Elimiación del Sarampión y la Rubeola, dependiente de la Organización Mundial de la Salud, se arrojaron datos muy reveladores sobre la disparidad de la situación de esta patología en Europa. Parece demostrado que en 42 países de la región, casi un 80 por 100 de las naciones, se ha logrado interrumpir la transmisión del sarampión. En 33 de ellos se ha mantenido esa situación de control durante al menos 36 meses. En ese grupo se encuentra España que adquiere este estatus por primera vez desde que esta comisión existe (2012).

Hay 9 países en los que se ha interrumpido la enfermedad por menos de 24 meses. Entre ellos, Alemania, Rusia, Austria o Suiza.

Y hay otros 9 países en los que el sarampión sigue siendo una enfermedad endémica: Bélgica, Bosnia-Herzegovina, Francia, Georgia, Italia, Kazajistán, Rumanía, Serbia y Ucrania).

Curiosamente, los países con menor cobertura vacunacional (en muchos de ellos como Francia simplemente por la decisión irracional de algunos padres de no vacunar a sus hijos) son los que más lejos están de la eliminación del mal. De hecho la OMS advierte que estos avances en el control del sarampión, incluido el hito histórico de haber bajado de los 100.000 muertos al año, tienen los pies de barro. En los últimos 5 años se ha constatado una disminución de la cobertura de la vacuna contra el sarampión en niños europeos desde el 95 por 100 en 2012 al 93 por 100 en 2016.

¿Cómo andamos en España? Algo mejor que la media. La primera dosis de la triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) se inocula al 96,7 por 100 de los niños en sus dos primeros años de vida. Las comunidades con mejor porcentaje son País Vasco y Cataluña (93,5 y 93 respectivamente). La segunda dosis (entre los 3 y los 6 años de edad) se inocula al 94,7 de los niños españoles. La Comunidad Valenciana, Murcia, Extremadura y Melilla caen por debajo del 90 por 100 es este caso.

Los expertos consideran que tasas de vacunación por debajo del 95 por 100 no son capaces de garantizar la eliminación del mal.

Sea como fuere, el número de muertos por sarampión en el mundo ha descendido en un 84 por 100 desde el año 2000. Se trata de uno de los mayores éxitos de la historia de la salud preventiva. En lo que va de siglo XXI se han distribuido en todo el planeta 5.500 millones de dosis de la vacuna.

En cualquier caso, el sarampión está lejos de erradicarse tal como se había propuesto hace décadas la OMS. De haberse cumplido sus objetivos, este mal ya llevaría más de 3 años aniquilado. Parece que la cobertura de la primera dosis a nivel mundial se ha estancado en un 85 por 100. La de la segunda no llega al 64 por 100.

Países como Nigeria, India y Pakistán siguen presentando los mayores índices mundiales de niños no vacunados. En algunos casos, la falta de vacunación responde a la animadversión contra la vacuna mostrada por algunos líderes religiosos fundamentalistas que condenan a los niños de sus comunidades a no ser vacunados. En otros casos, el problema es simple y llanamente la pobreza. El sarampión mata a un 6 por 100 de los niños malnutridos y al 30 por 100 de los afectados por epidemias en campos de refugiados. La mitad de los niños no vacunados del mundo vive en solo seis países: Congo, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán.

Desde 1960 la humanidad cuenta con una vacuna que podría salvar la vida a todos esos niños. La erradicación de una enfermedad nunca había resultado tan sencilla. Pero aún no somos capaces de acabar con ella definitivamente. Nadie está en disposición de decir cuándo se podrá publicar una noticia con un título parecido a ésta.