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La oportunidad de salir adelante para enfermos de salud mental

Las personas con problemas de salud mental sufren apatía, problemas de socialización, falta de autoestima, escasa autonomía y sobreprotección por parte de sus familiares, lo que obstaculiza el desarrollo normal de su independencia. Por ello, en 2017, la Asociación de Familiares y Enfermos Psíquicos de Molina de Segura puso en marcha un programa de promoción de vida independiente y viviendas compartidas que cuenta con el apoyo de la Obra Social La Caixa. «Tienen la misma necesidad de vivir en sociedad que cualquier ser humano, de tener una vida digna y normalizada. Debido a los efectos de la enfermedad necesitan un apoyo para alcanzar estos objetivos», señala Dolores Garro, educadora social y coordinadora del programa.

El proceso se inicia con unas prácticas en la escuela-hogar de la asociación, donde los beneficiarios desarrollan actividades domésticas y los trabajadores les proporcionan las herramientas necesarias para vivir de forma autónoma. Durante este periodo, los profesionales evalúan su progreso y cuando consideran que están preparadas les ofrecen la posibilidad de dar un paso más e ir a una vivienda compartida.

«Disponemos de cuatro viviendas de estas características en las que nuestros beneficiarios viven en grupos de tres. Tienen total libertad para entrar y salir siempre y cuando cumplan unas normas de convivencia mínimas», comenta Garro, que además señala que la asociación realiza tareas de supervisión. «Les ayudamos a afrontar problemas de la convivencia, a organizar las tareas domésticas o la limpieza de las estancias comunes, a gestionar el pago del alquiler y los recibos…». En definitiva, tal y como destaca la coordinadora del programa, «desde la asociación pretendemos normalizar al máximo la situación de estas personas y que puedan tener una vida independiente».

Gracias a la colaboración de la Obra Social La Caixa, el programa ya ha atendido a 45 personas con problemas de salud mental y a varias familias. «Nuestros beneficiarios ganan en autoestima y confianza, aumentan su capacidad de sociabilización, se motivan y abandonan la apatía», concluye Garro.