Inicio Salud Tengo alergia al cacahuete, ¿debo evitar todos los frutos secos?

Tengo alergia al cacahuete, ¿debo evitar todos los frutos secos?

A muchos pacientes con antecedentes de alergia a un fruto seco se les dice que eviten todos los otros frutos secos, pero, ¿es necesario? Si una persona es alérgica a un fruto de cáscara y se le ha recomendado evitar otros basándose sólo en una prueba de sangre positiva o prueba de pinchazo en la piel, puede no ser alérgica a los otros frutos secos.

Nuevas investigaciones sugieren que esas personas deberían considerar la posibilidad de someterse a una provocación de consumo alimentario oral para diagnosticar adecuadamente otras alergias a frutos secos, especialmente si nunca han tenido una reacción al comer estos frutos antes.

Un nuevo estudio publicado en ‘Annals of Allergy, Asthma and Immunology’, la publicación científica del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI, por sus siglas en inglés) demostró que entre las personas alérgicas a un fruto seco que tienen una prueba positiva a otros frutos secos, más de la mitad superó una prueba de provocación alimentaria oral a otros frutos secos sin ninguna reacción.

Superar una provocación oral de alimentos significa que la persona no es alérgica a ese fruto seco. Los frutos secos de árbol incluyen almendras, anacardos, nueces y avellanas, pero no cacahuetes. El estudio observó que casi ninguna de las personas alérgicas al cacahuete, pero sensibilizadas a los frutos de cáscara, eran clínicamente alérgicas a los frutos de árbol, por lo que -según los autores– es el primer análisis que indica que las personas alérgicas al maní no necesitan evitar todos los frutos secos.

DEBERÍA CONFORMARSE CON PRUEBAS CONTROLADAS DE INGESTA ORAL

«Con demasiada frecuencia, se dice a las personas que son alérgicas a los frutos secos a base de una prueba de sangre o de piel –dice el alergólogo Christopher Couch, miembro de ACAAI y autor principal del estudio–. Toman los resultados en su valor nominal y dejan de comer todos los frutos de los árboles cuando en realidad pueden no ser alérgicos. Nosotros examinamos los registros de 109 personas con una alergia conocida a un fruto de árbol individual. Se les realizaron pruebas sobre otro tipo de frutos secos que nunca habían comido antes de someterse a las pruebas de sangre o pinchazo en la piel. A pesar de mostrar sensibilidad a otros frutos secos, más del 50 por ciento de los analizados no tuvo reacción en una provocación alimenticia oral».

Se considera que un desafío alimenticio oral o una prueba de provocación alimenticia es el método más preciso para diagnosticar la alergia alimentaria. Durante un análisis de este tipo, el paciente come pequeñas cantidades de los alimentos en dosis crecientes durante un periodo de tiempo, seguido de unas pocas horas de observación para ver si tiene una reacción. Por ello, sólo debe llevarse a cabo bajo el cuidado de un alergólogo entrenado y certificado y no puede realizarlo un paciente por su cuenta, puesto que si realmente se es alérgico, puede sufrir una reacción grave, con riesgo de muerte.

«Estudios anteriores sugirieron que las personas con alergia a los frutos secos, así como aquellos con alergia al cacahuete, corrían el riesgo de ser alérgicas a múltiples frutos secos –recuerda el alergólogo y autor del trabajo Matthew Greenhawt, miembro del Comité de Alergias Alimenticias de ACAAI–. Hemos encontrado incluso que una prueba de piel de gran tamaño o prueba de alergia elevada en sangre no es suficiente por sí solo para diagnosticar con precisión una alergia a los frutos secos si la persona nunca ha comido ese fruto seco. La alergia a los frutos de árbol sólo debe diagnosticarse si hay una prueba positiva y una historia de desarrollo de síntomas después de comer ese fruto de árbol».

El doctor Greenhawt subraya que el estudio no incluyó provocaciones alimenticias a los frutos secos para los que el individuo tenía una historia documentada de reacción al comerlos. «La práctica de evitar todos los cacahuetes y frutos secos de árbol a causa de una alergia a uno de ellos puede no ser necesaria –plantea Greenhawt–. Después de un desafío alimentario oral, las personas alérgicas a un solo fruto de árbol pueden ser capaces de incluir otros frutos secos en su dieta».