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Una cirugía podría acabar con la hipersexualidad o la ludopatía en enfermos de Parkinson

La Clínica Universidad de Navarra ha iniciado un ensayo clínico para tratar el trastorno de control de impulsos (TCI) en pacientes con Parkinson mediante una cirugía de estimulación direccional del núcleo subtalámico (región cerebral del subtálamo). Esta enfermedad es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Es un tipo de trastorno del movimiento cuyas causas se desconocen. Se considera que podría deberse a una combinación de factores genéticos, medioambientales y los derivados del propio envejecimiento del organismo. Una persona enferma de Parkinson sufre la pérdida de neuronas en la sustancia negra, zona del cerebro que contiene las neuronas que producen dopamina. Este neurotransmisor es vital para que realicemos movimientos con normalidad.

Los trastornos del control de impulsos, que incluyen conductas como la ludopatía, impulsividad en las compras y la hipersexualidad, se presentan en el 14% de todos los pacientes con Parkinson. Ese numero se eleva a casi el 17% en aquellos que son tratados con un agonista de la dopamina, un porcentaje de entre 2 y 3 veces mayor que aquellos que no toman el agonista.Un estudio, llevado a cabo por los Departamentos de Neurología y Neurocirugía, avanza en la cirugía convencional empleada hasta ahora gracias a unos nuevos electrodos. “Vamos a emplear un electrodo direccional en pacientes con trastorno de control de impulsos para comparar cuando estimulamos de la manera habitual (esférica) o de la manera direccional. Así, vamos a evaluar si la mejoría motora es igual o mayor al concentrar la energía de la estimulación en la zona motora del núcleo subtalámico y, si al mismo tiempo, evitamos los efectos secundarios que se pueden desencadenar al estimular zonas del núcleo subtalámico que tienen que ver con la conducta y la cognición”, ha explicado la doctora Mari Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología de la Clínica e impulsora del ensayo clínico.

En España al menos a 150.000 personas sufren Parkinson, una enfermedad neurológica, crónica y progresiva que, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), es diagnosticada cada año a 10.000 personas. Gracias a este nuevo método de estimulación se conseguiría concentrar los impulsos eléctricos en la zona motora, adaptando la direccionalidad de los electrodos a cada paciente. De esta forma, se evitaría incidir en otras zonas del núcleo que pueden provocar efectos en la flexibilidad cognitiva e, incluso, favorecer un trastorno de impulsividad, ha destacado la Clínica Universidad de Navarra en un comunicado. La zona motora es la que se ve afectada por la enfermedad de Parkinson. “Nosotros sabemos que en esta zona las neuronas están organizadas de manera que la falta de dopamina, consecuencia de la enfermedad de Parkinson, afecta a su funcionamiento normal. Por ello, queremos concentrar la corriente del electrodo en este punto”, ha explicado la especialista.

El nuevo electrodo direcciona la estimulación, ya que los puntos de contacto están divididos en sectores. De esta manera, además de permitir estimular únicamente en la zona motora, “evitamos actuar en zonas no motoras y conseguimos ser más eficaces para poder reducir la medicación.” “Como el trastorno de control de impulsos es un efecto secundario de la medicación, lo que queremos es poderles reducir esa medicación porque cuanta más estimulación en la zona motora, mayor efecto va a tener la estimulación y, por tanto, vamos a necesitar completar el tratamiento con menos medicación”, ha señalado la doctora Rodríguez Oroz.