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Una proteína puede guardar el secreto del cáncer de páncreas

Investigadores de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, han descubierto en un estudio en ratones que la supresión de una proteína presente en una gran mayoría de los pacientes con cáncer de páncreas puede ser clave para combatir estos tumores tan agresivos, para los que por el momento hay pocas opciones de tratamiento, informa Europa Press.

En concreto, según detallan en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), han visto que en la mutación del gen KRAS presente en el 90 por ciento de estos tumores con expresar sólo la mitad de la cantidad de proteína GRP78 regulada por la glucosa es suficiente para detener la fase más precoz del desarrollo de estos tumores.

Esta circunstancia, explican los autores, podría deberse a que la proteína es necesaria para «cambiar» las células pancreáticas sanas que producen enzimas para digerir los alimentos en células potencialmente tumorales, por lo que reducir la cantidad de esta proteína retrasa el desarrollo del tumor y prolonga supervivencia.

«Las células tumorales son adictas a altos niveles de GRP78 para el desarrollo y el crecimiento del cáncer. Nuestra esperanza es que la reducción parcial o la inactivación de esta proteína por agentes terapéuticos pueda un día ser una terapia complementaria eficaz para el cáncer de páncreas y otros tumores», ha explicado Amy Lee, profesora de la Escuela Keck de la USC y una de las autoras del estudio.

Lee fue el primer científico en clonar el GRP78 humano y desde entonces ha dedicado gran parte de sus trabajos a investigar el papel de la proteína en la progresión y el tratamiento del cáncer.

Como el desarrollo de fármacos dirigidos directamente a la mutación genética KRAS ha sido un reto, esta investigadora celebra estos hallazgos ya que «indican que se puede atacar el KRAS a través de un método totalmente nuevo».

La proteína GRP78 está inducida por el estrés y realiza un control de calidad en el retículo endoplásmico, un componente esencial de las células humanas). Durante el estrés, una fracción de GRP78 se envía a la superficie celular para realizar funciones adicionales de crecimiento y supervivencia.

Las células tumorales, en particular las que sobreviven al tratamiento, suelen sufrir más estrés que las células sanas, lo que conlleva un aumento de los niveles de GRP78 para ayudar a las células tumorales a sobrevivir, crecer y desarrollar resistencias terapéuticas.

Diferentes estudios en varios tipos de cáncer han demostrado una relación entre los niveles muy elevados de esta proteína y el aumento del riesgo de recurrencia del cáncer o una disminución de la supervivencia.

Por ello, existe un desarrollo activo de tratamientos potenciales que pueden inhibir la actividad o expresión del GRP78, incluyendo algunos que están en ensayos clínicos de fase precoz con resultados prometedores. Ciertos alimentos y hierbas, como el té verde o la soja, contienen compuestos naturales que pueden suprimir la proteína, dijo Lee.

«Traducir cualquier descubrimiento científico básico en la práctica clínica es un proceso largo que requiere recursos sustanciales», ha explicado este experto, que confía en que a partir de su hallazgo se consigan nuevas soluciones para «una enfermedad tan devastadora como el cáncer de páncreas».