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Claudia Tecglen, emprendedora: «Si las empresas no contratan a personas con discapacidad, permiten la fuga de talento»

MADRID, (EUROPA PRESS)

   Claudia Tecglen nació hace 36 años, con tan solo 22 semanas y media de gestación y 900 gramos de peso. Los médicos pensaban que iba a vivir en un estado vegetativo permanente debido a la parálisis cerebral infantil. Sin embargo, gracias al empeño de sus padres, a su esfuerzo diario y a los apoyos recibidos, hoy es psicóloga, consultora estratégica con gran experiencia en ONG, mentora y comunicadora. En 2022 fue galardonada en los Premios Fundación Princesa de Girona, en la categoría social.

   En declaraciones a Europa Press, Tecglen insta a las empresas a contratar a personas con discapacidad si quieren ser «más competitivas y creativas» y advierte de que «cuando las empresas no contratan profesionales con discapacidad están permitiendo la fuga de talento y se están quedando atrás».

   A sus 36 años, Claudia es presidenta de la asociación Convives con Espasticidad, una entidad sin ánimo de lucro que ella misma ha creado para promover la inclusión de las personas que conviven con una discapacidad, y se define como una mujer que dedica sus días «a que otras personas sean felices».

   Es consciente de que ella ha tenido mucha suerte por contar con gente que la ha apoyado, medios económicos para estudiar y acceso a la información adecuada en el momento preciso. Por ello, junto con su equipo y su lucha desde la asociación y en cada una de sus facetas profesionales, quiere «quitarle al azar y a la desinformación la oportunidad de limitar una vida».

   «Tengo una discapacidad que me limita en mi día a día, que además conlleva convivir con dolor, la peor parte, y esto no lo voy a poder cambiar del todo, lo puedo intentar aliviar con tratamientos adecuados y disciplina diaria, pero sí puedo desarrollar mis fortalezas, elegir mi actitud, y crecerme ante la adversidad, afrontando la realidad y poniendo foco en lo que sí puedo realizar», subraya, al tiempo que destaca que esto mismo trasmite en cada una de sus actividades profesionales.

   Claudia recuerda, en concreto, un momento que le «cambió la vida», cuando a los 16 años se sometió a una operación que le permitió, por primera vez, ponerse unos zapatos por sí misma. «Antes de esa cirugía hice la promesa de que si me funcionaba iba a dedicar el resto de mi vida a que otros tuvieran mi misma suerte», explica.

   Durante su vida, Claudia se ha dado cuenta de que su «capacidad es más grande» que su discapacidad. Además, considera que la discapacidad es «un filtro para rodearse de buena gente» y a ella le ha permitido descubrir su «propósito vital» y su «pasión vocacional».

LA REGLA DEL TRES

   «Yo aplico en mi vida la regla del tres: si la primera vez que me conoces me tratas de manera diferente, perfecto, no tengo problema, somos los maestros de la inclusión; a la segunda, perfecto; pero si a la tercera me sigues tratando diferente porque uso muletas, entonces yo soy la que elijo si te incluyo en mi círculo», remarca.

   Claudia tiene claro que no vale «más ni menos que nadie»; pero también tiene la «certeza absoluta» de que al igual que el resto de las personas posee un «gran valor en esta sociedad»; una creencia que trabaja con cada uno de sus clientes a través de un acompañamiento psicológico personalizado y en la asociación a través de diferentes proyectos.

   «Cuando nos encontramos con barreras o adversidades, debemos desarrollar el arte de sortearlas; hacernos más fuertes. A las adversidades hay que plantarles cara y saber jugar las cartas». concreta.

   También insiste en la importancia de apoyar a las familias porque «no hay personas con discapacidad sino familias con discapacidad». Con ellas también trabaja como psicóloga para que se animen a participar activamente en la sociedad, a salir o a «emprender nuevas aventuras». Por ello, considera grandes logros cuando las personas a las que acompaña le cuentan que han salido por primera vez de fiesta y lo han disfrutado, o que han conseguido su primer trabajo.

NO ES BUENISMO, SON DERECHOS

   En el ámbito profesional, se considera una afortunada porque, en su caso, no ha sentido más dificultades por ser mujer y con discapacidad, pero reconoce que «las estadísticas revelan lo contrario». En este contexto, pide que se garanticen los derechos de las personas con discapacidad. «No es una cuestión de buenismo, es una cuestión de derechos», enfatiza.

   «Incorporar a personas con realidades distintas hace a las empresas más competitivas, más creativas, y al mismo tiempo, el trabajo a nosotros nos permite ser libres, vivir nuestra vida porque todos tenemos que pagar nuestros gastos», apunta.

   Además, afirma que las personas con discapacidad se convierten en «profesionales 360» pues tienen que enfrentarse a distintas circunstancias. «Unos días estás más fatigada que otros o tienes dolor, pero esto no te impide llevar cabo el trabajo, aprendes a gestionarte de otro modo y aprendes que pedir ayuda es muy útil», comenta. También añade que, por norma general, saben trabajar muy bien en equipo y obtienen «resultados extraordinarios».

   Igualmente, Claudia pone de relieve la importancia «radical» que tiene el empleo en la salud mental y, por ello, reivindica que todas las personas puedan desarrollarse «plenamente» en todos los ámbitos de su vida, también en el profesional. A su parecer, el mayor problema «son los estereotipos de ‘pobrecitos’ o ‘superhéroes'» que muchas veces terminan creyéndose ellos mismos.

   «La discapacidad es una condición impuesta por la vida que en la mayoría de las ocasiones limita pero luego tú con los apoyos adecuados, sabiendo pedir ayuda proactiva, teniendo claras tus fortalezas y capacidades, puedes no llevar una vida normal, que es muy aburrido, sino construirte una vida extraordinaria», destaca.

TELMO IRURETA, UN ACTOR BRUTAL

   Para Claudia, un ejemplo del talento de las personas con discapacidad lo representa el actor Telmo Irureta, recientemente galardonado con el Goya al mejor actor revelación por su actuación en la película ‘La consagración de la primavera’. «Cada vez que se reconoce a una persona con discapacidad se hacen visibles las capacidades de todo el colectivo», asegura.

   Además, espera que el actor pueda recibir muchos más papeles no relacionados con la parálisis cerebral «porque su talento es más grande que su discapacidad». «Es un actor brutal», destaca.

   Sobre el tema que aborda la película, Claudia afirma que la sexualidad es un «tema tabú en general y más en las personas con discapacidad»; y, frente a ello, ha reivindicado «el derecho del disfrute, independientemente de la circunstancia vital».

   «La sexualidad es una parte importantísima del ser humano, hay mil maneras de disfrutarla y cada uno debe tener el derecho y los apoyos cuando son necesarios, sin ser juzgado, respetando su intimidad. Deben facilitarse todos los apoyos necesarios para que las personas con discapacidad desarrollemos nuestra vida en todas sus áreas con la menor dificultad», insiste.